Estimados lectores de Enbolsa, a lo largo de esta saga de artículos, estableceremos una serie de criterios los cuales nos permitirán crear una cartera óptima de inversión, atendiendo a su rentabilidad riesgo. Antes que nada, es importante localizar los principales problemas a la hora de realizar nuestro estudio. El principal problema que localizamos a la hora de crear este tipo de carteras es en cuanto a seleccionar no tanto los activos más rentables, sino a los que suponen la mejor alternativa para nuestra cartera. Al tratar de dar solución a dicho problema, es importante concretar de forma previa la selección de los activos que incorporaremos en nuestra cartera, cuáles serán exactamente los criterios de selección que estableceremos para ello.
Conflicto rentabilidad – riesgo
Denominados rentabilidad a la relación entre los beneficios que proporcione una inversión determinada, frente a los recursos, monetarios en nuestro caso, empleados para ello. En el campo de las finanzas, expresaremos la misma en porcentaje. El riesgo es la probabilidad en sí de que no se cumplan las expectativas iniciales de nuestra inversión.
Es razonable que cualquier inversor, independientemente del activo financiero que opera, así como los instrumentos que emplee para ello, buscará siempre el que mayor rentabilidad le otorgue y menor riesgo implique su inversión. Por ello, entramos en un conflicto bastante complejo a la hora de localizar estos activos. Trataremos de localizar los activos con mayor rendimiento, frente a los riesgos que conlleve la inclusión del mismo en nuestra cartera, De nuevo, es importante decidir en base a qué realizaremos nuestra selección, donde entra en juego el perfil de inversor, aspecto que desarrollaremos en el siguiente apartado.
Perfiles de inversor
Existen muchas clasificaciones para los distintos tipos de inversor que existen en el mercado, ya sea respecto al periodo que en un principio pretendan mantener abiertas sus operaciones, los activos que trabajen, si lo hacen por cuenta propia, etc. sin embargo, en este apartado, realizaremos una clasificación de los tipos de inversor que distinguiremos, atendiendo al riesgo el cual estén dispuestos a soportar.
Distinguiremos tres tipos de inversor principalmente, los cuales a su vez se dividirán en categorías dentro de cada perfil:
El perfil conservador generalmente no va a conseguir grandes rentabilidades anuales, pero logran superar generalmente la inflación en algunos puntos. Estos suelen evitar los nuevos mercados emergentes, a su vez lo subdividiremos entre tres tipos:
Los inversores moderados son aquellos intermedios entre ambos perfiles, comenzando a notar algo más de riesgo en sus carteras, a su vez, dentro del perfil moderado, distinguiremos entre dos subcategorías:
Por último, aparecen los inversores agresivos, los cuales están dispuestos a soportar una gran cantidad de riesgo, buscando rentabilidades mucho mayores. También distinguimos entre dos subcategorías:
Diversificación
Para tratar de minimizar el riesgo de nuestra cartera, aparece el concepto de diversificación, que consiste, básicamente, en distribuir las inversiones entre activos distintos, para reducir el riesgo total. Como consecuencia de la diversificación, surgen los conceptos derivados de riesgo diversificable y no diversificable.
Para entenderlos, tenemos que tener en cuenta el hecho de que cualquier activo financiero de rentabilidad variable, implica un riesgo determinado, el cual no podremos controlar, lo que hace que por mínima que sea la posibilidad, dicho activo puede provocarnos pérdidas considerables. Por ello, el hecho de repartir el capital entre varios activos que no posean correlación entre sí, minimizará el riesgo producido por condiciones adversas en alguno de ellos.
También existe un riesgo que está vinculado a la situación económica de un mercado e influye simultáneamente a todos los activos, en mayor o menor medida. Si estalla un conflicto bélico o una zona geográfica entra en una grave crisis económica, todos los activos vinculados al mismo, se verán afectados por estas circunstancias, por lo que debemos tratar de evitar centrar nuestras inversiones en grupos relacionados de activos. El riesgo que resiste a la diversificación se denomina riesgo no diversificable, el cual está relacionado con la situación del mercado, por las condiciones determinadas que afecten al mismo y a la especulación de los activos que cotizan en el.
Cierto es que, por otro lado, sabemos que el flujo de capitales se concentra principalmente en una serie de activos durante un periodo concreto, fluyendo entre unos y otros, dando lugar a oportunidades de inversión. Estos activos, los clasificaremos atendiendo a la Zona Geográfica donde se encuentren y Sector al que pertenezcan, tal como aparece detallado en nuestro buscador inteligente dentro de la Zona Premium, lo que nos permitirá localizar donde se encuentra realmente el capital y por lo tanto donde debemos concentrar nuestra inversión. Así, partiendo de la base de que el hecho de diversificar minimiza el riesgo, sabemos que no debemos repartir de forma uniforme el total de nuestra cartera entre los distintos mercados, sino centrarnos en los lugares donde localicemos la mayor rentabilidad esperada.
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