Fuente: PIxabay
El 2021 ha sido, sin lugar a duda, el mejor año para Bitcoin y, en general, el mercado de las criptomonedas. En un pantallazo, el Bitcoin pasó de los US$ 19.000 en diciembre de 2020 a su máximo histórico por encima de los US$ 67.000 por unidad en noviembre de 2021. En el mismo año, su capitalización de mercado pasó de los US$ 400.000 millones a US$ 1,26 billones en su máximo histórico. Esto representa alrededor de un 300 % en el incremento de su valor, lo cual se alinea con la adopción masiva de la criptomoneda en el último año.
Para tener alguna referencia, la capitalización de mercado de Google es es US$ 1,96 billones, la de Amazon US$ 1,72 y la de Facebook US$930.000 millones. Es decir, Bitcoin actualmente se posiciona a la par de algunos de los activos más representativos en el sector tecnología, en términos de capitalización total de mercado. Esto significa que la adopción está en subida y cada vez más personas eligen a Bitcoin y a las criptomonedas como resguardo de valor, compitiendo directamente con el dinero FIAT y con activos que cotizan en las bolsas más importantes del mundo.
Tendríamos que preguntarnos, ¿qué trajo a Bitcoin hasta este punto? Para responder, hay que tomar en cuenta uno de los aspectos fundamentales de Bitcoin: su oferta limitada. La oferta total de Bitcoin será en algún momento de 21 millones de Bitcoins. En el trayecto, el algoritmo que comanda la cadena de bloques ordena que con el tiempo la cantidad de monedas que pueden ser minadas se reduzca. Para eso, se implementan pruebas de trabajo cada vez más complicadas, lo que a su vez demanda más energía y mayor capacidad de minado. Como resultado, aproximadamente cada cuatro años se disminuye a la mitad la recompensa obtenida por minar un bloque de Bitcoin, en un evento llamado “halving”.
El último halving ocurrió en mayo de 2020, lo que atrajo a muchos inversores nuevos al mercado, pues típicamente se espera que el shock del halving tenga un efecto revalorizador del Bitcoin, pues la oferta se disminuye bruscamente de un momento a otro. La subida del precio del Bitcoin atrajo a muchos inversores, tanto a grandes instituciones como a individuos queriendo diversificar sus inversiones e incluso generar nuevas fuentes de ingreso a través del trading y el análisis técnico; este último, es muy importante en el mundo de las criptomonedas, destacando entre sus técnicas al análisis de Tablas “Candlestick”, el cual es usado ampliamente, pues permite de forma muy intuitiva, observar los precios y comportamiento de un activo en periodos (“velas”) de tiempo. Es una herramienta básica para cualquiera que quiera comenzar en el mundo del trading.
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El aumento de inversiones hacen a bitcoin un gran competidor del dinero FIAT, pues este es emitido sin límites nominales, lo que lo hace propenso a generar inflación (en mayor o menor medida, dependiendo de la política monetaria en cuestión). Al contrario, Bitcoin es deflacionario, y esto representa un gran fundamento pues los agentes económicos requieren (comúnmente) protegerse de la inflación al largo plazo y preservar el valor de sus recursos.
El Bitcoin como activo no se queda solo en sí mismo. En 2020 se lanzó el ETF BITO de Pro Shares, lo que le da más exposición a la criptomoneda en los mercados bursátiles. Ante la duda y el desconocimiento, un ETF de Bitcoin puede representar un salto importante en su adopción, pues los escépticos podrían sentir mayor confianza en dichos instrumentos si cotizan dentro de los mercados conocidos. Está por ver qué le depara el futuro al Bitcoin, lo cierto es que el 2021 fue un año importante para la criptomoneda y, en hora buena, para todos los que apostaron por él.