Todos estamos de acuerdo en que emprender un negocio no es algo fácil, en algunos casos un negocio o empresa fracasa incluso antes de haber empezado, ya que los principales errores, los cometemos al principio.
Las decisiones que tomamos al inicio de montar nuestro negocio determinan en gran medida su éxito o fracaso fututo.
En este post listo los 3 principales errores que cometemos los empresarios “novatos” y que pueden marcar la continuidad o el fracaso de nuestra empresa (estos son solo algunos errores comunes que cometemos pero no son los únicos),
1. Mala planificación o error en el plan de negocio.
Cuando se toma la decisión de crear una empresa, es imprescindible la elaboración de un plan en donde se establezcan los objetivos y metas que se desean alcanzar.
Debemos conocer los datos claves para nuestro proyecto y nuestro sector, precios, costes, rentabilidad, inversión, financiación… Además, es recomendable tener en cuenta, que en la mayor parte de los casos, los gastos previstos siempre serán menores que los reales y, los beneficios esperados, inferiores a los obtenidos realmente, por lo que nuestro plan de negocio debe contemplar la peor situación posible, para así tener prevista nuestra estrategia de actuación bajo este panorama.
2. Desconocimiento del marketing.
Si tu cliente potencial no te conoce y no sabe que estás ahí no tienes nada. Sin una estrategia efectiva e innovadora de marketing no tendrás clientes, y por tanto, no tendrás negocio.
Debemos dedicar una parte de nuestro capital a realizar una estrategia de marketing efectiva y enfocada a nuestro servicio, producto o sector. Recuerda que el boca a boca ya no es suficiente y, que hoy en día, internet pone a disposición de las pymes, recursos de promoción y marketing que antes solo estaban al alcance de las grandes empresas.
3. Adaptación y flexibilidad.
Es otro de los motivos que llevan a las empresas a fracasar. Muchas son las empresas que no sobreviven a los cambios. Los empresarios deben ser flexibles y es imprescindible adaptarse a los cambios que se producen tanto en tu mercado como en tus clientes, hay que saber escuchar e ir mejorando nuestros procesos o servicios y optimizarlos, de otro modo nuestra empresa irá quedando relegada a favor de nuestra competencia.