Después de repasar brevemente en el artículo anterior, la situación global del gas natural convencional, así como la situación del petróleo, tanto convencional como del ‘shale oil’, en el de hoy, vamos a repasar la situación del ‘shale gas’, o gas no convencional.
En este tipo de explotaciones, como en el caso del shale oil, lo que se hace es atacar directamente a la roca.
Entre las particularidades de este tipo de extracción destacan las grandes necesidades de agua que se requieren y que dificultan la extracción en aquellas zonas que no disponen de agua abundante.
Se suele considerar que la TRE del gas no convencional se sitúa en la zona de 8 a 10.
Como en el caso del ‘shale oil’, en el caso del ‘shale gas’, el crecimiento en la producción en los últimos años ha sido exponencial, haciendo cambiar incluso la evolución de la producción norteamericana.
Este gran incremento en la producción de gas no convencional en US, ha conseguido romper la tendencia bajista existente desde el pico de 1970.
Sobre la
producción de gas de esquisto en US, es poco probable que veamos una mayor expansión
significativa. Debido a las dinámicas particulares de este tipo de gas, se
prevé que la producción se reducirá tan pronto como la producción de los nuevos
pozos no consiga suplir la caída en la producción de los existentes. La disminución
del gas de esquisto producción a partir de 2015 en adelante se sumará a la
disminución de la producción de gas convencional.
En 2030 la producción de gas en US, estará probablemente muy por debajo de los
niveles actuales de producción.
Un aspecto destacable en la producción del gas no convencional es la alta concentración de la producción: El 90% de la producción americana se concentra en 6 campos, aunque los reyes, son los campos de Haynesville, Barnett y Marcellus, representando solo entre los 3, casi el 70% de la producción total.
No obstante en el gas se repiten algunos de los problemas que este tipo de extracción tiene también en el petróleo no convencional ‘shale oil’, como declives productivos muy pronunciado;
(Fuente: Chesapeake)
Una muy pequeña concentración de los pozos verdaderamente muy productivos;
Así como la necesidad de realizar constantes inversiones para mantener la producción.
Todo esto provoca un aumento generalizado en la media de los costes de perforación por pozo.
(Fuente: EIA, Berman 2012, Baihly 2011)
Shale gas en Europa
La producción de gas en Europa ha estado en declive desde el cambio de siglo y probablemente seguirá esa tendencia. La producción de gas de esquisto no jugará un papel comparable al de US, ya que las condiciones geológicas (Las concentraciones de este tipo de recurso no son tan grandes como en US), geográficas (La mayor densidad de población en Europa dificulta el acceso a muchos de los yacimientos teóricamente aprovechables), e industriales son mucho menos favorables. Aparte, a nivel legal la industria se esta encontrando con mayores obstáculos, debido a la mayor concienciación medioambiental europea en comparación con US.
Shale gas en China
En el gas, al igual que ocurre con el caso del petróleo no convencional, China es el país que posee mayores reservas técnicamente recuperables del mundo. A pesar que dichas reservas parece que duplican las norteamericanas, las inversiones a realizar en el gigante asiático serán mucho mayores debido al menor nivel de infraestructuras existentes.
Otros Gases No convencionales
Aunque el conocido como ‘shale gas’, es el gas alternativo mas conocido y común, además de representar la mayor parte de la producción de gas alternativo, también existen otras formas de extracción no convencional de gas, que paso a comentar brevemente.
El metano de carbón
Mediante este sistema, se intenta liberar el metano absorbido por el carbón, a fin que el metano se libere y pueda migrar hasta la perforación del pozo.
A diferencia de los otros pozos de gas no convencional, en el de los de metano de carbón, las tasas de declive son relativamente bajas durante muchos años.
En contra esta el hecho que estas formaciones no son muy comunes, por lo que su producción es bastante limitada, además de necesitar ingentes cantidades de agua para su desarrollo, lo que termina provocando el rechazo publico.
Actualmente supone el 8% de la producción total de gas en US, aunque su producción ha entrado en zona de meseta.
El gas marino
Se estima que pueda llegar a representar el 10% de la producción en US en 2040. A pesar que las reservas estimadas son muy grandes, el coste también es muy elevado, debido a la gran complejidad de perforar en según que circunstancias (como en el Ártico), y por su elevada profundidad, y que representa un alto riesgo medioambiental.
Los hidratos de gas
Son otro tipo de gas, que debido a sus ingentes reservas, se estima que pueda tomar el relevo de producción en el futuro. Estos hidratos aparecen en regiones con permafrost y en sedimentos de fondos marinos en los cuales el agua y el gas natural se combinan a bajas temperaturas y altas presiones para formar una sustancia solidad parecida al hielo. Como estas formaciones están ampliamente distribuidas, se le suelen atribuir grandes expectativas de futuro. Su mayor problemática sigue siendo la enorme dificultad que requiere el proceso de conversión, que requiere un cambio de las condiciones de estabilidad de los hidratos de gas, además de sus elevadísimos costes, que hacen que su producción no pase de ser marginal.
Gasificación In Situ del Carbón
Aunque se sigue apostando por este tipo de extracción en US y Canadá, donde existen varios proyectos en fase inicial, su producción se limita a Uzbekistán, donde se ha venido utilizando durante décadas como combustible de las plantas térmicas situadas junto a las minas.
El biogás
Es un gas generado a partir de la gasificación de residuos orgánicos procedentes de la agricultura y los vertederos. A pesar que su producción es muy limitada, representa fuertes beneficios medioambientales, pues produce gas de residuos con un fuerte efecto invernadero, que de otra forma serían liberados a la atmosfera.
Aunque su producción tiene sentido a nivel local, no se puede esperar que el biogás tome el relevo de ninguna otra fuente de gas natural, debido a que la cantidad producida es muy reducida y no se pude aumentar a gran escala.
Volviendo al gas natural a nivel global, en cuanto a las previsiones de futuro, según varias fuentes, entre las que se incluye las del Energy Watch Group, incluso si decidimos dar por buenas las estimaciones de producción de gas no convencional (gas de pizarra) el pico del gas mundial se producirá para finales de la década de 2020, principios de 2030.
El gas alternativo, al igual que en el caso del petróleo, ha estado marcando las diferencias entre países. El ejemplo más claro es la rápida recuperación norteamericana desde la crisis de 2008 debido a poder consumir energía bastante más barata que Europa, que de momento sigue sin volcarse en la extracción de este gas alternativo.
El debate esta servido desde hace un tiempo entre los que ven a esta posibilidad de tener energía barata como una oportunidad, y los que ven el tema como una amenaza medioambiental la carrera para extraer hasta la última gota de hidrocarburos existentes.
Hasta aquí el análisis del gas, una fuente de energía alternativa al petróleo en algunos aspectos, con una gran importancia para el mundo actual y futuro. Al tratarse de un análisis, con expectativas a largo plazo, es complicado acertar debido a la multitud de factores que pueden afectar tanto a la oferta como la demanda. En el caso del gas, al ser la gran alternativa al petróleo en muchos aspectos, su evolución irá irremediablemente ligada al comportamiento del crudo en los próximos años.
En el próximo artículo, hablaremos de otra fuente de energía importante, además de ser sustitutiva de petróleo y gas, y que a nivel ecológico levanta aún más polémica, como es el caso del carbón.
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