Con un rápido vistazo gráfico, vamos a comprobar la situación del PIB de las cuatro principales economías de la zona euro. Como nos podemos imaginar, tanto España como Italia son las que presentan una situación de recesión técnica, mientras que Alemania o Francia, a pesar del claro deterioro que están sufriendo, técnicamente no están en recesión (recesión = 2 trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo). Como venimos escuchando en los últimos meses, la gran preocupación de los economistas se ha traslado a Francia, la cual va a cerrar el año con un crecimiento inferior al 0,5%. Parece que los mercados han descontado claramente la situación en Italia y España y el foco de atención se ha puesto sobre nuestro país vecino.
Por lo que respecta a Alemania, la locomotora europea, la situación es mucho menos dramática que la de Francia, España o Italia. Es cierto que desde el segundo trimestre del año 2010 el crecimiento se viene reduciendo de forma muy significativa, si bien cerrará el año con un crecimiento ligeramente superior al 1%.
Finalmente, España e Italia presentan una situación claramente complicada. Ambas economías se encuentran en recesión y van a cerrar el año con crecimientos negativos superiores al 1% en ambos casos. Aunque pueda parecer que España está una situación peor que la de Italia, los datos objetivos nos revelan que esto no es así, dado que el crecimiento acumulado de los tres primeros trimestres del año 2012 señala un -1,1% para España y un -1,7% para Italia. En ambos países estamos asistiendo a una recesión de gran duración (4
trimestres en España y 5 trimestres en Italia) pero de menor profundidad
que la del año 2008.
Lo único positivo que podemos decir de estos dos países es que el ritmo de deterioro del PIB en el último
trimestre se ha reducido respecto a trimestres anteriores; signo positivo que sin embargo no sirve para comenzar a crecer a tasas positivas.
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