Ocurrió lo que nadie esperaba en realidad. El Brexit tendrá implicaciones que ahora mismo ni siquiera han sido contempladas. Hoy mismo veremos salir en tromba a políticos del mundo entero, se anunciarán nuevas medidas y se tratará de calmar a los mercados a cualquier coste.
Pero el crash con el que abrirán los parqués no será flor de un día. Sabíamos que algún día terminaría el mercado alcista americano, y esto nos pone a los pies de los caballos: A estas horas el DAX pelea por aguantar los mínimos de marzo, pero la clave son las referencias de febrero, que sin lugar a dudas se testearán. Porque la incertidumbre del proceso que se abre (recordemos que la consulta británica ni siquiera es vinculante, y establecía un plazo de dos años para la posible "desconexión") nos va a regalar unos meses muy complicados en las bolsas. Tan complicados como en 2007, grandes subidas y bajadas al aire de rumores, declaraciones o nuevos datos, pero teniendo presente que esto ha ocurrido en zona de resistencia, por lo que apostar por el lado bajista parece ganador.
Momentos por tanto de ser prudentes, en los que el análisis técnico pierde valor porque entra en juego el sentimiento más poderoso: el miedo. Para el que tenga valor, fundamental ampliar las zonas de stop y mantener la cabeza muy, muy fría. En definitiva, la tormenta perfecta, a la espera de ver si el miedo cambia el resultado de las elecciones del domingo en España o termina por darnos la puntilla.
Mucho ojo