En Jordi Ruiz de Villa se exponen lagunas como océanos sobre los sucesos que han llevado a la venta del Banco Popular por un euro la acción.
La desafortunada intervención de Saracho en la junta de accionistas, seguida de una filtración del MUR y el consiguiente desplome de la acción daban que pensar en una prohibición de ventas en corto, en un apoyo masivo del ELA o de cualquiera de los mecanismos que están apoyando a tantas y tantas entidades financieras europeas (¿o es que no hay problemas en las entidades italianas y portuguesas?).
Pero no. Las administraciones publicas empezaron a sacar sus fondos y el desplome de la acción -que llevaba camino de valer cero- fue resuelto a las bravas. Un informe provisional (al parecer del mismo auditor de las cuentas falsas de Bankia), una expropiación sin justiprecio a los accionistas preferentistas y obligacionistas del banco, y la venta por un euro al único banco que sin duda perseguía, o, según las malas lenguas, alentaba esta operación: el Banco Santander. El giro argumental estaba servido.
Permítanme seguir:
Como la película acaba de empezar las preguntas sin respuesta se agolpan en nuestra cabeza. ¿Cómo se forjó la operación, quien la ideó y por qué? ¿Quién manipuló el mercado? ¿Fue el Banco Santander? ¿Estaba Saracho confabulado en la operación? ¿Por qué consintió el Estado Español esta expropiación a sus ciudadanos? ¿Fue para evitar ampliar el rescate bancario con fondos públicos o por la ambición de un ministro que desea un cargo en la UE? ¿Fue para que el Tesoro Público no tuviera que hacer frente a los avales por los créditos fiscales en una hipotética liquidación? ¿Y cuál fue la palanca de la voluntad del MUS: la debilidad de los recursos propio del Banco Santander, un aviso a navegantes o un castigo a la mala supervisión nacional? ¿Y por qué permitió un proceso de venta por un euro sin las debidas exigencias de competitividad y transparencia cuando sabían que el valor del banco era superior?
El suspense sobre las causas de esta operación convive con la expectación por el presente: ¿Se traspasarán los activos más rentables del Banco Popular al Banco Santander al precio mínimo legalmente aceptable generando enormes plusvalías? ¿Podrían impedirlo las autoridades? ¿Qué sucede si el importe de los pleitos supera las expectativas de lo que está dispuesto a pagar el Banco Popular? ¿En ese caso, si el Banco Popular no puede hacerles frente, indemnizará el Banco Santander o se liquidará el Popular como se hizo en su día con Bankpime?
Y, hablando del Banco Santander: ¿qué harán sus accionistas si éste empieza a recibir demandas de inversores profesionales o que invirtieron en plena caída de la acción por haberse enriquecido injustamente a costa de los accionistas del Banco Popular? No en vano, conforme al Tribunal Supremo, “nadie debe enriquecerse injustamente o sin causa a costa de otro” y la aplicación de esta doctrina descansa sobre la concurrencia de un elemento económico (la ganancia de uno, correlativa al empobrecimiento de otro, mediando un nexo de causalidad entre ambas), y una condición jurídica (la ausencia de causa justificativa), sin que sea necesaria la atribución de culpa a la persona que se enriquece.
Preguntas, lo reconozco, sin respuestas plausibles. Pero algunas están cargadas de sentido. Se negó hasta el último minuto que el Banco Popular estuviera quebrado, y de repente se reconoce que lo está y se busca una salida de la que no es cierto que sea la única. Se dice que no es más que una crisis de liquidez provocada por huida de depósitos. Pero las crisis de liquidez, infaliblemente, se concretan en crisis de solvencia: los activos bajan, no se pueden vender, y el capital no cubre el agujero cada vez mayor entre pasitos y activos.
Se ha dicho que el Santander pierde, porque tiene que poner 7 mm de recapitalización para cubrir la operación. Mmmmm... no sabemos que hay detrás de las verdaderas cuentas del Santander. No sabemos que ayudas recibe según en qué casos... en fin, que ha podido conseguir garantías de que sus pérdidas tienen un suelo... muy apetecible; en cambio, las ganancias no tienen techo. Por ejemplo, qué pasa con los beneficios a futuros de futuras desgravaciones fiscales? (Parece un galimatías pero es cierto).
Quedémonos con los hechos. El Popular está mal desde antes de la crisis, porque se mete de lleno en la burbuja, lo que le deja temblando cuando ésta implosiona. Desde entonces acá han pasado nueve largos años en que la cosa ha ido a peor. No nos engañemos: el Banco estaba para el desguace. Ahora bien, ¿posee todavía algún activo apetecible que, gracias a la caída de la acción, se adquiere a un precio interesante? entonces la duda es qué pasa con los activos tóxicos sin futuro. Hay es donde el Santander puede conseguir que el Gobierno le eche una mano... o dos.
Santander habrá echado sus cuentas y habrá decidido en qué plazo la operación estará amortizada. Todo esto es muy volátil, porque los precios de algunos inmuebles y otros activos están subiendo en España. No es improbable que estemos ante un proceso de subida en flecha de algunos inmuebles. Es posible que la cuenta de resultados del Santander no sufra tanto. Pero, ¿por que se tardó tanto?
Por la misma razón que Zapatero dejó pasar el tiempo, y el Gobierno decidió que era una crisis Pasajera (Miguel Sebastián, etc).
¿Habrá más casos de este tipo? Es probable. La banca europea está más o menos tocada y con una carga de activos tóxicos y/o no rentables que es un lastre año tras año de bajo crecimiento. La opacidad que suele ejercerse en estos casos no deja graduar bien el problema (gracias a figuras como las desgravaciones fiscales de futuro adelantadas como resultados) Pero el problema existe. Mientras este problema no se convierta en una ola sistemica...
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