China ha celebrado su congreso anual, el de su único partido, que se hace llamar Partido comunista. ¿Es comunista China? Yo creo que no, porque Comunismo y Eficacia son un oximoron, al menos hasta hace poco. Antes de que China rompiera en trizas el modelo que nos regía desde la Revolución industrial - el modelo decía que el Desarrollo (palabra en desuso. Ahora se dice pais emergente) iba de la mano de la propiedad privada y la tecnología. Incluso la Socialdemocracia, emergida del comunismo, se doblegó a este concepto para alcanzar el poder. Desde luego que la socialdemocracia sueca, que gobernó durante décadas su país, respetaba escrupulosamente el derecho de propiedad - aunque el sistema fiscal aplicado era asfixiante para las rentas medias-altas. Pero el mercado funcionaba, tanto el de bienes de consumo como el de capitales. China ha roto ese molde que ha sido la cimentación de Occidente, mientras el comunismo se asfixiaba en una total e inmisericorde ineficacia tecnológica.
Lo inquietante de China no es su comunismo declarado, sino que ha logrado que su país, sin propiedad privada, con sus empresas públicas, haya crecido tanto en producción y tecnología sin desmayo, bajo la dirección tiránica del partido único. Partido que según su Congreso de ayer, va a seguir al mando hasta que muera Xi, su máximo timonel, pues éste ha eliminado las reglas de limitación del mandato a 10 años y se ha otorgado el poder vitalicio. Esto, desde luego, huele a comunismo y tiranía, cierto. Pero a la vez se mantiene, aparentemente, la eficiencia. Nada que ver con el comunismo de siempre, el de Lenin, Stalin y el propio Mao, que destrozó China con su comunismo clásico. Bueno, sí hay violencia, pues reina el terror. El gobierno no se recata en usar la pena capital, y aparentemente el pueblo lo admite, o al menos se doblega.
No entiendo por qué hoy está en auge en Occidente el comunismo clásico, fracasado, como es hoy en Suramérica, y no el chino, tan eficaz. ¿No hay partidos comunistas pro chinos? Antes los había, aunque nunca en el poder. En Occidente ha brotado un comunismo rancio, que quiere seguir la senda fracasada de Lenin y Stalin. Mientras, China (y su practicismo) se apoderó de los mercados occidentales en los noventa, y ahora sigilosamente está apoderándome de Suramérica y África, donde hay materia primas.
El caso es que hay un gran agujero negro en tono a la eficiencia china. ¿Como logró conquistar los mercados mundiales, especialmente el americano? Hay varias explicaciones que excusan la necesidad de creer en una economía modélica de eficiencia. La primera es que el crecimiento chino y la invasión de sus exportaciones se ayudó desde hace décadas de la manipulación de su tipo de cambio para mantener el nivel de competitividad, ante una pasividad total de EEUU, empeñado en integrar a China en el comercio mundial. EEUU quería reconocimiento de su labor integradora, ciegos - o complacientes - con el déficit exterior que le generaba el truco del tipo de cambio. Además, EEUU tenía que aceptarlo, pues desde la caída de la Rusia soviética vendía la nueva ideología de la globalización - idea que ha fracasado sin remedio.
Otra razón que ayudó a China a crecer es esta globalización, que le abrió las puertas del mercado mundial. Los bajos salarios de China, incomparables con los de Occidente, fueron una baza más, a la que hay que añadir el rapto continuo de la tecnología occidental, especialmente Americana en sus “Joint ventures”.es decir, no son demócratas pero sí piratas.
Ya es tarde. Se han escapado por la gatera, más ricos y militarmente potentes, quitándose la careta y desafiando a Occidente. Sigue quedando el agujero negro enigmático, pero poco a poco sabremos si es tan eficiente como proclaman. En el gráfico, el valor del tesoro conquistado por los piratas: las reservas exteriores acumuladas por China gracias a su piratería del tipo de cambio artificialmente depreciado, permitida por la anterior gran potencia, EEUU.
Es claro que desde el 2010 han dejado de crecer, y en los últimos años se ve la mordida de la pandemia, originada en su tierra. Su penúltimo regalo de envenenado... habrá más.