Muy recomendable el artículo publicado por la cuenta oficial de inbestia titulado "¿En qué se parecen los juegos de azar y el trading?"
En él encontramos la siguiente frase que, aparte de leída, debería ser memorizada por cualquier aspirante a inversor.
"Los novatos invierten porciones demasiado grandes de su capital, soñando con lo que podrían ganar. Los expertos hacen sus operaciones pensando en lo que pueden permitirse perder."
Y ahora pregúntate, qué quieres ser tú, ¿el eterno novato o un aspirante a experto?.
Porque si no te grabas a fuego este concepto núnca vas a conseguir avanzar unas pocas casillas más allá del punto de salida.
En el mercado no se viene soñar, se viene soñado de casa.
Todo lo que sea hacerse cuentos de la lechera es un camino rápido hacia el desastre. Las expectativas bien controladitas están mucho mejor.
Lo contrario es un terreno extremadamente fértil sobre el que crecen los grandes errores que se llevan patrimonios por delante.
Soñar es un acto emocional, y emocionalidad en la operativa queremos la justa.
Soñar no es muy compatible con la gestión de riesgos. Él que sueña demasiado tiende a ser proclive a practicar lo que los ingleses llaman wishful thinking que vendría a ser interpretar la realidad bajo el prisma de lo que deseas y no lo que objetivamente es.
Ya sabéis, ilusionarse (o engañarse) en vez de afrontar la realidad. Y esto en los mercados ya sabéis todos que es absolutamente matador.
Dos ejemplos clarísimos de este tipo de pensamiento mágico podrían ser:
- Esperar que una acción claramente perdedora se transforme en el ave fénix, o
- Pensar que podemos poner más dinero en juego (o invertir en acciones más volátiles o arriesgadas) del que nuestra capacidad psicológica está (realmente) preparada para afrontar. Y lo malo es que cuando descubrimos nuestra verdadera capacidad de sufrimiento ya solemos estar de barro hasta las rodillas.
Desgraciadamente el cerebro humano está muy orientado a sesgos que nos inclinan a este tipo de comportamiento con lo que, como Ulises, todos deberíamos buscar la manera de evitar estos cantos de sirena que pueden llevarnos al fondo del mar.
Estén atentos.
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