Al margen de la volatilidad que unas declaraciones, tan sumamente esperadas por otro lado, como las de Ben Bernanke de hoy generan en los mercados, he de hacer un poco de autocrítica y reconocer en este artículo el error que cometí sobre el mercado americano. Hace, más o menos, un mes que vengo diciendo que en Estados Unidos ahora mismo era el momento de ponerse bajista en bolsa y que el verano iba a ser un periodo convulso donde los osos iban a dominar los mercados. Me equivoqué y lo pagué. Y me equivoqué porque parece que la bolsa americana está sobre-exagerando al alta cada noticia económica que recibe: si es buena porque es buena y si es mala porque incitará estímulos de la Fed.
Además, la otrora ilusión monetaria americana que tanto ha caracterizado sus mercados desde que nació la Fed hasta bien entrado el siglo XXI parece que se desvanece. Al menos para las malas noticias. Puesto que en las malas noticias el mercado valora los detalles. Me explico, si bien es cierto que hace un mes Bernanke nos dijo que la QEIII estaba a punto de concluir, y tras la ligerísima corrección que ello provocó, más fruto de la reacción que de la lógica, después todo volvió a ser un camino de rosas. Por ejemplo, tras el anuncio de posible fin de la QEIII se especuló más sobre el sucesor de Bernanke y, al analizar los candidatos, se vio que estos eran todos partidarios a los estímulos. También, se dio más importancia a que la mitad de los que tienen poder de decisión en la Fed estuvieran a favor de prorrogar la QEIII hasta el 2014 que el hecho de que ya el otro 50% estuviera dispuesto a retirarlos inmediatamente.
Pues parece ser que estos primeros se han declarado vencedores. Durante lo que queda de 2013 la QEIII se ralentizará (aunque nunca comprará bonos por debajo de $85,000 Millones, como ya se nos informó) y en 2014 terminará. Eso nos deja con la sensación pavorosa de que el sucesor de Bernanke seguirá regando los mercados con esta bebida espirituosa que nos condena a todos al alcoholismo y no al crecimiento sano, otro pagará las cuentas claro.
Sin embargo, aquí empieza la duda. No sabemos si los mercados descontarán gradualmente el efecto de la retirada del estímulo o esperarán al final. Sin embargo, espero un crecimiento sosegado de los mercados durante los próximos 6 meses. Principalmente porque Bernanke prácticamente ha reconocido no saber cómo está la economía americana (If unemployment declined is judged as due to labor force decline, then even 6.5% unemployment will not be enough for rate hike) aunque nosotros sí sabemos (como también él sabe, aunque no lo admita en público) que está en fase de crecimiento con fundamentales, todavía, muy débiles.
En fin, sólo crecimiento sosegado puede que no se dé. Y puede que no porque en unos mercados que no operan bajo ninguna regla lógica tal vez las series históricas (gracias al gráfico que me envía Droblo) de evolución bursátil en los siguientes 12 meses a unas elecciones nos indican cómo podría evolucionar el parqué neoyorkino. Y éstas nos dicen, como vemos, que en septiembre habrá una corrección. Puede que esto sea lo único que tenemos para asirnos.
Concluyendo, Bernanke no ha dicho nada que vaya a inquietar los mercados. Porque si la tasa de desempleo baja puede que "no sea suficiente" para parar QEIII, si sube desde luego no para la QEIII, idéntico para otras macrovariables así que sólo cabe esperar exageraciones de buenas noticias, disimulos de las malas, crecimiento sosegado en los mercados yankis y buscarle la lógica a su evolución en sus medias históricas. Y los osos guardémonos mejor para temporadas venideras.