Atacar Irán ¿una buena idea?

21 de marzo, 2012 0
Economista, Director de Inversiones en Tressis Gestión (CIO). Ex-PIMCO y Ex-EcoFin, autor bestseller "Nosotros los mercados", "Viaje a la... [+ info]
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El siguiente gráfico muestra el movimiento reciente de la flota de guerra estadounidense (via zerohedge).

Según fuentes locales israelíes de la cadena NRG y CNBC, Netanyahu ha alcanzado la mayoría necesaria para iniciar el ataque a Irán (8 sobre 6 en su gabinete). NRG destaca también que Israel ha decidido no esperar a la celebración de las elecciones norteamericanas del próximo Noviembre.

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Creo que Israel está presionando a las autoridades norteamericana y europeas con el fin de endurecer las sanciones al país iraní, pero como mencionó mi amigo David Simantob en mi cuenta de Facebook: “Creo que estamos, simplemente, ante un movimiento estratégico por parte de Israel buscando el aislamiento de Irán. Recordemos que no se había tomado ninguna decisión hasta que Israel amenazó con el ataque. Ahora tenemos el embargo de la UE, la expulsión de Irán del sistema Swift (dejando a sus bancos fuera de posibilidades de llevar a cabo transacciones financieras), y pronto tendremos un embargo sobre las importaciones de productos refinados iraníes. No creo que Israel quiera realmente atacar a Irán, ni que un ataque por parte de Israel impida el desarrollo del programa nuclear en aquel país. Lo que Israel quiere, y lo que funcionará, es la aplicación de fuertes sanciones y avances hacia un deseado cambio de régimen”.

Destacaría una serie de cuestiones:

a)  Irán no puede cerrar el Estrecho de Ormuz tan fácilmente. Sería como dispararse en el propio pie, puesto que eso conllevaría un aislamiento económico del propio país —desabastecimiento e imposibilidad de exportar. Pero es que, además, implicaría una declaración de guerra contra Omán, dado que comparte también sus aguas, lo que equivale a atacar a Arabia Saudí y, por extensión, a la Liga Árabe.

b)  El Estrecho de Ormuz sólo mueve el 11% de la producción mundial de petróleo, por lo que el impacto sobre la oferta de crudo sería limitada, antes de que se optase por la ruta alternativa (Cuerno de África).

c)  Irán exporta de media 2,15 millones de barriles al día, de los cuales sólo una pequeña parte se dirige a EEUU, el 10% a Italia y casi el 18% al resto de Europa, mientras que la mayor parte del crudo iraní se destina a Asia (China, Japón, India y Corea del Sur, en particular). España importa 196.000 barriles diarios de Irán. Francia (58.000) y Alemania (15.000) pueden jugar fuerte contra Irán con un escaso impacto sobre sus costes. Por lo tanto, el embargo de la UE no es una pieza importante en este puzzle. Recordemos que las estimaciones para 2011 que manejaba la Agencia Internacional de la Energía en torno a las importaciones de crudo iraní por parte de Europa eran de 792.000 barriles diarios (Italia 185kbpd, España 196, Bélgica 36, Francia 58, Grecia 103, Alemania 15 y Holanda 15).

d)  Es más, en lo que llevamos de 2012, el incremento de la producción en Arabia Saudí compensa, con creces, al descenso de la oferta iraní. Y dado que tanto la oferta de crudo por parte de la OPEP como el nivel de inventarios en los países de la OCDE se mantienen en cotas elevadas, parece que se han tomado las decisiones necesarias para sortear cualquier declive en la oferta iraní, independientemente de que haya conflicto o no —tal y como se avanzó aquí: http://energyandmoney.blogspot.co.uk/2012/03/us-talks-of-releasing-strategic.html#).

e)  Israel no está indefensa, y sus más de 200 bombas atómicas suponen una seria amenaza para Irán. Pero Israel no quiere verse en la tesitura de tener que responder a las amenazas de Irán de “borrar a Israel de la faz de la tierra” para luego convertirse en el “culpable” de la muerte de civiles inocentes. Consciente de ello, Irán ha colocado cuidadosamente sus instalaciones nucleares cerca de los centros de población. Sin embargo, no es fácil para Israel convivir con la certeza de que existe un país inmerso en una carrera nuclear, que defiende que el "Holocausto" es un mito y cuyo objetivo explicito es destruir el país judío.

