Cinco cualidades del inversor inteligente (y cinco cosas que evita)

7 de enero, 2015 1
Olav es analista de metales preciosos en GoldRepublic (www.goldrepublic.es) y estudiante de doctorado en Economía en la Universidad Rey Juan... [+ info]
Olav es analista de metales preciosos en GoldRepublic... [+ info]

En contra de lo que afirman muchos profesores de universidad existen inversores que ganan rentabilidades altas continuamente. ¿Cuáles son las cinco cualidades de estos «inversores inteligentes»? ¿Cuáles son las cinco cosas que evitan? ¿A qué categoría pertenece usted? ¿Compraría oro un inversor inteligente en este momento? Recordemos que el precio del oro ha cerrado 2014 por debajo del umbral de los 1.200 dólares estadounidenses.

1. El inversor inteligente pone todos los huevos en la misma cesta

La máxima de muchos gestores de banca y de patrimonios es diversificar todo lo que se pueda, a lo cual el legendario Warren Buffett responde: «Diversificar es protegerse contra la ignorancia. No tiene mucho sentido cuando uno sabe lo que está haciendo». Es más, diversificar no limita automáticamente las posibles pérdidas (lo vimos en 2008 cuando el mercado bursátil se desplomó un 50%) pero sí el potencial de subida. De hecho, diversificar en exceso es garantía de resultados mediocres.

Hay otra razón para no diversificar demasiado. Nunca conoceremos igual de bien cien inversiones distintas que, por ejemplo, cinco. Más vale dedicar nuestro tiempo y nuestro conocimiento a un número reducido de oportunidades de inversión. Es de ingenuos creer que seremos capaces de conocer a fondo un centenar de empresas, de materias primas o de mercados internacionales.

2. El inversor inteligente busca sobre todo conservar su capital

El inversor inteligente procura limitar las posibles pérdidas manteniendo intacto su potencial de ganancia. Busca conservar su capital antes que aumentarlo. Esto requiere garantizar un «margen de seguridad». Si creo que un kilo de plata vale seiscientos euros, intentaré comprar cuando su precio esté bastante por debajo. En lugar de correr riesgos intentaré evitarlos. Fue Seth Klarman quien escribió: «Nunca debe anteponerse la rentabilidad a la protección contra el riesgo».

El objetivo primordial de todo inversor debe ser evitar pérdidas. Ello no significa eludir todo riesgo y toda pérdida, sino evitar perder una parte importante del principal del porfolio de inversión a lo largo de varios años.

La costumbre de comparar rentabilidades tiene mucho que ver con lo anterior. Muchos fondos de inversión creen haberlo hecho muy bien si pierden el 40% de su capital cuando los índices del mercado caen el 50%. Obviamente, esto es absurdo. El inversor inteligente procura obtener una rentabilidad positiva cada año, al margen de la que consigan los demás. Se dan casos en que cuando el potencial de subida de la bolsa parece infinito, el inversor inteligente lo hace peor que el mercado. No pasa nada. El inversor inteligente busca conservar su capital. Los incrementos de capital son el fruto de haber logrado conservarlo y de haber comprado acciones con amplios márgenes de seguridad.

3. El inversor inteligente deja pasar oportunidades

Los inversores inteligentes son pacientes. Saben dejar pasar oportunidades y esperar tranquilamente hasta que una los convenza plenamente. Al fin y al cabo, para obtener una rentabilidad alta no es necesario aprovechar todas las oportunidades que surjan. El inversor inteligente es como un bateador que no intenta golpear cada pelota porque sabe que le basta aguardar pacientemente a que llegue una buena. Esto le proporciona un base sólida en caso de que el precio caiga al principio. Requiere fortaleza emocional, por supuesto. De hecho, el arrepentimiento es algo muy habitual. ¿Quién no recuerda haber decidido no comprar acciones de una empresa y haber visto después cómo su precio se disparaba?

