La acción cura el miedo, la indecisión y el aplazamiento, lo fertilizan. David Schwartz.
No hay mejor paralelismo de cómo afecta el miedo a nuestra toma de decisiones diaria que con un comando de operaciones especiales de la armada. Según la historia, los mayores errores cometidos en los campos de batallas casi siempre están relacionados con el miedo o el pánico y si nos paramos a analizar nuestras mayores catástrofes operativas, nos daríamos cuenta de que nos afectan y en muy parecida proporción. Por eso la capacidad de controlar estos impulsos tienen muchísima importancia en nuestra operativa diaria.
En las fuerzas especiales de la armada, se someten a los reclutas a un entrenamiento especial para cambiar la forma en la que su cerebro reacciona al miedo. Los sumergen desde el primer día en el caos más absoluto, pruebas de resistencias llevadas al extremo sumadas a continuas presiones psicológicas. Por término medio, solo supera el corte una cuarta parte de los presentados
de 140 candidatos que inicia cada curso solo 36 pasan el corte final. Los reclutas que triunfan parecen que están mejor capacitados para adaptar su celebró a las exigencias del trabaja, no son necesariamente los de mejor condición física los que pasan las pruebas al igual que en el trading no los más inteligentes los que sobreviven.
Para comprender que necesita un trader profesional o un futuro boina verde, hay que recurrir a la neurociencia.
Cuando nos enfrentamos al miedo es la amígdala la que filtra la información que nos envían los sentidos y de forma instintiva manda una respuesta. La amígdala es la parte más primitiva de nuestro cerebro y la que se encarga de nuestra supervivencia. Es la zona del cerebro con más conexiones sensoriales, recibe muy rápido los pensamientos que nos hacen sentir el miedo, pero no envía la respuesta igual de rápido, realmente a la mitad de velocidad, por ello, una de las respuestas más recurrentes al sentir miedo es que nos bloqueamos, nos paralizamos, nos inmovilizamos. Otras respuestas serian comenzar a sudar, palpitaciones más aceleradas, dilatación de las pupilas, tensión en los músculos por si hubiera que salir corriendo ante algún peligro físico.
¿Cómo podemos mejorar nuestras respuestas a lo que nos hace sentir miedo?
Los reclutas de las fuerzas especiales realizan varios ejercicios, entre ellos destaca uno donde les ponen una capucha en la cabeza y el instructor prepara un escenario aleatorio. Cuando se quitan la capucha, unas veces tendrán que responder rápida y letalmente y otras veces más relajadamente porque puede que la persona que se te acerca no sea una amenaza y simplemente le esté haciendo una pregunta sin maldad, en plan ¿dónde está el supermercado más próximo.? Pero la idea es que entrenen y simulen continuamente situaciones que ocurren en un segundo y donde puede que esté en juego sus vidas o la de sus compañeros. Con el entrenamiento intentan que aprendas que el pánico debe aparecer cada vez menos en sus actuaciones y mediante la continua exposición a las circunstancias más aterradoras los reclutas aprenden a reprimir el miedo que les podría hacer reaccionar de forma equivocada. Además, los estudios científicos nos demuestran que con el entrenamiento mejoran la velocidad de reacción de la señal entre la amígdala y la actuación.
Con el trading por suerte, no nos jugamos la vida en cada movimiento, pero de vez hay escenarios que nos hacen sentir igual de aterrados, recrea en tu cabeza la siguiente situación: “imagínate entrando en una operación con el triple del lotaje que deberías y que lo primero que hace el precio es ir a buscar su stop, que por cierto no te ha dado tiempo ni a ponerlo y para colmo, ahora mismo no te funciona internet y tu plataforma se ha quedado pillada…” ¿¿No comienzas a temblar, a rezar y a maldecir??
Pero el problema fundamental aquí no sería la velocidad del mercado ni la perdida de internet sino el triple del lotaje utilizado… el caso es que en una simple operación podemos reventar gran parte de nuestra cuenta de trading.
El ejercicio que os propongo es averiguar cuál es el acontecimiento, motivo o error que repetimos que más nos distorsiona y poner remedio cuanto antes, puesto que el miedo se alimenta y crece cuanto más lo pensamos y aplazamos. Pero cuando no le damos margen a nuestra mente para divagar porque lo tenemos todo sistematizado, no pensamos, sino que actuamos, el miedo no crece, sino que lo gestionamos. Aprendamos a ser activos no nos quedemos atrapados en el lodo, salgamos cuanto antes. Pregúntate ¿qué es lo peor que podría pasar? y si eso que tanto temes sucediera ¿Cómo podríamos solucionarlo? Visualizar los peores escenarios y gestionar sus riesgos e incluso entrenar las diversas situaciones antes de que sucedan, nos convertirán en auténticas boinas verdes de nuestro trading diario.
Un saludo, formese en análisis bursátil para conocer que acciones comprar en bolsa y buen trading.