Estamos a falta de poco más de una sesión para finalizar el 2014 en lo que a mercados se refiere. Echamos la vista atrás y vemos que hace un año a grandes rasgos la situación era poco menos que similar a la actual, según vemos en las previsiones de la mayoría de analistas para el próximo 2015. Repito, es un resumen a grandes rasgos:
La renta fija está en mínimos históricos y a estos niveles prácticamente no tiene recorrido. Este era el mantra que repetían la mayoría de analistas (entre los que nos incluimos nosotros). Error. La renta fija ha vuelto a ser el activo con mejor binomio de rentabilidad riesgo de todos.
Al estar la renta fija en mínimos, hay que asumir riesgo de renta variable. Aunque la foto de final de año no es demasiado mala, hace sólo unas semanas (mediados de octubre) todos los índices de renta variable estaban en negativo en el acumulado anual. Sólo el mercado americano (que al igual que hoy, muchos analistas ya comentaban que estaba caro) ha mantenido intacta su tendencia alcista.
Europa y sobre todo los países periféricos se deben comportar mejor. Esto se decía hace un año y también lo dicen algunos analistas hoy. El diferencial de PER a favor de Europa alcanza un máximo histórico a favor de Europa dicen los analistas fundamentales y los técnicos dicen que Estados Unidos puede estar marcando divergencias bajistas o señales de agotamiento y Europa está más cerca de suelo.
Los mercados emergentes están exactamente igual que entonces. Ha pasado un año y el índice general MSCI Emerging Markets cae un 4.4% en el año. Sigue al igual que hace un año, sin haber un claro consenso a favor o en contra de invertir en estos mercados.
Lo compran para llevarlo a vencimiento, por lo que son muy pesimistas y piensan que realmente la situación macro en Europa es realmente mala y su economía va encaminada forzosamente a la japonización.
La compra es especulativa. Saben que compran caro pero como está en tendencia y saben que gracias al QE europeo habrá futuros compradores a precios más caros. Este es el escenario con el que nos identificamos.
No tienen ni idea y se dejan llevar por la corriente y compran el bono directamente (o a través de fondos) porque es el activo que más ha subido en los últimos años o está en campaña en la entidad con la que trabaja.
Vean el siguiente gráfico.
¿Qué ha podido subir este año un 40% sin apenas correcciones en el verano y en el mes de octubre (los dos grandes momentos de pánico de este año)? Pues no es ni renta variable, ni un fondo sectorial de moda, ni una materia prima. Es el bono español a 30 años español emitido a final de octubre del 2013, al que habría que sumarle a este 40% el cupón del 5,5% que se cobra anualmente. Los bonos a 30 años hace justo un año parecían muy caros porque también habían subido un 40% desde los mínimos de 2012 hasta el cierre de 2013. El año pasado por estas fechas la rentabilidad de 30 años había pasado de más del 8% a la zona del 5% y dábamos por hecho que sería muy difícil que perforase a la baja el nivel del 4,5%. Pues hoy estamos al 2.93% y bajando.
En el siguiente gráfico añado las principales referencias españolas según plazo. Desde el 2 al 30 años. Se aprecia claramente cómo en el momento que los bonos a corto plazo se acercaron al 0%, la tir de los bonos de mayor plazo siguió bajando mientras que las de corto plazo subían. Clara búsqueda de mayor rentabilidad y por ello mayor asunción de riesgo por parte de los inversores.
Esta búsqueda de rentabilidad está provocando no sólo que los tipos bajen en todos los plazos de la curva tal y como se aprecia en el siguiente gráfico de la curva soberana actual frente al cierre de los dos últimos años…
…..Sino que también el fuerte aplanamiento de la curva 2-10 años. Ahora mismo estamos en 120 p.b. frente a los más de 250 p.b. que pagaba de más el 10 años respecto al 2 años español.
Aún podría haber recorrido en el estrechamiento de esta pendiente, pero sólo aprovechable para los inversores que disponen de herramientas más eficaces que sólo asumen riesgo (vía derivados) de que el movimiento de la curva no sea el comentado. Pero para el inversor corriente la apuesta de entrar hoy en plazos largos directa o indirectamente lo vemos arriesgado si su visión es la del tercer escenario que hemos planteado al principio.
En definitiva, después de todo lo comentado, si a final de 2013 comentábamos que a la renta fija le queda poco recorrido y que hay que asumir riesgo de renta variable en las carteras, la conclusión para el 2015 debe ser la misma e incluso algo más acentuada. El problema es que a los bancos centrales les quedan menos herramientas de intervención y por tanto todo apunta a que viviremos un 2015 incluso más volátil que el vivido este año.
Lo que hemos aprendido este año es que la baja inflación y bajos tipos no nos tiene que obligar a invertir la liquidez. Es más, tener liquidez con los tipos actuales no tiene coste de oportunidad y es un buen activo para reducir la volatilidad de las carteras, y es el vehículo con el que mejor se pueden aprovechar los recortes que se produzcan en el 2015.