Cuando el castigo es colectivo, pagan justos por pecadores.
Y esto es lo que puede estar pasando el sector tecnológico USA.
El derrumbe de buena parte del sector está siendo masivo. Especialmente en lo que se llama “unprofitable tech”, es decir, empresas que aún están su fase inicial y tienen grandes (y teóricas) expectativas de crecimiento pero aún están perdiendo dinero. Este subsegmento ha caído un 70% aprox desde el pico alcanzado hace tan solo unos meses.
De la misma manera que en 202/2021 la euforia compradora no discriminó en exceso tampoco lo está haciendo el pánico vendedor.
Los mercados se mueven empujados por grandes tendencias que se retroalimentan a si mismas. Los movimientos generan las narrativas y las amplifican. La narrativa actual dice que la gran mayoría de estas empresas son grandes blufs y que en un entorno de mayores inflación y mayor coste del capital muchas de ellas tendrán que echar la persiana.
Adicionalmente, en un mundo donde la inversión pasiva tiene cada vez una importancia creciente la correlación entre las acciones de la misma temática cada vez es mayor.
Ejemplo.
Imaginemos que las empresas de ecommerce empiezan a flojear y muchos inversores lo detectan. Estos empiezan a vender sus fondos y etf basados en esta temática con un volumen cada vez mayor provocando que se acelere y retroalimente el movimiento.
Fruto de ello se materializa una caída de todas las empresas que están presentes en estos índices/fondos/etf temáticos de ecommerce.
Todo ello acaba en una sangría colectiva e indiscriminada.
Esto ya ha pasado antes, de hecho suele pasar tras el pinchazo de cualquier burbuja. Las acciones que estuvieron en el centro de la euforia pasan a ser parias. Nadie quiere ni verlas.
No one, a ninguna de ellas.
Y aquí es donde pueden generarse las oportunidades.
Un ejemplo familiar de joya enterrada en escombros fue Amazon en el pinchazo de la burbuja TMT en el 2000. Pasó de un máximo de 113$ en 1999 a un mínimo de 5$ en 2001, es decir, cayó un 95%. La historia de su recuperación posterior es conocida por todos, ahora cotiza a 3000$.
Está claro que esto es un caso extremo y no nos debe hacer caer en el sesgo del ganador. Casos de éxito extremo son muy puntuales y lo cierto es que tras el 2000 la gran mayoría de empresas tecnológicas, o cerraron, o nunca más han alcanzado cotizaciones ni parecidas a las alcanzadas.
Pero este caso nos indica que cuando las ventas son indiscriminadas siempre hay tesoros a la espera de ser encontrados. Dar con ellos puede ser un reto extraordinario para un buen inversor.
No perdamos el tiempo, vayamos a por ellos.
Más y mejores artículos en: https://tulipan.substack.com/