Mucha gente piensa que la inversión, y especialmente el trading son
algo nuevo. Es cierto que el público conoce el crack de 29 o la gran
caída del 87, pero parece que, entonces, la inversión estaba reservado
para señores con bombín y grandes banqueros, y que el inversor
particular estaba totalmente fuera del mercado. Sin embargo, no hay nada
más lejos de la realidad. Es cierto que hace 200 años nadie podía
plantearse la opción de invertir desde su casa a través de un broker
online. Y también es verdad que, precisamente los brokers online han
permitido que todo el mundo pueda invertir de forma fácil. Tanto es así,
que incluso personas que no deberían invertir en Bolsa o en cualquier
otro mercado, lo está haciendo. Pero a pesar de todo, desde hace varios
siglos, millones de personas han invertido, tanto a largo como a corto
plazo, en Bolsa y otros mercados.
Como decía, el trading no es
nuevo, y aunque los brokers lo promocionen mucho a día de hoy, en
Francia o en los Países Bajos ya había inversores que compravan acciones
de las compañías de índias y las vendian en un plazo corto, o incluso
en el mismo día. El caso más conocido de trading a corto plazo
seguramente sea el de la Compañía de Indias Occidentales francesa. En
este caso, la especulación fue fruto de la euforia, que se tornó en
burbuja con las acciones de la empresa mencionada. En cuestión de menos
de un año, las acciones multiplicaron su valor. Su cotización subía
tanto, que había días en los que, en el plazo de sólo unos minutos su
revalorización era tan elevada, que los inversores no podían rechazar la
oportunidad de ganar un 10%. Al igual que la inversión a largo plazo
por entonces era muy diferente a la de ahora, lo cierto es que existía.
Y, en mi opinión, lo mismo sucede con el trading. Es cierto que no es
como hoy en día, pero ya había personas que no se dedicaban a los
mercados como forma de vida que trataban de ganar dinero en plazos
cortos según los movimientos del mercado.