La mayoría de los inversores persiguen tendencias. Un número menor las detecta temprano y se posiciona en consecuencia. Pero aún más raro es el empresario que puede identificar un cuello de botella regulatorio antes de que se vuelva valioso y acumular silenciosamente los activos escasos que más importarán cuando el mercado finalmente lo alcance.
Eso es exactamente lo que hizo Alejandro Betancourt López con Auro Travel, la empresa española de vehículos con conductor que se convirtió en uno de los mayores poseedores de licencias de transporte de vehículos privados del país. Antes de que Uber hubiera establecido una presencia significativa en España, antes de que las batallas regulatorias entre los sindicatos de taxistas y los servicios basados en aplicaciones estallaran en un conflicto a gran escala, Betancourt López y sus socios estaban comprando licencias que la mayoría consideraba sin valor. Las licencias VTC (Vehículos de Turismo con Conductor) estaban disponibles por tan solo 5.000 euros en aquel momento. Muchos taxistas las veían como meros complementos burocráticos sin propósito real.
«Cuando empezamos el negocio del transporte en España, Auro, sabíamos que Uber iba a llegar a España y empezamos a acumular todas las licencias», explicó Alejandro Betancourt López. «Era un entorno regulado en cuanto a las licencias de transporte de vehículos privados. Empezamos a acumular las licencias y fue una apuesta, pero fue una apuesta calculada porque sabíamos que el mercado iba a cambiar hacia la industria del transporte privado en lugar de los taxis e iba a generar mucha expectación».
El mercado VTC en España opera bajo estrictas limitaciones. Una regulación de 2015 limitó el número de licencias VTC a una por cada 30 licencias de taxi, aunque la aplicación resultó desigual en las diferentes regiones. Solo Madrid tiene aproximadamente 8.000 vehículos con licencia para servicios de transporte con conductor, lo que convierte cada licencia en un bien cada vez más escaso a medida que crecía la demanda de transporte basado en aplicaciones.
Auro Travel posee ahora aproximadamente 2.000 de estas licencias, lo que la convierte en uno de los actores más significativos del mercado español de vehículos con conductor. «La gente vendía estas licencias por nada porque eran como un complemento para los taxistas en ese momento, sin propósito real», afirmó Betancourt López. «Y definitivamente pensamos, vamos a comprar todo el lote de diferentes titulares de taxi y mantenerlas».
El enfoque ejemplifica una filosofía de inversión más amplia que Alejandro Betancourt López ha aplicado en todas las industrias, desde las gafas hasta el petróleo y el gas: identificar dónde se concentrará el valor antes de que otros participantes del mercado reconozcan la oportunidad.
La teoría de la cadena de valor
Alejandro Betancourt López enmarca sus decisiones de inversión a través de lo que él llama posicionamiento dentro de la «cadena de valor». En lugar de simplemente elegir ganadores, estudia cómo los beneficios se desplazan a través de diferentes segmentos de una industria a lo largo del tiempo, y luego mueve el capital a posición antes de que esos desplazamientos se vuelvan obvios para el mercado en general.
«Ese es uno de mis mayores talentos, creo: hacia dónde se ha estado moviendo la cadena de valor, tener esa anticipación de que vas a estar posicionado allí antes de que llegue a ese punto», afirmó. «Es simplemente anticiparte hacia dónde se va a mover el mercado y dónde estará el valor en la cadena».
Ilustra este concepto con ejemplos históricos de la industria petrolera. Durante la era de Rockefeller, los refinadores capturaban la mayor parte de los beneficios porque controlaban la calidad del producto y la distribución. Más tarde, cuando el petróleo escaseó, el valor migró hacia los productores. Durante las disrupciones del transporte marítimo en la década de 1940, las fortunas volvieron a desplazarse hacia quienes controlaban la infraestructura de transporte.
«Es la forma en que te posicionas en cualquier industria lo que puede capturar ese margen y crear ese valor para ti o para los inversores», explicó Alejandro Betancourt López.
