Las elecciones al Parlamento Europeo dejaron un mapa político desdibujado, diferente al que estábamos acostumbrados. Sobre todo por el incremento de los mismos políticos que dicen estar en contra de la institución asentada en Bruselas. Los euroescépticos marcan territorio. Como predecía Saxo Bank, la inestabilidad económica y la supremacía de argumentos políticos de unos países de la Unión por sobre de otros ha proporcionado las bases para criticar el concepto de "Los Estados Unidos de Europa".
Hasta un centenar de escaños sumarán los partidos que están en contra de la Europa que conocemos y entrarán a tomar decisiones en el centro parlamentario de la misma institución. Políticos de Finlandia, Francia o Italia. En una lista de diez posibles situaciones hipotéticas que podrían hacer tambalear el mercado, Saxo Bank tenía en cuenta una Europa dividida. El banco avisaba que había que tomar medidas estratégicas para que esta predicción no afectara a los ahorros de una cartera de inversiones.
Pero la entidad presidida por Steen Jakobsen se equivocó de protagonistas. No fue Holanda el país más crítico con la Unión; el Partido por la Libertad quedó como la tercera fuerza de los Países Bajos. En cambio, Francia y Reino Unido emergieron como los verdaderos enemigos del continente. El Frente Nacional de Marie Le Pen consiguió la victoria electoral más sonada; su grupo recibió el 25% de la representación Francesa al Parlamento. El Partido Independentista (UKIP) de Nigel Farage, en el Reino Unido, hasta un 30%.
Una participación de finlandeses, italianos o suecos también han apoyado la causa por la desmembración de la Unión Europea. O, al menos, para cuestionar el sistema. Entre sus programas electorales hay una clara predilección por desestabilizar el status quo, constituido en el Tratado de Roma de 1957.
Esta es la razón porqué las primeras predicciones hipotéticas de Saxo Bank, las “Outrageous Predictions”, titulamos esta situación como “La Rotura de la UE”. Esta empezaría cuando los parlamentarios no consiguieran un acuerdo en la elección de un Presidente de la misma Unión, y desencadenaría una reacción en las bolsas europeas.
Para protegerse, el banco danés recomendaba la compra de bonos alemanes - se refugiaba en el Bund -, y la venta en descubierto de bonos españoles. El beneficio procedería del diferencial entre el interés de los dos activos. Según esta estrategia, todo apunta a que existe la creencia de que el hundimiento del continente debe pasar obligatoriamente por el hundimiento de la economía española.
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