Aunque no lo parezca, las apuestas y la inversión están muy
relacionadas. ¿Qué tiene que ver apostar a que un partido lo va a ganar
un equipo de futbol o que Fernando Alonso no va a acabar la carrera con
comprar acciones de una empresa cotizada en Bolsa? Pues más de lo que
parece. Al fin y al cabo, todo trata de calcular las probabilidades de
ganar y el beneficio que tendremos si acertamos, y cuanto perderemos si
nos equivocamos. Esto último sólo se aplica en la inversión, pues en las
apuestas, equivocarse suele conllevar la pérdida de todo el dinero
jugado, salvo que la casa de apuestas haga una oferta en concreto o nos
haya ofrecido un bono.
Mohnish Pabri es un inversor que habla
mucho de apuestas para compararlas con la inversión. Seguramente, su
frase más famosa sea la siguiente: "si sale cara, gano, si sale cruz, no
pierdo mucho". La frase describe perfectamente un proceso de inversión
correcto, en el que la probabilidad de maximizar las ganancias es alta,
mientras que las pérdidas se reducen. Pero Pabrai va más allá y se
pregunta lo siguiente: "Si vas a una carrera de caballos y te ofrecen
una probabilidad de acierto del 90% con un beneficio del 20 y un 10% de
probabilidad de perder, ¿apostarías?" Obviamente esto es pura
imaginación, pues salvo en casos de ofertas especiales, ninguna casa de
apuestas va a ofrecer una esperanza de beneficio positiva. De lo
contrario, su negocio se hundiría. Obviamente en ocasiones el modelo de
sportsbook por el que la casa de apuestas ofrece un potencial de
beneficio para cada apuesta falla, y se dan sucesos inesperados como la
victoria del Leicester en la Premier League, pero de forma general, la
casa de apuestas tiende a ganar. Pero volvamos a la apuesta en la
carrera de caballos. ¿Apostarías o no? Yo sí, sin duda. Y además
apostaría mucho dinero. Como dice Pabrai, no es una apuesta sin riesgo,
pero a largo plazo, la probabilidad está de tu lado y lo normal es que
ganes mucho dinero.
En Bolsa, aunque no lo parezca, en muchas
ocasiones se dan oportunidades en la que invertir con un riesgo
limitado, y con un potencial elevado. El riesgo siempre va a estar
presente, pero si las probabilidades están de nuestro lado, la opción
más inteligente no es pasar de la apuesta, sino ir fuerte para
aprovechar la oportunidad.