La talla media de un jugador de la NFL en los años sesenta rondaba los 180 centímetros y el peso unos 110 kilos. Hoy en día, la talla media está en 195 centímetros y un peso de 140 kilos.
Hay muchas razones para este incremento, como mejores programas de entrenamiento, mejor dieta y nutrición así como mayores incentivos para jugar a nivel profesional.
También es cierto que hoy en día se es más grande y no siempre en el buen sentido. Miremos estas estadísticas de la CDC:
- En 1960 solo un 13% de los estadounidense eran obesos
- En 1970 el porcentaje se había incrementado hasta el 15%
- Las cifras de obesidad se incrementaron drásticamente en los años ochenta y noventa y más de un 30% de la población era obesa, el doble que en los años sesenta.
- Hoy en día más de dos tercio de los estadounidense o bien tiene sobrepeso o bien son obesos.
- La obesidad es la segunda causa de muertes que se pueden prevenir tras el tabaquismo.
Todas estas estadísticas las extraigo del libro The Dorito Effect: The Surprising New Truth About Food and Flavor. Lo más extraño de todas estas estadísticas es que la moda del ejercicio y la dieta comenzó en los años sesenta. La siguiente es otra estadística llamativa del libro:
Entre 1989 y 2012, según el informe "The U.S Weight Loss & Diest Control Market", los estadounidense gastaron más de un billón de dólares en la industria de la pérdida de peso. En ese mismo periodo la obesidad aumentó más del 50% y la tasa de obesidad mórbida se dobló.
Que problema más extraño. A pesar de vivir en una cultura que premia la delgadez incluso por encima de la riqueza, seguimos comiendo. Es como si hubiéramos creado un nuevo tipo de obesidad "resistente a las dietas" que, como algunos tipos de cáncer, crece a expensas de nuestra propia vitalidad.
Se ha gastado más de un billón de dólares durante 25 años y las cosas solo han ido a peor.
Leyendo sobre estas estadísticas, a la vez parece que son de otro mundo y a la vez no me sorprenden. Es como una locura que a medida que el público se informa y sabe más de una determinada problemática, esta solo va a más con el tiempo. La naturaleza humana es una fuerza de la naturaleza tan poderosa, que puede ir incluso contra nuestro propio interés.
El conocimiento por sí solo no es suficiente para cambiar nuestra conducta porque normalmente lo que estamos buscando es el Santo Grial que nos ofrezca una solución sencilla a nuestros problemas y que no exija mucho trabajo. Queremos que haya un camino fácil o que las causas y los efectos sean simples cuando en realidad la mayor parte del tiempo hay muchos factores en juego.
Esta es la razón por la que las dietas de moda y los libros sobre cómo hacerte rico de forma rápida son top ventas. Siempre va a existir una audiencia grande en búsqueda de soluciones imposibles.
Sé que ya es un cliché comparar las finanzas personales con las dietas y el fitness, pero es que esta es una buena explicación de por qué normalmente los libros sobre inversión son un completo desastre en el cometido de intentar ayudar a las personas con los asuntos del dinero. Intentar adquirir más conocimiento no ayuda nada si no viene acompañado de un diseño inteligente en cómo nos comportamos y tomamos las decisiones.
Ya se puede leer todos los libros que existen sobre dietas o inversión pero no van a ayudar a estar en forma o ser un mejor inversor si no se es capaz de tomar mejores decisiones llegado el momento clave. Es más importante aprender a tomar buenas decisiones que aprender las últimas tácticas y estrategias de las que todo el mundo habla.
A medida que el nivel de información se incrementa, para muchos solo está logrando que sea más difícil tomar mejores decisiones.
Nota: este artículo lo publiqué originalmente en mi blog en inglés A Wealth of Common Sense.