El mercado petrolero y su coyuntura actual, se fundamenta en elementos históricos, por ende un claro conocimiento de estos es una de las mejores oportunidades que se tendrá para entender los movimientos de este bien y quizá poder tratar de predecir su comportamiento y tendencias futuras:
El primero factor se encuentra ligado a la estructura del sector y sus prácticas monopolísticas, las cuales han acompañado este mercado desde sus orígenes, un segundo factor es el carácter estratégico de los productos derivados del petróleo como eje que estructura la dinámica en la economía internacional, así como su importancia para definir la geopolítica mundial, finalmente un tercer factor es el alto componente especulativo por parte de los inversores, que ha llevado a introducir volatilidad en el precio, auspiciado por los constantes rumores frente a las reservas globales y su evidente reducción constante.
Ahora bien, el origen del primer factor, se encuentra ligado con Jhon D Rockefeller propietario de la Standard Oil (hoy Exxon Mobil ), su filosofía de negocio era que la integración del negocio del petróleo era necesaria para lograr la estabilidad de precios, y por tanto la de las ganancias; partiendo de lo anterior entonces era imprescindible controlar la exploración, la explotación, la refinación, la distribución y la comercialización. Con el fin de implementar la estrategia de integración, la Standard comenzó la tarea de adquirir refinerías líderes y empresas petroleras destacadas, para este objetivo se tenía una estrategia en la cual la primera aproximación era realizada con deferencias, educación y lisonjas; si esto fallaba, la Standard obligaba a cualquier competidor a rendirse, o como decía Rockefeller "sudar la gota gorda". Para lograr esto, crearon empresas fantasmas que se encargasen de la manipulación de fletes del transporte del petróleo y del bien mismo, recurriendo a la simulación de escasez de barriles contenedores de petróleo, redujeron artificialmente los precios del keroseno para quebrar empresas y luego comprarlas; los hombres de la Standard operaban clandestinamente para realizar esas labores de sabotaje y distorsión, e incluso usaban códigos para comunicarse durante sus operaciones (el nombre de Standard Oil en clave era "Morose"). El modelo aplicado por Rockefeller se convirtió entonces en un ejemplo tomado por el resto de las industrias, donde se busca garantizar la estabilidad de precios y ganancias a los accionistas, no es raro entonces verlo aplicado en diversos sectores económicos incluso aún en pleno siglo XXI.
Sin embargo la verdadera demanda de petróleo comenzó su punto de quiebre, con el incremento entre (1900-1912) del número de vehículos en EEUU, los cuales se estima que pasaron de 8,000 a cerca de un
millón, ligando de esta manera el futuro de ambas industrias; ahora bien esta mayor demanda exige una mayor cantidad de exploraciones y un mayor volumen de refinación, considerando que cada empresa buscaba una mayor participación del mercado y en esa medida, los precios se desplomaban continuamente; la solución surge entonces como una idea brillante y sencilla a la vez, poner de acuerdo a una serie de competidores , decidiendo imponer una serie de condiciones al mercado, desde barreras para el ingreso, precios discriminatorios, zonificar precios o desarrollar prácticas de dumping, desarrollando entonces una serie de tácticas monopolísticas; ahora bien, se dría que esto aplicaba para una era anterior a la actual, sin embargo analizando las condiciones que se encuentran actualmente tenemos a la OPEP, la cual para el periodo comprendido entre el 2000 y el 2006 contaba con en promedio el 76.85% del total mundial de las reservas probadas, siendo su producción equivalente para este mismo periodo de tiempo en promedio el 42.57% del total mundial, estos porcentajes son representativos para fijar prácticas monopolísticas, sin embargo conforme con el modelo Rockefeller, el siguiente paso es la refinación y en este sector son las cinco principales petroleras las que cuentan en conjunto con una capacidad equivalente al 20% de la capacidad mundial instalada, pero lo más importante es que prácticamente procesan una cuarta parte de la producción mundial, en esta coyuntura actual, es la refinación y no la producción la restricción que impulsa al alza los precios del petróleo, por lo que si la OPEP decidiese incrementar la producción de crudo, considerando que los costos más altos de extracción rondan los $30 por barril y que en el otro extremo, en Medio Oriente, hay países que tienen costos de extracción de hasta $5 por barril; el resultado sería el mismo no hay más capacidad de refinación, sin embargo, si bien es cierto las reservas mundiales de crudo no están en manos de las multinacionales privadas, como a principios del siglo pasado XX, los países propietarios (OPEP y otros) dependen en buena medida de los conocimientos y tecnologías de las multinacionales privadas para explotarlas.
De la mano de una economía globalizada, con la economía real movilizándose por tren, barco, aviones, camiones y furgones, básicamente, donde a excepción de los trenes, todos los demás medios están impulsados por petróleo refinado en sus diferentes presentaciones (gasolina, keroseno o jet A-1, diesel), tenemos una receta para salvo que se presenten situaciones coyunturales, mantener sostenido el consumo de petróleo a nivel mundial, llevando a que su carácter estratégico no se diluya a través del tiempo, con el fin de sustentar este efecto en el tiempo, podemos apreciar como entre el año 1995 y el 2001 el mercado estadounidense cerró refinerías con capacidad equivalente a 828,465 barriles diarios de procesamiento, limitando aún más la capacidad de refinación de crudo a nivel mundial y potenciando el efecto en el precio del activo, dado que tal y como mencionamos previamente, este cuello de botella se encarga de minimizar el efecto de los nuevos descubrimientos en el precio del activo, dado que existe una restricción que se encarga de poner un límite al potencial uso del descubrimiento; sin embargo es importante mencionar que ante un escenario económico como el actual, con un barril de petróleo fluctuando entre los 90 a 100 USD, se ha convertido en una oportunidad no solo para realizar la explotación de campos petrolíferos que antes no eran redituables, sino que ha permitido que grandes empresas que no hacen parte del sector comiencen a vislumbrar la necesidad de contar con una refinería propia, siendo el más claro ejemplo de este hecho la aerolínea Norteamericana a Delta, la cual se hizo con el control de un complejo petroquímico en EEUU, para procesar el combustible para su aviones.
Sin embargo es importante mencionar que este recurso es de carácter netamente finito y que somos altamente dependientes de él, por lo que salvo que una situación compleja, la maquinaria económica que mueve los mercados petroleros, seguirá andando como un engrane bien aceitado
REFERENCIAS.
Monterrosa Guillermo, Entendiendo el mercado petrolero mundial. TEORÍA Y PRAXIS No. 14, Febrero 2009