4. El inversor inteligente aprovecha las caídas de precios sin asustarse

Muchos inversores se asustan cuando los índices bursátiles bajan. Otros, sin embargo, han nacido con un gen que les impide tomar decisiones apresuradas y les permite mantener la calma pese a que el valor de sus inversiones no deje de caer. En esa clase de situaciones son capaces de hacer algo que a la mayoría nos resulta muy difícil: ir en contra de nuestra propia naturaleza y actuar al contrario que la mayoría. En el mercado, sin embargo, es posible ganar dinero estando en desacuerdo con todos los demás. Sólo ganamos dinero (comprando barato y vendiendo caro) porque en algún momento el mercado refleja nuestra opinión acerca del valor de una inversión. Si pensamos sinceramente que las razones por las que hemos decidido invertir en un activo son válidas (ceteris paribus) debemos ser igualmente valientes para incrementar nuestras posiciones si el precio empieza a caer en lugar de deshacerlas empujados por el miedo. A todos nos gustaría predecir los movimientos del mercado a la perfección, pero tenemos que estar preparados para aceptar pérdidas iniciales sobre el papel.

5. El inversor inteligente no sigue a la multitud

¿Se acuerda de la burbuja de las «puntocom»? Muchos inversores no porque en 2014 muchas acciones de empresas tecnológicas volvieron a alcanzar precios estratosféricos. No hay duda de que en el futuro veremos episodios parecidos de euforia inversora ni de que tampoco entonces saltarán alarmas que nos señalen los máximos por anticipado. No obstante, los inversores que estudien la burbuja tecnológica sí serán capaces de reconocer esos movimientos y de anticiparse a ellos. Del mismo modo, un inversor inteligente no se dejará distraer por subidas de precios bruscas y repentinas. Cuando en 2011 la plata subió un 50% en tan solo unos meses fue el momento de vender en lugar de comprar.

¿Posee usted las cinco cualidades del inversor inteligente?

¿Posee usted estas cinco cualidades que caracterizan a los inversores inteligentes y exitosos? ¿Cuál de ellas cree que debe cultivar? ¿Cuál le parece más difícil? ¿Cómo influyen en su porfolio de inversiones?

¿Compraría oro un inversor inteligente?

Las razones fundamentales para invertir en oro no han cambiado. El endeudamiento global ha vuelto a alcanzar cotas inimaginables en 2014. Los bancos centrales de todo el mundo han optado por abaratar el dinero. China sigue demandando cantidades ingentes de oro y los bancos centrales son compradores netos del metal amarillo. En el horizonte alcanzamos a ver muchos otros acontecimientos de importancia, por ejemplo, una nueva crisis del euro (léase Grecia). No hay duda de que un inversor inteligente consideraría comprar oro en este momento. La caída de su precio permite un mayor margen de seguridad (un precio menor en relación con su valor intrínseco) y, por tanto, invertir con menos riesgo.

Cinco cosas que los inversores inteligentes evitan

1. Invertir fijándose sólo en los precios y no en los valores, o sólo en los valores y no en los precios. Lo importante siempre es la relación precio/valor.

2. Dar demasiado crédito a los pronósticos cuantitativos de los economistas, de los «expertos», de los políticos, y de los organismos gubernamentales. En Holanda se suele bromear con que las previsiones de la evolución del PIB que emite el Instituto Nacional de Estadística (CBS) siempre son optimistas en exceso durante periodos de recesión y demasiado conservadoras durante épocas de crecimiento; o sea, que lo que se le da bien al CBS es trazar una línea recta.

3. Dejar que las fluctuaciones diarias de los precios le quiten a uno el sueño.

4. Creer que los gobiernos pueden mantener bajos los tipos de interés a corto y a largo plazo indefinidamente.

5. Concentrarse en el corto plazo. Nada es más importante que concentrarse en el largo plazo para tener éxito como inversor.

E insisto una vez más: los inversores inteligentes están comprando oro.

Descargo de responsabilidad: El autor está largo en oro y corto en Twitter y Netflix. La información proporcionada en este artículo no constituye una oferta o recomendación de inversión ni de ningún servicio financiero.

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