Las bolsas han subido como cohetes ante la probable victoria final de Macron en la segunda vuelta electoral. ¿Por qué es Macron bueno? Porque no es Marine le Pen, y punto. No hay más activos para este señor, sin partido, y con proyectos que no suenan insensatos, pero que no podrán ser llevados a cabo.
Primero, porque necesitaría un mayoría legislativa que no va a obtener cuando convoque, una vez presidente de la Republica, elecciones parlamentarias. Por lo tanto, se encontrará con un muro de gran resistencia a sus propuestas legislativas.
Segundo, porque reformar Francia es cuasi imposible, como él mismo ha experimentado como ministro de finanzas. Hizo un intento de liberalización que acabó en una mayor competencia entre líneas de autobuses de larga distancia, y algunas aperturas de tiendas en festivo "sólo en zonas turísticas" (sic). Una broma.
Tercero, como nos cuenta Matthew Lynn, las probabilidades de sacar adelante su propuesta de un gobierno fiscal único para el euro tiene "entre cero y cero menos uno probabilidades de ser consideradas en serio por Alemania, por muy razonable e inspirador que suene.
Claro, que más surrealistas son los planes de Marine Le Pen, que piensa apoderarse del Banco de Francia, dirigir la cotización del nuevo Franco, mientras inyecta miles de millones en proyectos gubernamentales y eleva la protección frente al exterior. Las bolsas, ante la victoria improbable de Le Pen, crujirían antes de que pisase el Eliseo. Y eso es lo que tiene de bueno Macron. Es decir, un "más de lo mismo" que Hollande, el que ha llevado al PS a su muerte electoral.
Probablemente Macron hará un intento liberalizador más o menos inocuo, como los que ha hecho, y rendirá pleitesía a Merkel entregándole los "planes secretos" de la europeización fiscal. Podemos preguntarnos, ¿durará los cinco años de mandato? Ese será su objetivo una vez que caiga de las nubes, y para ello cederá ante los grupos de presión de izquierdas y derechas, hasta las elecciones de 2022. Si no es así, es que las cosas se han puesto muy feas y no ha sido capaz de mantenerse a flote entre un parlamento pertinaz, unos sindicatos rocosos, y una la Marine Le Pen que seguramente contará con más fuerza parlamentaria. Cuantas más veces convoque Macron elecciones legislativas, más subirá Le Pen.
Así es Europa: una victoria por no ser otro.