Francesco Saraceno tiene razón: los discursos oficiales del BCE siempre señalan lo bien que vamos a ir el año que viene... Y llevan así más de siete años anunciando la buena nueva. En el último informe del BCE , en la presentación oficial de Draghi, tenemos una buena dosis de autobombo: las cosas van mejor gracias a la política del BCE. Sin embargo, al final del discurso, último párrafo, Draghi suelta la siguiente andanada:
Except, that in the foreword, president Mario Draghi used a sentence that has been noticed by commentators, obscuring, in the media and in social networks, the rest of the report. I quote the entire paragraph, but the important part is highlighted
2016 will be a no less challenging year for the ECB. We face uncertainty about the outlook for the global economy. We face continued disinflationary forces. And we face questions about the direction of Europe and its resilience to new shocks. In that environment, our commitment to our mandate will continue to be an anchor of confidence for the people of Europe.
Es decir, "2016 no va a ser un año menos desafiante que el anterior. Nos enfrentamos a renovadas fuerzas deflacionistas. Destacan las letras en cursiva: Hay dudas de la fortaleza de Europa ante nuevos choques. En este entorno, nuestro compromiso continuará siendo ser el ancla de la confianzadel pueblo europeo". Uy, el pueblo europeo, ¿quien será?
Pero antes de llegar ahí Draghi hace firme confesión de fe en el Manifiesto de los Cinco, que es, como ya hemos comentado en otra ocasión, el compromiso de los Cinco Presidentes de la UE (Consejo, Comisión, Parlamento, BCE, Eurogrupo) en reiniciar la marcha definitiva hacia la Unión Política Total.
Debo ser un mal europeo, porque soy escéptico ante estas solemnes palabras. Es una reedición de Maastritch, de cuando empezó a dispersarse Europa. Fue comprometerse en al Unión Total(itaria) y empezar a ir las cosas mal. Renovar un sueño fracasado no es un buen augurio, sobre todo cuando no ha conseguido con sus políticas que las cosas vayan medianamente bien.
Vamos a ver: no hay que ser un lince para ver que el euro ha sido una losa para muchos países. Primero fue el amplificador, cuando no la causa, de la burbuja en el Sur con préstamos del Norte. Esto dividió a Europa en dos, el Norte acreedor de un Sur que repentinamente ve que está endeudado, y que el coste de su deuda ha subido, gracias a los buenos oficios del BCE de Trichet. Luego el Euro fue el gran impedimento de la recuperación post crisis, que todavía no se ha presentado.
Si seis años después que EEUU y RU, Draghi comienza su política monetaria expansiva, de adquisiciones de deuda pública. ¿Tan buenos resultados ha dado, que ahora se ve obligado a intensificarla?
A mí Draghi me cae bien. Ha hecho más por salvar el euro, que estaba al borde de la muerte cuando él llegó, más que nadie. En 2012, con la crisis de los bonos, imparable, con una primas de riesgo de pesadilla, que hacían imposible la refinanciación de los paises deudores, que obligó a rescatar a tres paises, uno de ellos tres veces, el euro estaba en coma. Draghi lo salvó. Para ello se enfrentó a Merkel, a sus ministros, y a sus peones en el BCE. Si llega a perder el pulso, posiblemente el euro no existiría.
Sin embargo, al salvar al Euro, Draghi reforzó la estructura del poder tan nefasta para Europa. Hubo un pacto entre esas fuerzas y Draghi, evidente cada vez que abre la boca: "te vamos permitir que juegues al QE, pero tú te haces militante de la política de austeridad fiscal, y cada vez que hables de lo bien que lo haces, recuerda a esos que llamas "pueblo" que las deudas se pagan, y que los déficits se controlan". No tuvo más remedio que aceptarlo.
Sin embargo, eso no ha solucionado un ápice el problema de las deudas en Europa, porque la Zona Euro sigue escindida en dos, los acreedores y los deudores, privados y públicos.
Si Europa fuera un país, las deudas serían en su mayoría débitos de unos europeos frente a otros europeos, es decir, deudas internas, que no es lo mismo que deudas en la misma moneda. Esto último, deudas entre países de distinto gobierno, en una sola moneda, beneficia sólo al acreedor. El deudor, si es de un país débil, que no puede crecer en esa moneda lo bastante para devolver su deuda, está condenado a verla aumentar siempre que su crecimiento de PIB sea inferior al pago de intereses y al aumento del nominal de la deuda. "Cuando se crea una moneda, o se crea una nación, o se crea un problema", como dice Nick Rowe. Y es que la escisión de Europa en países acreedores y países deudores que el euro en Alemania valga más que el euro en Grecia. Simple credibilidad, o falta de ella.
Así, España ha visto aumentar su deuda pública/PIB pese a la notable tasa de crecimiento en los dos últimos años. El último dato, de febrero, es una deuda oficial de más del 100% de PIB.
El crecimiento débil impone la lógica envenenada de la UE de que hay que subir los impuestos y recortar gastos para ingresar más, lo que es un tiro por la culata, como se ve en Grecia, de la que se habla poco, pero que está teniendo crecimiento negativo otra vez. El aumento de los impuestos agrede al crecimiento decisivamente.
Por lo tanto, el Manifiesto de los Cinco es de una lógica aplastante: el Euro debe sobrevivir. Para que sea un moneda de todos, Europa debe ser un país.
Pues suerte, pero es aquí donde yo no puedo dejar de ser escéptico. Imposible, me digo, además, me sospecho que los poderes reales no quieren. Y los poderes emergentes anti euro, cada vez más descollantes, no quieren. El Brexit no es más que una manifestación civilizada de esa resistencia, que aumentará cuanto más se "avance" en la Unión.
Demasiados intereses opuestos en juego. Demasiadas perspectivas opuestas en juego. Demasiados caracteres nacionales vivos, unos más que otros.
Eso me sugiere que no se logrará democráticamente tal unión. Tendría que ser traída por un liderazgo muy fuerte de una de las partes. Pero será necesario doblegar muchas voluntades opuestas, que buscarían unirse para impedirlo. No creo que se llegue tan lejos.