En el plano físico, la primera frontera es el mar. En cuanto las finanzas, hay algunas barreras iniciales que impiden a algunos aficionados de la bolsa ir en busca de acciones extraordinarias en Estados Unidos. El cambio de moneda, la doble retención a la hora de cobrar dividendos o el idioma, son algunos de los pequeños nubarrones que esconden el verdadero potencial de invertir en Wall Street.
Si aún os da miedo mover el capital a través del océano Atlántico, estas son las cuatro razones que os acabarán de convencer:
Poder escoger (Variedad):
Es mentira que la economía española esté representada por el Ibex-35. El comportamiento del sector bancario es la primera influencia en los movimientos del selectivo. Y después le acompañan las decisiones de Telefónica e Inditex, por ejemplo. Pero falta la representación de negocios como El Corte Inglés o el Grupo Planeta, que se niegan a entrar en el mercado de capitales por varias razones. Por eso, entre el Mercado Continuo y el MAB, hay una variedad limitada para que los inversores puedan escoger.
En Estados Unidos el S&P 500 es el índice representativo del comportamiento de la bolsa. Según los especialistas, este es el número de empresas óptimo que una cartera debería agrupar para cubrir el riesgo no sistemático. Esta cifra da paso a una gran variedad de negocios; por eso en un mismo selectivo nos encontramos con fabricantes de microprocesadores como Intel hasta Mondelez, un productor de golosinas y chocolate.
Por otro lado, mientras que en España las Ofertas Públicas de Acciones algunos años se cuentan con los dedos de una mano, en Wall Street aparece una iniciativa privada por semana, como mínimo, que necesita financiación para expandirse. Las nuevas cotizadas pueden ser propuestas arriesgadas y, en algunas ocasiones, desaparecerán en cuestión de meses. Pero, entre la paja, hay pequeños diamantes que se acaban transformando en éxitos.
Acceso a los datos (Información):
La Comisión Nacional del Mercado de Valores de los Estados Unidos (la SEC) provee, a través del sistema Edgar, una gran base de datos que se alimenta de la información financiera de las compañías que cotizan en bolsa. Memorias anuales, estados de cuentas trimestrales, presentaciones a los accionistas, comunicados de prensa... En algunos casos, los ficheros están disponibles en varios formatos y se pueden enlazar a través de lectores de RSS.
Portales como Google Finance y Yahoo! Financeofrecen la cotización casi en tiempo real y los servicios como PR Newswireinyectan noticias financieras en el mismo momento que lo anuncian las multinacionales. Los hedge funds están obligados a informar cuando compran una posición mayoritaria y, trimestralmente, comunican su cartera de valores. Si uno quiere seguir los movimientos corporativos de los insiders, también lo puede hacer a través de la página de la SEC.
El Mercado se mueve (Volatilidad):
Cuando el gobierno español anunció la venta de un 7,5% del capital de Bankia, que había adquirido durante la crisis, el día siguiente la cotización se detuvo. De hecho, ni arrancó. Hasta las 10 de la mañana nadie pudo negociar los títulos del banco. Cuando se puso en marcha, el precio ya había cambiado y los inversores se tuvieron que adaptar a la nueva valoración, modificada después de un lapso de tiempo sustancial.
En Wall Street la actividad difícilmente se paraliza, y mucho menos sin explicación alguna. En este escenario, los inversores tienen los instrumentos necesarios para deshacerse de sus posiciones mientras la cotización cae por el precipicio. Aunque parezca un desastre, es mucho mejor que esperar un periodo sin actividad, decidido por los órganos reguladores (CNMV) y los responsables de las bolsas (el grupo BME).
Diferencias de cambio entre países (Divisa):
La primera razón porqué un amateur descarta Estados Unidos como un destino de su capital financiero son las fluctuaciones en el cambio de la divisa. En la práctica, es un riesgo que hay que sumar a la variación del precio de los activos comprados; sean renta fija, variable o derivados financieros.
Hay varias manera de cubrir este riesgo. En la composición de mi cartera, la Valkyria, comentaba la opción de usar futuros sobre el dólar. Lamentablemente, mi capital no tiene la magnitud suficiente para poder ejecutar estrategias de "ingeniería financiera". Por eso, la manera más simple, pero a la vez poco fácil, es tomar buenas decisiones para que los rendimientos extraordinarios de las inversiones debiliten el impacto de las variaciones en el cambio entre el Euro y el Dólar.
Actualmente, el escenario de una moneda fuerte como es el euro respecto otras monedas, comprar en el extranjero es más interesante que nunca. Tal y como decía el Dr.Strangelove: "it is not only possible, it is essential".