Ahora que nos encontramos en pleno despliegue de la flamante red 5G, que dotará de mayor conectividad y ancho de banda a los dispositivos móviles, no paran de sucederse las posibles aplicaciones en los distintos sectores económicos y empresariales.
Recientemente ha sido el portal Idealista el que ha centrado su atención en los usos potenciales de dicha tecnología de cara a la venta de viviendas, más concretamente, en la intermediación inmobiliaria. Entre sus conclusiones, señalan distintos usos como el envío de contenido multimedia a posibles compradores, la mejor y más inmediata comunicación entre las partes implicadas, un mayor y mejor acceso a portales con datos sobre los inmuebles o la ventaja de reducir los desplazamientos para fases tempranas de decisión.
De entre las nuevas posibilidades a conseguir, gracias al avance de la tecnología y las ventajas de la nueva velocidad de conexión, se encuentra, y no es ninguna sorpresa, el potencial uso de la Realidad Virtual (VR). Esta herramienta, que ya han implantado otros sectores, como el del ocio, supondrá que el cliente que se encuentre interesado en una promoción de obra nueva pueda dar un paseo por la vivienda en cuestión sin moverse de casa o de la oficina de la inmobiliaria y sin necesidad de que la obra se haya acabado (o, incluso, ni siquiera empezado), por poner un ejemplo, o el hecho de participar en ferias inmobiliarias virtuales, que es un fenómeno que no dudamos que va a llegar con fuerza.
La Realidad Virtual no sólo va a permitir al cliente conocer el inmueble de forma más exhaustiva sin la necesidad de visitarlo, sino que también dará la posibilidad de acceder a otra información relevante, como puede ser el vecindario, los servicios de la zona y otros aspectos del entorno. Esta aplicación de la VR es una muestra de cómo esta herramienta está buscando nichos de mercado y aplicaciones más allá de su terreno más abonado: los videojuegos. Según algunos expertos, se espera que en un par de años la Realidad Virtual dé el salto al público en general, tras haber sido sobreestimada inicialmente y, en cierto modo, denostada posteriormente por algunas compañías que consideraron que no tenía tanto recorrido como se esperaba en un principio.
Pero volviendo al mercado inmobiliario, las ventajas parecen estar centradas en la clientela y su comodidad, sin embargo, tal y como apunta Idealista, también representan un avance para la organización de los vendedores intermediarios, dado que el acceso a la información de los bienes (en ocasiones muy numerosos) podrá ser mayor desde su dispositivo móvil, y permitirá automatizar muchas de las tareas consideradas como más rutinarias. Además, se podrá trabajar de forma más cómoda con otras herramientas accesorias, pero importantes para la decisión final, como programas de decoración virtual, portales de servicios de reformas o comparadores de hipotecas, por poner algunos ejemplos.
Evidentemente, a un nivel más general, esta tecnología dotará de ventajas en el mercado inmobiliario que van más allá de la intermediación comercial. Dependeremos, por ejemplo, de herramientas digitales para gestionar el mantenimiento de los edificios, el control en edificios inteligentes o la monitorización de accesos y otros elementos de seguridad. Aspectos que no dudamos que tendrán un gran impacto en el nuevo parque de obra nueva que se está construyendo en países como los Estados Unidos que, como hemos explicado recientemente, se encuentra en un máximo, según se desprende del número de licencias concedidas.
De una forma u otra, lo que parece evidente es que la tecnología 5G ha encontrado otro nicho en el que aportar sus ventajas. Se considera que este avance permitirá que la latencia y el tiempo de reacción en acceso a la red disminuya en torno a unas 10 veces en comparación con su predecesor, además de permitir una mayor conectividad y dotar de dicha conectividad a un sinfín de aparatos (no en vano se la conoce como “el internet de las cosas”). Si sectores como la medicina, el transporte o el agrario ya han encontrado sus usos potenciales, ¿podía ser menos el mercado inmobiliario.