Pasan los meses y todo sigue igual, apenas hay nada que comentar en
las bolsas. La guerra ya se ha asimilado, no es noticia y si no hay
un cambio brusco de acontecimientos para bien o para mal, no va a
cambiar el sentimiento inversor.
Todo el pesimismo destilado durante
los últimos meses ya parece que ha cansado a todo el mundo y el
tedio y el aburrimiento se ha apoderado de los mercados. Esto es
“enfriar” que básicamente es lo que se pretendía la
administración Biden y se ha conseguido. Toda la euforia de los
últimos años se ha desvanecido y todos asumen que el camino puede
ser largo o de momento indefinido, cada uno toma su estrategia, los
pasionales abandonaron, los prudentes mantienen y los arriesgados,
quizá perdieron mucho dinero.
Imagino que Biden y
la FED estarán contentos, ya han conseguido frenar desde enero el
desbocado crecimiento de la renta variable y los mercados en
general, algo que tenían que frenar para contener la inflación dicen. Eso
de que la gente se pase dos años ganando dinero sin trabajar y solo
fruto de las inversiones no debe ser cosa buena para el negocio ni
para el futuro… o al menos de momento, la gente se puede volver muy vaga como le dice Musk a sus trabajadores.
Hay una tendencia
clara en la energía, todas crecen, la vieja y la futura, es el gran
debate y puede que siga así durante mucho tiempo. En el corto plazo
la vieja energía quizá viva su último Nirvana, en el largo plazo
las energías alternativas tras su globo y corrección en el tiempo
Covid, parece que se deciden a volver a crecer como era de esperar.
Esta transición va a ser dura para el planeta, la economía y muchos
países, pero no hay remedio ni alternativa de momento, hablar de
petroleo y gas, empieza a sonar a basura, guerras, muertos y
dictadores… en definitiva, a tiempos pasados.
Las tecnológicas
han corregido mucho, todos empiezan a mirarlas con recelo, el que no
ha comprado ya, quizá llegue tarde, aunque si tiene suerte igual
todavía tiene premio especial. En cualquier caso, las ofertas son
como para al menos empezar a entrar en ellas aunque sea de forma
testimonial.
Las criptomonedas
están en su ciclo eterno, aunque el último fue algo más largo y
nos desconcertó a muchos. Tras casi un par de años de locura,
volatilidad y crecimiento desbocado, vuelven a sus terribles caída e
incluso con algún fracaso como el de Luna, pero ojo, están más
vivas que nunca, las criptomonedas y su utilización están creciendo
sistemáticamente en todo el mundo… ¿Algo por lo que preocuparse?
En absoluto, el mundo cripto está en sus cotizaciones en una replica
de lo que es su sino desde que nacieron, la montaña rusa que tanto
les ha servido para seguir creciendo, cogiendo fama y ampliando su
capital en conjunto. Si miramos su trayectoria histórica, el camino
por el desierto puede durar meses o hasta un par de años, pero de momento,
como digo, nada por lo que preocuparse, es lo mismo que ha ocurrido
otras veces y anteriormente, su futuro era más incierto que hoy que
empieza a ser una realidad irrefutable.
Es momento de seguir mirando lo que ocurre y esperar acontecimientos, básicamente seguir congelado, pero vivo, como dije hace meses, no es momento de cerrar en rojo, ni en verde.