Los estudios de sociólogos y psicólogos distinguen claramente las características que tiene los individuos de forma independiente, y cómo éstas se ven transformadas en el momento que pasa a formar parte de una masa.
Las características de racionalidad, pensamiento crítico o inteligencia son mutadas al sentimiento de la multitud: impulsividad, excitabilidad o ausencia de espíritu crítico. En un resumen “en bruto”, las teorías de las masas sostienen que cuando los individuos pasamos a formar parte de la masa adoptamos rasgos ancestrales (rasgos comunes a todos los humanos, por formar parte de nuestro subconsciente colectivo, y por tanto, no estar sujetas nuestras acciones al mayor o menor grado de riqueza, clase social, aprendizaje o educación) Resumiendo, el individuo es racional y ha adoptado un aprendizaje y experiencia “X” a lo largo de su vida, pero la masa se comporta de forma homogénea, y actúa en base a los rasgos del subconsciente (herencia ancestral)
Sabemos lo contraproducente que es hacer un seguimiento exhaustivo a las noticias y titulares que los medios de comunicación económicos van generando minuto tras minuto, puesto que generan en nosotros impulsos, sensaciones, o sesgos a la hora de interpretarlas. De hecho, los malos resultados que presente un día una compañía pueden hacer que sus acciones suban como la espuma (la prensa de final del día dirá que “estaban descontados”), o bien que sus acciones bajen en picado (la prensa del final del día dirá que “se sabía que iban a ser malos, pero los analistas esperaban una mejora”, por ejemplo…)
La primera conclusión que extraigo es que una noticia no impulsa un precio, sino que lo hacen las velas anteriores y/o posteriores. Y si no repasad los impulsos de un precio tras una noticia para, a las horas siguientes o día siguiente, comenzar una fuerte tendencia justamente opuesta. Esto parece de perogrullo, pero me refiero a que la noticia no es la causa del movimiento, sino las expectativas previas a ser emitida o la generación de opinión posterior. Me explico: ¿los datos han resultado ser malos pero esperados?, ¿han resultados ser buenos, pero menos de lo normal? ¿Han resultado muy malos pero se espera cambio de tendencia? Una noticia es únicamente un medio para justificar un comportamiento, pero no una causa, puesto que la causa depende de las expectativas previas y la opinión generada a posteriori en la mente de los inversores.
En segundo lugar, y aun aparentemente de una temática diversa, me doy cuenta de cómo los traders independientes o pequeños inversores somos empujados por poderes mayores a formar parte de una masa, de forma que nos comportemos como ella, y por tanto, seamos sugestionables y manipulables. De esa forma nos convertimos en una masa esclava de los estímulos externos que recibimos.
Titulares como “la bolsa está muy barata”, o, “¿Corrección antes de un nuevo impulso?” son titulares con una clara intención. Sugestionar y predisponer a un gran número de individuos, de forma que agolpados bajo un pensamiento homogéneo, se forme una masa que pueda ser conducida y manipulada (una especie de gran “hedge fund” a disposición de los grandes intereses económicos)
Porque los traders independientes o pequeños inversores no queremos ni tenemos interés en formar parte de ninguna masa. Hay masas que se forman de forma natural y otras lo hacen espoleadas por algún objetivo común, pero a los traders independientes y pequeños inversores se nos empuja y persuade a ser masa. Nosotros no queremos serlo, pero se nos aplican estímulos externos para que no agolpemos en una masa.
El único ámbito en el que los traders independientes o pequeños inversores podríamos tener un verdadero interés en aunarnos, y técnicamente no sería nada parecido a ninguna masa, sería para ayudarnos los unos a los otros a ser disciplinados en la realización de nuestras propias reglas de trading, en procurarnos el apoyo anímico que esta profesión requiere, y en la motivación para ir dando pasos pacientemente. De este modo combatiríamos la soledad del trader independiente, y nos veríamos ayudados psicológicamente en malas rachas.