Ambrose Evans-Prichard tiene un articulo en el Telegraph un tanto confuso. Critica al principio a los Bancos Centrales por su política expansiva llamada QE (Quatitative Easing: expansión monetaria a cambio del deuda publica). Según afirma, eso les está causando hoy tremendas pérdidas a sí mismos, porque sus activos, al subir los tipos de interés, está cayendo de valor en el mercados (aunque Ambrose lo dice de manera más confusa. Y al final señala culpables a los más gobiernos). Yo sólo recurro a Ben Bernanke, reciente Nobel (no creo que se lo otorguen a Ambrose), que explicó meridianamente claro cómo funcionaba y qué efectos tenía sobre el balance de la FED.
Veamos: un banco central de hoy no puede quebrar. Podía pasar en el patrón oro, porque podía perder reservas de oro hasta tener que cerrar la ventanilla de salida de oro y declararse quebrado. El país se quedaría con el oro manos privadas (poco: seguramente la mayor parte salió del país) y caída de liquidez que llevaría a una deflación/depresión.
Este breve relato refleja lo que pasó en la FED y EEUU en el 29. El gobierno quiso mantener la paridad oficial dólar-oro. Eso obligó a subir los tipos de interés para que no saliera más oro - o entrara algo del exterior. Pero la subida de tipos, con los mercados en lo más alto, provocó un aumento de la demanda de dinero (= caída de la velocidad de circulación), caída de los mercados de activos, y finalmente deflación. EEUU no se levantó del profundo hoyo hasta 1933, con la llegada a La Casa Blanca FD Roosevelt, que sacó el dólar del patrón oro. El dólar se devaluó más de un 60%. Se recuperó competitividad, cayeron los tipos de interés, y la actividad económica creció.
Volvamos a hoy y a Bernanke. Yo le he oído varias veces decir, cuando él era presidente de la FED y empezó con su QE para evitar el “riesgo del 29”, que las deuda acumulada en el activo no suponía ningún problema de balance, porque la FED la mantendría hasta su vencimiento. No vendería eso títulos; ingresando su rendimiento anual, y cobrando su valor residual, no habían riesgo de pérdida de capital (lo que engrosa el señoreaje. Ver más abajo). Sí habría riesgo si el Banco la vendiera con pérdidas, cuando ésta hubiera caído en el mercado, pero eso sería equivalente a aumentar los tipos de interés, lo que sería contraproducente en las recesiones. De hecho, los bancos centrales han abortado el reciente conato de retirada de liquidez para combatir la inflación, al caer su valor de mercado con fuertes efectos alcistas sobre los tipos. Eso aumentaba el riesgo recesión fuerte, lo cual pretenden evitar. Por lo tanto, ahora se centran en subir el tipo de interés a corto plazo - lo que no deja de tener efectos contractivos.
En todo caso, los bancos centrales no van a tener pérdidas de balance. ¿Podría tener tener pérdidas de señoreaje?
El señoreaje es la fuente de beneficio del BC (y por ende, del principal accinista: el gobierno) percibido las diferentes rentabilidades entre su Activo y Pasivo, especialmente por la diferencia entre el interés que paga y el que percibe en sus operaciones habituales de política monetaria en el mercado interbancario. Es decir, el Banco cuando declara un tipo de interés oficial, está anunciando que será demandante/oferente de fondos en el interbancario para mantener el tipo de interés deseado. El Banco participa en ese mercado como uno más, con la ventaja de que siempre tendrá liquidez suficiente para ofrecer/demandar. El margen entre los tipos de oferta y demanda del mercado suponen un beneficio neto para el Banco. Con inflación se manejan más cantidades de fondos, y el señoreaje aumenta. En el interbancario, el Banco hace operaciones repo (compra/venta simultánea de deuda con los bancos a un día o siete días, con un diferencial de interés implícito), intentando que el tipo sea el el que equilibra oferta y demanda.
El problema de hoy no es el balance del banco central, sino la inflación y la posible recesión que la política de subida de tipos causará, porque el crédito bancario caerá sí o sí, con efectos contractivos que es difícil valorar, dada la gran incertidumbre reinante.
El velo transparente alude a la visión clásica del dinero, que no era más que un velo transparente, que facilitaba las transacciones pero no tenía efectos reales. Keynes & co, luego Friedman & co, demostraron que el dinero tenía fluctuaciones que tenían efectos reales indeseados. El velo no era transparente