Curiosamente, todo el problema desaparecería con un Irán más moderado y con un presidente (Mahmud Ahmadineyad) que dejara de prometer la aniquilación del pueblo judío como parte central de su agenda política.

El problema de un ataque a Irán es que sería muy costoso, $100 millones diarios estimados, una pesadilla logística, ya que Azerbaiyán no permite que otros países utilicen su territorio para lanzar un ataque sobre Irán —confirmado por su ministro de Defensa Safar Abiyev.  Y, probablemente, muy ineficaz, ya que podría derivar en un aumento de la popularidad de Ahmadineyad, algo que hemos visto repetido en el pasado. El que fuera Asesor de Seguridad Nacional en la administración Bush, Stephen J. Hadley, ya ha advertido de las nefastas consecuencias de un ataque contra la República Islámica: "Si algo hay que hacer, no es, precisamente, una acción militar. Hay un amplio abanico de alternativas entre la estricta diplomacia y la acción militar." 

Por otro lado, algunos piensan que un ataque a Irán es la "opción menos mala", como este artículo: http://www.foreignaffairs.com/articles/136917/matthew-kroenig/time-to-attack- Irán . Yo no lo tengo tan claro, tanto el riesgo de un aumento en el apoyo al régimen de Irán entre los países musulmanes como la amenaza evidente que supone para la población civil de Israel e Irán, son dos elementos que desaconsejarían tal opción.

Si el problema es detener el programa nuclear de Irán, creo que el camino es la imposición de sanciones muy estrictas, así como la promoción de un verdadero cambio de régimen, manteniendo la amenaza de un ataque a sus instalaciones nucleares como una amenaza real, una especie de fuego cruzado diplomático. Pero también debo decir que las propuestas que he leído hasta ahora (aquí) no me parecen demasiado convincentes.

En este artículo (http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/sanctions-alone-won-t-stop-iran-s-nuclear-work-1.265981), el periodista advierte del peligro que conllevaría asumir como inevitable el avance de Irán en materia nuclear: 

[…] China siguen oponiéndose a las sanciones y los iraníes continúan enriqueciendo su uranio. La respuesta de Obama es que ha llegado el momento de las sanciones, y, además, de forma inmediata —lo que significa dentro de unas semanas, tal vez a finales de Marzo. En Marzo, sin embargo, Gabón asumirá la presidencia del Consejo de Seguridad, y no es seguro que la cuestión de Irán figure como prioritaria en su agenda. Y seguiría estando ahí el problema del posicionamiento chino.

 
¿Y si asumimos que, en última instancia, sí habrá sanciones? Pues aún así, habría que dilucidar multitud de cuestiones previas —participación, quién está a favor y quién está en contra, cuándo, la intensidad y duración de las medidas,…—, lo que supondría desviarse del problema principal: la ausencia de una estrategia estadounidense clara al respecto. Lo más preocupante, sin embargo, es que hay signos que evidencian que la administración Obama está empezando a resignarse, no sólo al hecho de que Irán continuará enriqueciendo uranio, sino también al reconocimiento de que la república islámica, en última instancia, podría construir una bomba nuclear […].


Esperemos que no haya ataque militar o cualquier otro conflicto importante y que Irán acceda a la inspección de sus instalaciones nucleares, y que se vayan dando, a la vez, pasos hacia un gobierno menos beligerante en el bello país persa.



Daniel Lacalle es autor del blog Energy & Money en inglés
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