Décimo aniversario de la crisis

20 de agosto, 2017 0
Treinta años Economista Titulado del Banco de España. Economía internacional. Autor del blog "Decadencia de Occidente", blog sobre los estragos... [+ info]
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La mayoría de los medios han recordado que un día 9 de agosto de 2007, el Banco PNB manifestaba problemas para valorar algunos fondos de clientes, por lo que cancelaba la amortización de tres de esos fondos. Según la opinión más compartida, ese fue el principio - que no el origen - de la crisis.

Pero la crisis no empezó un día preciso, como nos recuerda David Ruccio en un artículo potable. La crisis fue tomando forma en la concatenación de varios hechos que fueron acumulando una fuerza explosiva que nadie sospechó.

Que fueran hechos acumulados que se potenciaban del uno al otro explica que casi nadie percibiera la gravedad de lo que se estaba formando. Sí, es verdad: Algunos vieron que los desequilibrios financieros eran insostenibles, pero no supieron ver lo que implicaba la suma de todos.

El artículo de Ruccio es muy bueno, pero olvida hablar que antes que nada hubo un déficit exterior de EEUU enorme, principalmente con China, y debido a la manipulación a la baja de su tipo de cambio por este país. Esto se tradujo en el primer factor de la crisis: una enorme cantidad de fondos líquidos de China que buscaron una rentabilidad en el resto de mundo, sobre todo en EEUU, que así financiaba su enorme déficit exterior que llegó (por cierto, como el de España) al 10% de PIB. Esta es una coincidencia curiosa, pero España se financió con fondos alemanes, lo que ponía nuestra deuda en El Centro del Euro.

Esos fondos fueron el origen del crédito de la banca americana a la burbuja inmobiliaria, que se fue formando en los 2-3 años en que la FED mantuvo muy bajos los tipos de interés para recuperarse de la recesión.

A esto hay que sumar la ingeniería financiera, que creó una serie de instrumentos para dar respetabilidad a los activos bancarios hipotecarios, lo que quitó el freno a la desconfianza que pudieran haber sentido los inversores. La respetabilidad, junto con la subida constante de los predios de los pisos, lanzó la jauría especulativa. Llegó un momento que lo que había detrás de esos nuevos instrumentos nuevos, sumamente complejos, era pura filfa. Pero nadie se atrevió a decir que "el rey está desnudo". Precisamente el primero en hacerlo fue el PNB actuando anunció que en sus cajas había muchos Reyes desnudos y que no podía pagarlos.

Así que la tormenta perfecta se formó mucho antes de 2007, 9 de agosto, pero lo que vino después no se lo esperaba nadie. La caída en espiral de bancos aparentemente solventes amenazó con hundir a la economía mundial, que podía haberse metido en una crisis más profunda que la de 1929. Una vez desataso el pánico, cuando todo el mundo sólo quiere liquidez, es muy difícil parar la avalancha, cosa que se consiguió casi de milagro, por la tozudez de tres personas que se empeñaron en seguir el camino de la heterodoxia: Paulson, Secretario de Economía, Bernanke, presidente de la FED, y Geithner, gobernador de la FED de Nueva York, sin cuya lucha por convencer a los políticos que había que salvar bancos y meter dinero, ahora no se sabe dónde estaríamos.

Sin embargo, la crisis no ha acabado. Ha dejado un reguero de desconfianza cuya muestra más cierta es los bajos tipos de interés y de inflación. Por otra parte, se han alimentado desequilibrios: las deudas han aumentado, el apalancamiento también, que se ha ido a financiar principalmente las acciones en bolsa. Pero la inversión no ha resucitado, sigue temerosa. Nuevos problemas se ha presentado, como la distribución de la renta y la riqueza en contra de los más necesitados, en los paises desarrollados (ver el post "Diferencias de renta").

Así que a 10 años del comienzo... no se ve el final de la crisis.

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