Se han producido reacciones histéricas, como este dibujo que tomo del El País de hoy, que inmediatamente han sugerido la comparación de Trump con Hitler.
No banalicemos a Hitler, la quintaesencia del Mal. Si alguien representó el mal absoluto en la historia fue este desalmado, que no tenía la excusa de Gensis Kan de que en sus tiempos la moral era ciertamente otra cosa.
Hay muchas diferencias patentes entre Trump (que puede ser muy peligroso) y Hitler, que no voy a detallar aquí. Obsérvese sólo que mientras Hitler era, como escribía en su Mein Kamf, un imperialista que conquistó media Europa (Europa entera, en realidad, menos Inglaterra y España), Trump parece más bien un aislacionista que nos va a dejar colgados de la brocha a los demás, y cuando nos ecnxarcemos en una guerra por el euro o por los refugiados, el siguiente presidente de EEUU vendrá a salvarnos de nosotros mismos, como siempre han hecho.
-Así que reprímanse las histéricas. Si viene otro hitler será europeo, como el original Hitler o como Stalin, verdadera patente europea.
Es el momento de testar esas instituciones de que presume EEUU con razón, justicia independiente - ya hemos visto un dos jueces decir no a Trump y criticarlo -, y el Parlamento. Estoy seguro que algo quedará en pie.