De aquí a 2030 quedan ocho años. En esos años se supone oficialmente que habrá cero emisiones de carbón. Pocos como para que seamos capaces de descubrir unas fuentes de energía igual de potentes que las actuales, que llevan poco más o menos cien años sin poder ser sustituidas. Parece harto osado. Nos hubiera gustado descubrir una alternativa al petróleo en la década 1970-80, 60 años hace, cuando la gran crisis del petróleo. No se pudo. Por eso me parece imposible que antes de ocho años hayamos encontrado, como dice Biørn Lomborg, una energía tan potente. No ha más barata, sería mucho pedir, pero en fin, no mucho más cara. De momento las energías llamadas “limpias” tienen un coste altísimo, aparte de desconocido, porque la transparencia sobres este dato escasea.El proyecto 20-30 es una utopía que, como dice Lomborg, invita a hacer las cosas mal, ofuscadamente, chapuceramente. No se puede prescindir del petróleo antes de haber encontrado otra cosa. Otra cosa igual de potente, con mercado mundial, y asequible. Y menos mal que el Gas Natural, que produce CO2, se le considera “verde”, aunque ahora su mercado está al arbitrio de Putin.
Y basta ya de propaganda histérica que capta la imaginación de los jóvenes y les invita a dejarlo todo. “¿Papi, cuando vais a acabar con el calentamiento?”
Hay niños que dejan de ir al colegio porque les han dicho que van a morir irremediablemente en 2030, por el calentamiento. ¿Para qué estudiar? No se puede histerizar a la población con teorías simples o estúpidas, y hacerles creer que los molinillos o los paneles solares les va a dar la misma energía que la de ahora.
No hay sustitutos hoy. El mundo no se va acabar por el calentamiento. Hay tiempo para acabar con el CO2, pero hay que seguir dejando que se use porque hay países pobres que se hundirían en el hambre y la miseria, en la falta de medicinas y de atenciones a los más débiles. No seamos tan tontos como para perder las grandes zonas del planeta que han acabado con el hambre. Y no habría hambre en el mundo, si no fuera porque Greenpeace no permite usar insecticidas para acabar con la malaria en África.
Nunca se sabrá el mal que han hecho los políticos y los científicos sin escrúpulos que han difundido noticias alarmantes poco fundadas. Todos se irán a sus casas pensando que gracias a ellos se acabó con el CO2 y el calentamiento. Es más probable que acaben con la vida que conocemos en este planeta, y que desencadenen hambrunas y falta de abastecimiento. ¿Habrá alguien capaz de corregir a tiempo tanto desafuero? Es difícil. Se ha avanzado mucho en el camino del error. Mucha gente con poder está impaciente por imponer sus simplonas ideas. Han engatusado a muchos que les creen y les siguen, o se ponen a la cabeza del movimiento. Sin embargo, no está entre las preocupaciones de la gente corriente, la que se va a encontrar con los supermercados vacíos en pocos años. Ocho años decisivos.
¿Cuanto tiempo cuesta la plena funcionalidad de una nueva tecnología que sustituya a la sociedad actuales fuentes energéticas? Según Rafael Manzano,
“Para que una tecnología esté operativa hacen falta muchos años, puede que 30 o 40, y la salida ya se está viendo que solo puede ser tecnológica, no política. Cuando hablamos de tecnología (la implantación masiva de una tecnología es un hecho más económico que técnico) no hablamos sólo de ciencia, técnica o ingeniería, hablamos de números de explotación financiera, contable y comercial comercial y si o vamos por ahí no triunfarán. Además, sospecho que si el problema es tan acuciante como quieren hacer ver, se tendría que producir un inmenso plan marshall dirigido a transferir la tecnología de producción de energía a los países en desarrollo a cambio de que ellos dejasen las tecnologías antiguas, lo que, dada la situación geoestratégica internaciónal es muy difícil que se produzca.