Finales de julio, el
calor aprieta, los incendios, las hipotecas, la recesión, Putin, el
cambio climático, el precio de la energía ¿Hay algo positivo? No,
absolutamente nada, o si uno no hace mucho caso a todo lo que ve y se
escucha, pues todo este pesimismo puede no ser más que una tortura
con la que los medios y el poder en general le gusta flagelar a la
población cíclicamente a modo Gran Hermano de Orwell,
objetivamente, yo sigo viviendo igual que en noviembre del año pasado.
Los mercados andan
ahí revueltos, típico julio, no hay nada que destacar o mejor
dicho, nada que en septiembre no pueda cambiar en una u otra
dirección en pocos días. A los mercados en verano no hay que
hacerles mucho caso y la gráfica así lo muestra, todo es lento y
pesado como el mismo verano y el calor.
Ahora mismo yo
detecto dos tendencias opuestas que cada vez se radicalizan más, los
pesimistas y los medianamente optimistas. Optimistas completos ahora
no hay, nadie se atreve, cualquiera con semejante despliegue de malas
noticias se atreve a ser optimista, pasado unos meses le pueden caer
una paliza de gorrazos. En cambio, ser pesimista ahora tiene más
rédito, si la tendencia cambia la gente se emociona y olvida pronto
a los apocalípticos.
Yo soy de los que se
sienten moderadamente optimistas, quizá es por como me han ido las
cosas hasta ahora. Estoy en punto muerto, los vaivenes desde enero ni me han quitado ni me han dado mucho, si hay una caída en
septiembre algo se irá por delante, si el mercado se mantiene pues
lo dejaremos ir hasta que decida que hacer, total, ahora mismo es
imposible saber como se puede ganar o perder dinero, no si estoy
perdiendo más con el dinero paralizado en el banco o con el
invertido, pero si tengo en cuenta la inflación, estoy mejor en las
inversiones.
Mi estrategia es la
de siempre los últimos años, compra las grandes caídas aunque el
pesimismo sea brutal y mantén el tiempo que haga falta y ves comprando si hay oportunidad, no vendas en
rojo y espera tiempos mejores. Ni más ni menos que lo que hice en la
catarsis viral en las bolsas, eso si, aquello fue tremendo, comprar
en plena angustia se antojaba mucho más dramático que ahora, pero
a mi me dio por reírme y meterme a comprar, podría haber salido
mal, le doy las gracias a los gobiernos que impulsaron aquellos
torpedos que hicieron rebotar las bolsas.
Al final todo
depende del petroleo, el gas y en menor medida de Putin, al que las
noticias lo han empezado a olvidar y esa guerra ya parece una guerra
fratricida entre vecinos hermanos que nunca se van a poner de acuerdo. Por ahí
anda Maduro ofreciendo petroleo y gas, nadie a respondido a su
petición o no nos hemos enterado, tampoco sabemos la posición de
USA al respecto, ya hace meses que el tema se trató entre
Venezuela y USA. Será todo secreto, quien sabe, no se filtra nada,
hay gato encerrado, Maduro puede ofrecer petroleo y gas hasta
aburrir, eso lo sabemos todos.
El petroleo pinta
una gráfica de caída monumental, pero no creo que sea durante el
verano, quizá a finales, pero en esto juegan los productores, el
resto son meros espectadores. Biden parece decidido a que baje,
veremos si lo consigue.
A mi todo el
pesimismo me parece estar creado artificialmente, para los problemas
hay soluciones, pero no es noticia ahora hablar
de las soluciones, solo de los problemas. Todos andan enfangados en
el pesimismo sin querer solucionar los problemas, con lo cual, con
todos mis respetos, lo veo todo algo totalmente ficticio y lleno de
intereses que no se van a desvelar o no se quieren desvelar, pero me
cuesta creer que detrás de tan fáciles soluciones, los gobiernos
van a permitir el hundimiento del crecimiento tras una pandemia que
ya fue algo tortuoso.
Todo esta en la mano de los Maduros, Biden,
los países del golfo pérsico y Putin, es lo que tiene depender de
ellos, que cuando quieran, te pueden hundir en la miseria, pero creo
y digo creo, que no les interesa NADA a largo plazo.
Veremos lo que nos
trae agosto.