Nueva semana en la que de nuevo no queda claro el rumbo definitivo que puede tomar el mercado. Se empieza a convertir en un hábito el tener una doble sensación. La semana a nivel macro deja, en mi opinión, un tema de vital importancia sobre la mesa: los QEs y su futuro, y es que dentro de la FED las cosas ya no están tan claras en cuanto a sus eternas bondades. A ello tenemos que unir los problemas relacionados con el techo de la deuda, del que se hablará en mayo. El mercado se muestra indeciso y aunque en Europa la situación puede parecer algo controlada, como ya hemos comentado en más de una ocasión, el rumbo final puede venir marcado desde el otro lado del charco. Por cierto, este fin de semana son elecciones en Italia. ¿Más ruido al mercado?
IBEX 35
La semana pasada hicimos referencia a su bipolaridad. El viernes volvió a ser reflejo de ella. Comenzamos la semana con una esperanza renovada por conseguir superar y completar el hueco de 8.300/62, pero fue llegar a la parte baja del mismo, para darse la vuelta con decisión y, aunque no nos transmitió una sensación tan caótica, si que nos hizo temer por romper soportes y hacer un viaje al esperado 7.670. Pero la corrección se quedó en un testeo a los 8.000 para volver a dar un cambio de rumbo y cerrar la semana recuperando los 8.156 y superando la directriz bajista del estricto cortísimo plazo. Estamos en un canal claro entre 8.000 (7.898 si tenemos en cuenta el mínimo del año) y 8.300/62. La rotura de cualquiera de ellos serán los puntos que monitoricemos de cara a situar su evolución final.
S&P 500
Estornudó. Esa es la conclusión más importante que podemos sacar de la semana pasada, y muy importante ya que como pudimos comprobar, ese pequeño amago de resfriado fue como un preludio de neumonía en Europa. Tras superar 1.525 y marcar máximos en 1.530, la principal referencia norteamericana se dio la vuelta bruscamente, aunque 1.500 actuó de torniquete. Desde ahí ha vuelto a recuperarse. Yo, personalmente, soy muy temeroso de ellos y aunque ésto pueda ser pasajero y acabemos alcanzado los 1.555, ya que la tendencia está intacta y la corrección era necesaria, la pérdida de 1.500 podría ser el comienzo de nuevas aventuras a las profundidades.
DAX
Otro selectivo que ha presentado dos caras esta semana. Lo más destacable de la segunda mitad es que tenemos un hueco abierto desde 7.709 y el viernes, a pesar de recuperar los 7.600, no lo pudo cerrar, como si pudo el IBEX. Se ha quedado justo por debajo de la resistencia de 7.665 y para ver un intento de recuperación de los 7.800, tendría que llenar el hueco mencionado. Ojo con perder los 7.600 con decisión, ya que esto nos llevaría a insistir en los 7.350 puntos como nivel de apoyo y como punto inexpugnable desde el que alcanzar otras cotas.
EUROSTOXX 50
Al igual que el selectivo alemán, tampoco ha conseguido cerrar su hueco del jueves, a pesar del viernes eufórico. Se queda por debajo de 2.635 y no recupera directriz alcista, aunque si supera la bajista del año como DAX e IBEX. Sin embargo ellos han marcado mínimo máximo, lo que nos invita a pensar en ese escenario que venimos comentando desde hace dos semanas: cierre del hueco hasta 2.549. Si miramos hacia el otro lado, superar 2.635 y superar el máximo de 2.670 son de obligado cumplimiento para soñar con nuevos objetivos.
CONCLUSIONES
El mercado tiene dudas y queda reflejado en esa bipolaridad manifiesta en nuestras principales referencias europeas. El caminar puede ser acompañado por picoteos rápidos en el techo y suelo del canal lateral de cada índice. Por otro lado, en Estados Unidos hemos tenido un primer simulacro de hasta que punto una pequeña corrección influye en nuestro devenir. Cierto es que los datos macros de la principal economía no son malos y la tendencia en bolsa es claramente alcista, pero hay demasiadas variables "bomba", destacando la relacionada con el techo de la deuda, que pueden conducir a un ajuste importante en bolsas. En momentos de duda, la precaución tiene que ser máxima. Más vale perder sólo un par de dedos, que las piernas o la cabeza.