Con Auro Travel, aplicó este mismo marco al transporte español. Los vehículos con conductor ya estaban transformando la movilidad urbana en Estados Unidos y otros mercados. La industria del taxi, fuertemente regulada en España, significaba que los servicios basados en aplicaciones llegarían eventualmente, pero necesitarían licencias para operar legalmente. Esas licencias existían, estaban estrictamente limitadas en número, y se negociaban a precios que no reflejaban su importancia futura.
«Fue un arbitraje», afirmó Betancourt López. «Ya estaba sucediendo en Estados Unidos y otros países que estaban más avanzados. Era cuestión de tiempo que llegara a ese país específico».
Fundada en 2017, Auro acumuló licencias mientras los competidores se centraban en el desarrollo tecnológico y la adquisición de clientes. Cabify, la empresa española de vehículos con conductor fundada en 2011, había recaudado más de 500 millones de dólares en financiación de capital riesgo y había construido operaciones en España y América Latina. Uber intentaba trabajar dentro del entorno regulatorio español después de verse obligada a abandonar Barcelona en 2019 debido a estrictos requisitos locales.
Auro, mientras tanto, estaba construyendo silenciosamente lo que se convertiría en su activo más valioso: una cartera de licencias a la que cualquier competidor serio eventualmente necesitaría acceso.
Cuando los gigantes llaman a la puerta
La apuesta dio sus frutos de manera más espectacular de lo que incluso Betancourt López podría haber anticipado. A principios de 2022, la flota de más de 1.100 conductores de Auro operando bajo sus licencias se había convertido en una fuerza fundamental en el mercado de vehículos con conductor de Madrid. Cuando Auro señaló que podría cambiar a sus conductores de Cabify a Uber o Bolt, Reuters informó de que el movimiento podría desbancar a Cabify de su posición de número uno en su ciudad natal.
La empresa había ido más allá de simplemente poseer licencias. Auro creó una división llamada Arrow que alquila sus permisos VTC a otras empresas de transporte que buscan operar en las principales ciudades españolas. Este modelo convirtió un activo regulatorio en un flujo de ingresos recurrente mientras mantenía el control de Auro sobre las licencias subyacentes.
Alejandro Betancourt López describió el cálculo original detrás de la inversión: «En definitiva, fue un movimiento para que Uber fuera y se posicionara y nos comprara. Así que eso funcionó, y tuvimos la visión de anticiparnos en esa industria específica».
Esa predicción resultó ser correcta. Uber adquirió una participación del 30 % en Auro por 220 millones de euros en febrero de 2025, valorando el patrimonio de la empresa en aproximadamente 180 millones de euros después de contabilizar 40 millones de euros en deuda. La transacción llegó después de que el Tribunal Constitucional español dictaminara en diciembre de 2024 que Auro podía romper legalmente su anterior acuerdo de exclusividad con Cabify, abriendo la puerta a la asociación con Uber.
El cofundador de Auro, Félix Ruiz, declaró a los medios españoles que las negociaciones duraron aproximadamente dieciocho meses y que la venta fue «probablemente la más difícil, pero es en la que más dinero he ganado».
Para Alejandro Betancourt López, Auro representa una plantilla que ha aplicado en diferentes sectores. Sus inversiones en las gafas de sol Hawkers, el BDK Financial Group en África Occidental y empresas energéticas han seguido patrones similares: identificar activos o posiciones de mercado infravalorados, moverse temprano y mantener hasta que los actores más grandes reconozcan el valor.
«Consigo más jonrones de los que fallo», afirmó sobre su enfoque de inversión general. «Estoy muy orgulloso de eso, de que no busco llegar solo a primera base. Siempre intento conseguir un jonrón, y sí fallo, y eso es algo humano. Nadie lo hace todo perfecto, pero tengo un buen promedio de bateo».
El mercado español de vehículos con conductor continúa siendo objeto de escrutinio regulatorio por parte de la Unión Europea, que abrió una investigación en 2023 sobre si las restricciones VTC de España cumplen con la legislación de competencia de la UE. Sea cual sea el resultado, la acumulación temprana de licencias de Auro aseguró una posición que resultó valiosa independientemente del marco regulatorio que finalmente prevaleciera.
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