El interés del bono a 10 años de EEUU ha alcanzado el 3%, su nivel más alto en 10 años(línea azul). No tiene nada de excepcional, dado que, como se ve en el gráfico, la inflación esperada ha despegado también, tal como señalan los tipos del Breakeven bond a 10años, un bono que directamente cotiza el riesgo libre de inflación, pues su capital está cubierto por el recorrido del IPC en esos 10 años (línea roja).
Lo que es intrigante es que en cambio, el spread de los bonos 10 - 2 años, que indican las expectativas de actividad económica, inflación incluida, es cada vez más bajo, porque el bono a 2 años aumenta su interés más deprisa que el bono a 10 años. En todo caso, expectativas cada vez más tenues de remontada económica.
En realidad, como nos señala John Authers el rendimiento del bono a dos años sí que ha subido, proporcionalmente más que el de 10 años, desde el 1,6% de mediados de 2016 a 2,44%.
En suma, como decía hace unos días estamos en una situación intrigante, en la que se espera una desaceleració del PIB, a la vez que una aceleración de la inflación - impulsada por el alza del previo del petróleo -, mientras el bono más importante, el 10 años, adquiere niveles inquietantess. Átame esas moscas por el rabo, decía el diablo. Por su parte, dice Authers:
Los mercados señalarían que los que los inversores se protegen contra los movimientos de las tasas de interés en el futuro, pero que la Fed detendrá el aumento de sus tasas el próximo año y luego la reducirá en tres años.
He tenido que leer esta frase tres veces para comprender algo. Yo creo que la contradicción principal está en una espera alza de la inflación con una esperada moderación de de la economía. No porque la inflación cree por sí sola riqueza, sino porque suelen ir de la mano en niveles moderados. ¿Pero sí lo que se espera es que el aumento del coste energético sea más freno que estímulo para la actividad de consumo e inversión?
Eso sí puede entenderse.