Durante los últimos meses la cotización del oro ha sufrido varapalo tras varapalo. Sin embargo, esto ha propiciado la aparición de grandes oportunidades en el sector de la extracción del metal dorado. Se las explicamos en este artículo.
2013 no ha sido un buen año para la cotización del oro. Tras 12 años consecutivos de subidas en los que el oro se revalorizó de los 250 dólares por onza a los 1.800, 2013 fue el año de la gran corrección en la que el oro se dejó un 28 por ciento de su valor.
En tan sólo 12 meses, el precio de la onza de oro pasó de 1.675 dólares a los 1.205 dólares con los que cerró el pasado 31 de diciembre.
En el nivel de los 1.200 dólares por onza los inversores contuvieron la respiración. Era el soporte que el oro marcó en su caída de junio.
Para muchos inversores, entre los que me incluyo, si el oro hubiera roto ese soporte a la baja, la caída potencial se hubiera prolongado hasta el entorno de los 1.000 dólares por onza. Un nivel que el oro no alcanzaba desde septiembre de 2009.
Sin embargo, el soporte aguantó y el oro rebotó hasta los 1.250 dólares por onza que si bien no alejan los peligros, conceden un respiro a la cotización del metal amarillo.
En este escenario bajista usted se imaginará que los más perjudicados han sido aquellos inversores que compraron oro, ya sea oro físico o productos financieros asociados a la cotización del oro como ETFs.
Pero no. Los inversores más perjudicados por el descenso de la cotización del oro han sido aquellos que apostaron por las compañías encargadas de extraer el metal dorado de la tierra.
Como puede ver en Bolsa nada es lo que parece…
Con la fiebre del oro que vivimos durante los últimos años, algunas compañeras mineras asumieron una gran cantidad de deuda para financiar nuevos proyectos de minería que, dado el descenso en el precio del oro, han dejado de ser rentables.
Los ejecutivos de algunas de estas empresas contaban con que el oro mantuviera sus subidas de los últimos 12 años y que la onza de oro se vendiera a dos o tres mil dólares en los siguientes años. Sin embargo, como hemos visto el precio del oro ha corregido y esto ha destrozado la viabilidad de muchos planes de negocio del sector.
Hay compañías a las que, agregando todos los costes, extraer una onza de oro les cuesta de media más de lo que obtienen por venderla. Cada día que pasa estas compañías se acercan más a la quiebra, y los inversores lo saben. Lo que los inversores no saben es cuáles son estas compañías.
Los inversores no saben con certeza qué compañías van a sobrevivir. Todas las compañías del sector tienen a la alargada sombra de la sospecha sobre ellas y los inversores, en su afán de protegerse contra el riesgo, han huido de prácticamente todas por igual.
Esto ha provocado que muchas compañías hayan visto cómo su cotización se ha hundido más allá de lo justificable. El pánico se ha extendido por el sector y nosotros, como inversores inteligentes, debemos sacar partido de esta situación.
LA ESTRATEGIA PARA APROVECHAR EL PÁNICO EN EL SECTOR
La estrategia a seguir es invertir con diversificación. Habrá mineras que quiebren, pero las que sobrevivan se revalorizarán enormemente ya que la extracción de oro es un negocio que depara enormes beneficios.
Para un inversor individual como usted y yo no es posible comprar acciones de 20 o 30 compañías diferentes; tendremos que invertir en un fondo que esté orientado específicamente al sector minero áureo con participaciones en muchas empresas.
El fondo Market Vectors Gold Miners (NYSEARCA: GDX) es un fondo cotizado -ETF- que aglutina a prácticamente la totalidad de las empresas del sector, ponderando la participación de cada compañía en la composición del fondo de acuerdo al tamaño de éstas en el sector.
Como puede ver en el gráfico anterior, el ETF que replica el comportamiento del sector ha perdido en los dos últimos años el 55 por ciento de su valor. Una caída que contrasta con la del oro que en el mismo periodo de tiempo perdió un 27,5 por ciento, exactamente la mitad.
Como puede ver el castigo a las mineras ha sido desmedido, con una caída muy superior a la del oro y prácticamente a la de cualquier otro activo en Bolsa.
¿Cómo es posible que las acciones de las compañías mineras hayan caído el doble de lo que ha caído el oro en los últimos años?
Aquí es donde entra el pánico del que hemos hablado antes. Los inversores han huido de todas las compañías por igual por miedo a quedarse atrapado en las pocas compañías que no superarán esta corrección del oro.
No lo dude, algunas de las compañías que componen el fondo Market Vectors Gold Miners quebrarán, pero las que sobrevivan se repartirán un mercado más ventajoso y con menos competidores.
En los próximos años, el efecto negativo por la quiebra de alguna de estas compañías se verá contrarrestado -en mucha mayor medida- por la revalorización de las acciones de aquellas compañías que se hagan con el mercado.
Una de las máximas de Warren Buffett, uno de los inversores con más éxito de todos los tiempos, es: “Sea temeroso cuando los demás sean ambiciosos, y sea ambicioso cuando los demás sean temerosos”.
Tal vez haya llegado el momento de escuchar a Buffett y de ser ambiciosos.
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