No, no equivoqué el título.Ni crean que es una errata o una mancha en su pantalla. Pone a propósito -2,0. Es mi sentimiento cuando estos días paso delante de una oficina de alguna de las pocas entidades que van quedando en nuestro mapa urbano y leo con enorme sorpresa:”Horario semana de La Mercè: de 9h a 12h” (para nuestros lectores de fuera de Barcelona, La Mercè es la patrona de la ciudad. Otro arcaísmo, ¿no creen?).
La industria financiera no es que viva de espaldas a sus clientes, es que literalmente actúa contra sus clientes. Es primitivo que el horario se restrinja a diario hasta tan sólo las 14/14.30h del mediodía, pero que porque sea fiesta patronal se limite la apertura de los establecimientos a 3h me parece una aberrante falta de respeto hacía aquellos a los que estás obligados a dar servicio. Por que quieras o no, eres un servicio público. Y si no lo eres, pues entonces que liberalicen los establecimientos donde se pueden liquidar recibos de servicios, pago de tasas e impuestos, liquidación de premios, servicios de cambios de moneda… tantas y tantas actividades que monopolizan las entidades bancarias.
Sí, lo sé. Que se abra de 9 a 12h no quiere decir que el personal sólo trabaje esas horas. Me da igual. Si por mi trabajo tengo que liquidar un tributo a las 14h o me veo obligado a disponer de tarjeta bancaria (más negocio para la entidad) o bien debo dejar de prestar mis servicios laborales para adaptarme a los de quién, por narices, me obligan a utilizar para liquidar las obligaciones.
Como buen liberal no seré yo quién vea mal que si el colectivo de trabajadores de banca han conseguido estos privilegios, no los vayan a ejercer. Me parece perfecto. Pero claro, los han conseguido a base de ser un oligopolio donde no puede entrar la competencia. Liberalicen los servicios que prestan y ya verán como, por una parte, se abaratarán, con el consiguiente beneficio para el usuario, y por otra parte se pensarán 2 veces actuar en contra de la lógica comercial, que se basa en dar todas las facilidades al cliente no ponerle todas las trabas posibles.
Se habla constantemente de la conciliación laboral y la adaptación a los horarios europeos. Perfecto. Dónde se firma. A las 8h, o antes, se puede estar ya dando servicio y sin pausa al mediodía se puede estar operativo hasta las 17/17,30h. La no pausa no quiere decir estar en la esclavitud y quedarse en ayunas. Es racionalizar el personal a la hora de la comida para, en rotación, hacer una breve pausa para un breve almuerzo. No las 3 horas que en este país se paraliza todo porque, además de la comida, gustamos de realizar un larga sobremesa.
También es cierto que gran parte de los servicios se pueden realizar por internet. Lo sé y los uso. Pero de esta manera estamos excluyendo a una gran parte de la sociedad que no es digital. La revolución les ha pillado en una etapa ya madura y no les ha dado tiempo a adaptarse. Son además un colectivo más vulnerable y que requieren aún de un trato más personalizado.
La banca de proximidad desaparece, en gran parte debido a sus graves ambiciones. Los de ciudad no nos damos cuenta del servicio que hacían las cajas en los entornos rurales. Ahora han desaparecido de muchos pueblos con el consiguiente perjuicio para quién la movilidad es una gran dificultad. Otros justificación más para liberalizar el sector y dejar que otros actores se incorporen a él. Donde no hay negocio, por su estructura mastodóntica, para las grandes entidades seguro lo puede haber para compañías que encuentran posibilidades en las llamadas zonas grises.
Muchos sectores están en clara apertura a terceros con el consiguiente beneficio para el consumidor. Ha ocurrido con la telefonía y está ocurriendo con la energía. ¿Para cuando con el sector financiero? ¿Cuando acabaremos con estas concesiones en la sombra? ¿Son los intereses de la ciudadanía los que se defienden o los de unas élites oligárquicas?
Disculpen el tono de enfado pero cuesta no encenderse ante tales atropellos.
Disfruten de su tiempo.