Recuerdo de aquel programa de Salvados sobre el sistema educativo en Finlandia muchas cosas, pero sobre todo, un desafortunado tuit de Ana Rosa Quintana:
El deseo de ser "otro país" no es exclusivo para Finlandia, recordaréis también el: "Todos somos Islandia", por poner otro ejemplo. El problema, de base, es que queremos "lo bueno" de esos países sin renunciar a nuestra "españolidad" y no me estoy refiriendo al hecho de poder sentarse en un bar, al sol, a tomarnos unas cañitas, no!
He sacado los datos de este paper de 2011 que os recomiendo: The Cost of Tax Abuse, al cual llegué a través de este artículo: Where’s the fraud, Mr. President?
Voy a hacer de abogado del diablo y defender que el Estado debe financiar -además de sanidad y todo lo implícito en el "estado del bienestar"- la educación, como en Finlandia, pero con nuestro solecito y nuestras cañitas, lo cierto es que cuando miras mejor los datos, no estamos tan lejos de ellos en presión fiscal, salvo que el empleador paga bastante más en España:
The constituent components of the tax wedge as a % of labour costs for an average single worker in 2012
Tax wedge by family type as a % of labour costs in 2012
Quizá la verdadera cuestión radica en que no somos finlandeses, somos españoles: Así luchan los Finlandia contra la corrupción. Quizá deberíamos empezar por decidir si estamos dispuestos a pagar antes de pedir o "querer ser" Finlandia o Suiza o lo que sea. El IVA en Finlandia es el 24%, el 14% o 10% el reducido.
Quizá, y de la parte de nuestros "gestores", también nos conviene mirar cómo financiar ese gasto
Nota: He leído en varios sitios que en el Ranking de la OCDE, España ocupa el puesto número 10 en la lista de países con más fraude con un 22,5% de su PIB (dato que coincide con el que yo he sacado) y Finlandia está en el 87 con el 8%. Lo comprobaré.