La noticia ha pasado bastante desapercibida y merece siquiera un comentario breve, sobre todo para que todos los que consideramos esta época estival idónea para ponernos oseznos nos animemos y veamos un síntoma más de lo bajista que se está poniendo el mercado.
El pasado viernes la subasta de deuda americana fue un completo fracaso. Era la primera que se iba a celebrar desde que Bernanke saltase a la palestra para mostrar los primeros síntomas de restricción monetaria tras una QE3 que ya va camino de su primer año de vida. No había demasiada expectación ni en los medios ni en los mercados sobre esta subasta. No porque no exista una mimética correlación entre el bono de deuda americana y la evolución bursátil (que sí existe) sino porque como era algo que llevaba mucho tiempo yendo bien no preocupa a los inversores.
Empero, hete aquí que esta vez fue diferente. La demanda cayó a mínimos de 2009, que ya fueron mínimos récord, y las pérdidas debido a la caída en el precio fueron las mayores en los últimos cuatro años. Es más, es la primera caída pronunciada que se produce en las subastas del Departamento del Tesoro desde que el Gobierno Federal en 2008 incrementara la oferta en un 59%. Como último dato de la subasta, se colocó el bono a 7 años a $2,61 por $1 ofrecido, por debajo de la media de las últimas diez subastas ($2,67) y muy por debajo del récord que se alcanzó en 2012 tras el anuncio de la QE3 ($3,15).
La noticia habla por sí sola y anticipa un verano movidito, que viviremos entre rumores sobre el fin de la flexibilización cuantitativa, evolución de la tasa de desempleo norteamericana y evolución de los principales índices. Por lo pronto, estamos viendo ciertos movimientos curiosos en el mercado de commodities (sobre todo en lo relativo con el precio del crudo, ¿nuevo valor refugio?), así como vemos ya algún banco norteamericano (en esta ocasión, Merrill Lynch) acudir a emergentes para colocar deuda hipotecaria a sabiendas de que el entorno americano no va a ser óptimo los próximos meses.
Finalmente, la reflexión que debemos extraer aquí es que tal vez la maniobra de la Reserva Federal con la QE3 no haya sido tan exitosa como algunos defendían. Cuando tras el nervio inicial empieza el mercado a dar síntomas de flaqueza uno se plantea si una economía con tanta ilusión monetaria como la americana soportará una retirada masiva de impulsos monetarios o si verdaderamente ha habido recuperación. Y no lo olviden, aunque el sector privado esté funcionando bien el sector público sigue con verdaderos problemas para cuadrar sus deudas luego sí sería normal ver un aumento de los tipos de interés de la deuda pública con el consiguiente sesgo bajista en equity debido al anclaje.
Tal vez sea el momento de comprobar si el avance de Estados Unidos era ilusorio o no. O tal vez sea la puntilla definitiva a la política monetaria, ¿ha dejado de funcionar?