Seguro que habéis pensado que es una tontería de pregunta: ¿cómo voy a cambiar mi casa por un tulipán? Pues inmersos en pleno siglo XVII, a los holandeses no les parecía ninguna locura. Sólo el paso del tiempo les hizo ver que lo era, aunque por el camino muchos de ellos se arruinaron pensando que habían descubierto El Dorado.
Este artículo trata de ofrecer algo de perspectiva sobre lo que podría ser una burbuja, como tantas otras que se han vivido antes (sector inmobiliario y las puntocom como los ejemplos más recientes) y las que se vivirán en el futuro, nos referimos a las famosas criptodivisas. En concreto, hablamos de una de ellas: el ahora famoso bitcoin.
Durante las últimas semanas hemos tenido que contestar preguntas como: ¿qué es el bitcoin? ¿Cómo funciona? ¿Se puede ganar dinero con él? ¿Qué evolución prevéis? ¿Es momento de comprar? ¿Creéis que acabará ganando la batalla al dinero tradicional?
No vamos entrar a explicar qué son y cómo funcionan las criptodivisas, simplemente daremos un barniz general para establecer el contexto. Lo que sí trataremos de hacer es estudiar el comportamiento del hombre ante subidas de precio de esta índole, intentando arrojar luz sobre qué significa una “burbuja” en los mercados financieros.
Una criptomoneda es una divisa virtual que permite intercambiar bienes y servicios a través de un sistema de transacciones electrónicas sin la necesidad de un intermediario. Éstas, además, introducen la criptografía para poder implementar una economía segura, anónima y descentralizada (una tecnología conocida como blockchain). Esto quiere decir que, además de no necesitar ninguna entidad financiera como intermediario para nuestros pagos, podremos preservar nuestra identidad y que no habrá ninguna institución Bancos Centrales, Gobiernos, etc., que controle el dinero. El valor de esta moneda depende de un complejo mecanismo de minería digital que genera la oferta de bitcoins y el mercado determina lo que están dispuestos a pagar los inversores por hacerse con ellos. Esto último lo asemeja en cierta medida al oro: minería y un valor que depende de la oferta y la demanda (y la especulación). La base de esta nueva forma del dinero es la confianza en su valor y sólo puede ser utilizado si nuestra contraparte la acepta.
Una vez descrito someramente el funcionamiento del bitcoin, pasemos a la razón de este artículo, que es tratar de ver cuáles son las razones por las que se forma una burbuja, qué lleva al hombre a subirse al carro de la especulación y, finalmente, aunque no lo sabremos hasta que no lo veamos con el retrovisor, si la actual evolución de las criptomonedas puede considerarse una burbuja.
Las burbujas financieras tienen su origen en la inclinación del hombre a ganar dinero rápidamente y sin esfuerzo, es decir a especular. Una burbuja se caracteriza por una subida anormal y prolongada del precio de un activo, de forma que dicho precio se aleja cada vez más del valor real o intrínseco del producto en cuestión. Los nuevos compradores, al ver que el precio sigue subiendo, deciden entrar en el juego en busca de beneficios, hinchando cada vez más el globo, atrayendo con ello a nuevos compradores que también se ven atraídos por la continua subida de precios. ¿Hasta cuándo? Hasta que, no se sabe muy por qué, un día a una hora, resulta que no hay más compradores y todos se convierten en vendedores, teniendo que bajar el precio para poder vender sus activos (las bajadas son mayores en proporción a la oferta del activo). Es entonces cuando estalla la burbuja.
Tal y como dice el título de este artículo, se han llegado a ver transacciones increíbles. En 1636 se vendieron bulbos de tulipán a cambio de casas, a finales de los 80 sólo un distrito de Tokio valía más que todo Canadá y a comienzos del 2000 se pagaron auténticas barbaridades por negocios sin beneficios pero, eso sí, con un enorme potencial de revalorización (castillos en el aire como Terra).
