Esta semana el dólar recupera claramente posiciones frente al euro. La elección de Powell como sucesor de Yanet Yellen al frente de la FED parece asegurar que se continuará con la senda programada de subidas de tipos en Estados Unidos. La economía norteamericana se muestra muy sólida a pesar de la ralentización que podría haber supuesto la temporada de huracanes, y su banco central se muestra convencido de que la inflación alcanzará la tasa objetivo del 2% a medio plazo. Contrasta claramente una subida de tipos en Estados Unidos más o menos ralentizada con el anuncio por parte el BCE de que no habrá subidas hasta inicio del 2019. Además, la semana pasada, el BoE, a pesar de que el Reino Unido presenta tasas de inflación superior al 3%, comunicó que no tiene ninguna prisa por subir aceleradamente los tipos hasta que no vaya monitorizando el efecto del Brexit. Y por último, la reelección de Abe al frente de Japón asegura una política monetaria agresiva en el país nipón durante más tiempo. No sólo cuestión de diferencial de tipos de interés, sino porque la FED ya ha empezado a reducir su balance (muy lentamente, pero lo hace) mientras que el BCE y el BoJ siguen ampliándolo. Por tanto, parece sensata y justificada la reciente fortaleza del dólar. Recuerden todos aquellos informes de principios de año apostando por una paridad entre el euro y el dólar.
En el siguiente gráfico actualizo la evolución del euro-dólar que adjuntamos este verano cuando el euro rompió al alza la resistencia de 1.15. Comentábamos que sería complicado que al primer intento, el euro rompiese la resistencia de 1.20 euros por dólar. Lo más probable es que el par continúe moviéndose a corto plazo entre 1.15 y 1.20 que son los soportes y resistencias laterales que se observan en el gráfico de velas semanales.
Si miramos el gráfico de más corto plazo, en velas diarias, sí que se observa que en el nivel de 1.15 hay un claro soporte. Pero igualmente podemos ver que el índice presenta una figura de H-C-H cuyo objetivo estaría en niveles de 1.13, zona por la que pasa la media de 200 sesiones y la zona de resistencia de este verano, cuya ruptura provocó el último disparo alcista del euro.
Pero no sólo por la política monetaria podemos justificar la mejora del dólar. Los datos macro de Estados Unidos son mucho mejor de lo esperado, lo que está favoreciendo el rebote del billete verde. En el siguiente gráfico podemos ver que la relación entre la mejoría macro y el Dollar Index es patente. Cuando los datos macro publicados defraudan las expectativas, el índice de sorpresas macro elaborado por Citi (línea blanca) corrige, y el Dollar Index replica el movimiento. Desde julio vemos cómo el índice de sorpresas macro de Estados Unidos se ha girado fuertemente al alza, y el dólar con dos meses de retraso está siguiendo la evolución de la macro.
Desde el punto de vista técnico, el Dollar Index ha dibujado una figura de suelo en forma de H-C-H invertida. La semana pasada superó al alza la línea clavicular, lo que favoreció que las bolsas europeas rompiesen al alza máximos anuales. De momento, la ruptura sigue vigente y el objetivo alcista podría situarse en la zona de las medias de largo plazo (nivel entre 96.5 y 97 puntos).
Si vemos que el último tramo alcista de la mayoría de índices bursátiles ha coincidido con el giro del dólar (desde inicio de septiembre), podemos comprobar que la continuidad alcista del dólar debería seguir beneficiando a las bolsas. En primer lugar porque una subida del dólar, apoyada en muy buenos datos macro en Estados Unidos, hace que las bolsas norteamericanas se mantengan atractivas a pesar de estar en máximos históricos. Y el resto de bolsas mundiales se ven beneficiadas por la debilidad de sus divisas frente al billete verde, que mejora la competitividad de las compañías cotizadas.
El cruce de divisas por excelencia es del dólar frente al yen. Cuando el dólar se gira al alza (o el yen corrige), los inversores se financian en yenes para asumir riesgos. Si miramos el gráfico de este cruce de divisas, podemos ver que está justo en clara zona de resistencia. En la línea que une máximos desde 2015.
Si el dólar supera esta resistencia, claramente favorecerá un nuevo tramo alcista de la mayoría de activos de riesgo. Si se gira a la baja en la misma, tocará consolidar niveles actuales, o recogida de beneficios por parte de los inversores.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
(http://blog.unicorppatrimonio.es/)