El pasado cierre semanal fue nefasto para casi todas las bolsas europeas. Voy a dar un repaso a los principales índices.
El CAC que era uno de los índices europeos con mejores perspectivas, estuvo a apenas un 1,5 % de los máximos de abril, cerró la semana con una envolvente bajista que anula a las 4 semanas anteriores.
El DAX, más de lo mismo, cerró con una vela que envuelve a las dos semanas anteriores y por debajo de la media móvil de 30 semanas.
El FTSE, que apenas consiguió rebotar con la resolución del problema griego, ha cerrado por debajo, incluso, del punto donde se produjo el rebote, rompiendo además el soporte que tenía en los 6580 puntos.
El IBEX ha encadenado la cuarta vela negra semanal y ha cerrado con contundencia el hueco que dejó la semana del 13 de julio.
El único que presenta un aspecto formidable es el índice italiano, que sigue pegado en la zona de máximos y todavía no ha cerrado el hueco que se dejó en la semana del 13 de julio.
Si echamos un vistazo al gráfico diario del DAX, que es el que manda en Europa, está al filo de la navaja. Después haberse acabado la "gasolina griega", ha cerrado prácticamente todos los huecos que se abrieron en el rebote explosivo de la semana del acuerdo. Actualmente está cotizando por debajo del último retroceso Fibonacci (61,8 %) de dicho rebote, sustentándose en la media móvil de 200 sesiones y en la línea clavicular de una figura HCH cuyas proyecciones teóricas son los 10000 y en segunda instancia los 9000 puntos.
Dicho esto, con el cariz que está tomando la bolsa europea, se me han encendiendo algunas alarmas. La fortaleza que presentaban los índices europeos ahora está en entredicho. Sería deseable que la semana que viene se despejasen las dudas con un rebote suculento si realmente queremos retomar la senda alcista.
En fin, esperemos que el mercado americano consiga rebotar después de los últimos martillos que nos dejaron varios índices en la sesión del 12 de agosto, porque como le dé por corregir...