El hombre se ve atraído por tres cuestiones fundamentales que le hacen tomar decisiones con una irracionalidad poco recomendable: la primera, la avaricia, conseguir ganar dinero rápido y fácil. La segunda, seguir la moda, ¿cómo no íbamos a comprar casa cuando todo el mundo lo hacía? Nadie quiere ser expulsado de la manada (verArtículo finanzas conductuales). La tercera, porque la historia nos suena atractiva y somos incapaces de comprobar la realidad que la sustenta (ejemplo: comprar Tesla porque el futuro está en los coches eléctricos). Es y será así, vendrán más burbujas y una vez pasen, nos daremos cuenta de ello. Hoy pagar 4.000 dólares por un Bitcoin nos parece “normal” pero dentro de unos años ¿qué pasará? ¿nos parecerá un chiste de mal gusto como el bulbo o un chollo que no supimos aprovechar?
Sin tener ni idea, ya que ni nosotros ni nadie tiene la bola de cristal para saber qué nos deparará el futuro, desde Acacia Inversión estamos convencidos que podemos asesorar a quién nos lo pregunté y encarar mejor, más informados y protegidos, este tipo de situaciones a la hora de gestionar nuestro patrimonio. Hoy, sin ir más lejos, y sin ser tan exótico como las criptodivisas, nos preguntaban sobre el posible pelotazo que se puede dar en una empresa vasca del continuo. Y las recomendaciones son las mismas:
- · En primer lugar, no actuar con la cabeza caliente, serenarse, pensarlo dos veces y, si es posible, contar con los servicios de un experto (si no puedes, mira a tu alrededor y pregunta a alguien que no se vea influenciado por los mismos comentarios). Una persona que te ayude a atemperar las emociones en la toma de decisiones de inversión, permitiéndote tomar una decisión con la cabeza fría y analizar cada situación particular desde la experiencia y una perspectiva externa e independiente.
- · En segundo lugar, en línea con un consejo de Warren Buffett, uno de los mejores inversores de la historia, resulta necesario conocer y entender razonablemente bien en qué se invierte.
- · En tercer lugar, no realizar “grandes apuestas” por un activo concreto, por muy bueno que parezca a priori. Como hemos comentados en otras ocasiones, la diversificación es la única arma gratuita para reducir el riesgo de nuestras inversiones.
- · Y, por último aunque no menos importante, conociendo la volatilidad de cada tipo de activos, resulta recomendable realizar nuestras aportaciones o inversiones de forma secuencial, progresiva.
Finalizando este artículo, ¿será realidad o ficción la evolución actual del bitcoin?
Poniendo en contexto el supuesto valor de la moneda, el precio al que actualmente se adquiere no tiene sentido. Ahora bien, nadie sabe si en el futuro el dinero desaparecerá tal y como lo conocemos a favor de las criptodivisas. Hoy en día no parece factible, ente otras cosas porque alguno de sus grandes puntos fuertes –el anonimato y su descentralización– también son sus puntos más débiles. Por ejemplo, en una sociedad en donde estamos luchando contra el terrorismo o el blanqueo de capitales ¿tiene cabida la opacidad total de determinados movimientos?
Existen otras razones menos visibles pero igual de profundas que nos hace ser cautos a la hora de poder ofrecer una recomendación concreta sobre el bitcoin:
- · El dinero actual aún sigue siendo un sistema fiduciario (basado en la confianza de que es un medio de pago aceptado, sin nada real que lo apoye, como lo fue el oro) que se sustenta en que por detrás hay una economía. De lo contrario, ¿por qué el euro/dólar sube y baja en función de las realidades macroeconómicas de ambas zonas? En el caso del bitcoin no hay nada tras él que pueda justificar su valor.
- · El dinero significa poder, sobre todo para los Estados, por lo que nos planteamos: ¿permitirán los Estados perder esa posición de control?
- · El mayor uso del dinero es para el pago de impuestos y tributos, ¿permitirán los Estados el pago con algo que no van a poder controlar por definición?
No obstante, más a corto plazo y desde un punto de vista técnico, ¿qué activo de inversión aguanta una subida como la que ha tenido el bitcoin en los últimos meses? La moneda virtual puede triunfar en el futuro por sus virtudes técnicas, pero ahora estamos debatiendo sobre su valoración actual… Y en ese sentido permitidnos terminar este artículo con el tópico de que una imagen (en este caso dos) vale más que mil palabras…
En el gráfico se observa la comparativa entre las mayores burbujas sectoriales desde 1990. La curva con mayor pendiente es el bitcoin y su increíble revalorización en apenas dos años. No ha habido nada similar en los últimos 30 años.