El tercero en discordia

19 de marzo, 2014 0

En el campo de la inversión nos enfrentamos a desafíos considerables...pero no son todos los que están, ni están todos los que son:

En primer lugar debemos  determinar el valor razonable de cada título para comparar si su precio está próximo a su valor intrínseco o por el contrario está muy alejado, por encima o por debajo.

En segundo lugar no menos importante es la capacidad psicológica para mantenernos firmes a nuestro análisis a pesar de los movimientos del mercado mientras los fundamentos de análisis no indiquen un cambio.

Suponiendo que los dos primeros pasos han resultado acertados encontramos el "tercero en discordia".  Una gran mayoría de inversores cuando revisan sus carteras lo máximo que pueden decir es si ganan o por el contrario si pierden dinero, en muchas ocasiones ni eso y en otras muchas ocasiones cometen un error considerable.

En mi opinión estamos ante tres factores muy escurridizos que conforman este factor:

- Indisciplina

La tarea de inversión requiere un seguimiento continuo, disciplinado y ordenado, pero cuando los resultados no se producen de forma inmediata nuestra atención se va relajando hasta olvidar por completo el rumbo de nuestra inversión a la espera que finalmente se materialice.

- Autocomplacencia

La mente humana tiene una tendencia a buscar un estado onírico, en otras palabras, cuando se produce una ganancia no le interesa demasiado determinarla de forma exacta para poder fantasear con nuestro futuro como inversor, pero cuando se produce una perdida, no le interesa demasiado determinar la perdida de forma exacta para protegernos del trauma que supone asimilar la realidad.

- Espontaneidad

Después de dedicar buena parte de nuestro esfuerzo a formarnos sobre valoración y selección de activos nos aventuramos de inmediato a poner en funcionamiento lo aprendido, pero descuidamos el seguimiento de los resultados  obtenidos y el efecto que ejerce el paso del tiempo sobre nuestras inversiones hasta el punto que terminamos basándonos en una intuición o una improvisación de la rentabilidad conseguida.

No se trata de convertir nuestra vida en un siervo de las inversiones que acometemos, pero es necesario determinar con rigor periódicamente el retorno de nuestra cartera para actuar consecuentemente.

Estos principios son aplicados y mostrados desde la creación de mi cartera personal en http://finanzasconfinanzas.blogspot.com.es

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