¿Importa el tamaño de la empresa a la hora de invertir?

22 de marzo, 2013 2
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El conocimiento se encuentra disperso en la sociedad, en cualquier lugar y de cualquier persona –hasta de la que menos lo imaginamos- podemos extraer una valiosa lección. Sin embargo, algunos rechazan de plano el acervo tradicional y prefieren abrazar posiciones exclusivamente racionalistas y científicas, engalanando sus ideas con expresiones confusas o complejas fórmulas matemáticas que aspiran a predecir comportamientos futuros, ya sea de la Humanidad o de la cotización de una acción.

Los cientifistas e ingenieros sociales consiguen el reconocimiento y el respeto gracias a la supuesta complejidad de sus pensamientos. J. M. Keynes y su doctrina económica responden a la máxima: “Cuanto más oscuro es el contenido, mayor el éxito

Los sencillos y humildes no consiguen el mismo grado de respeto académico. De cara a la galería siempre es preferible pregonar a los cuatro vientos que la altísima rentabilidad de tus inversiones en Bolsa es gracias a tu sistema de trading algorítmico infalible. En cambio, campechanos como Peter Lynch - santa sanctórum de los seguidores de la inversión en valor- no le duelen prendas en reconocer que compró acciones de L’eggs –compañía textil americana- una vez que su mujer le habló de las bondades del producto. Para mayor muestra de su sinceridad, detalló esta inversión en el superventas “One Up in Wall Street”.

Entonces, ¿sería una locura dejarse guiar, a la hora de seleccionar una compañía, por conceptos sencillos,  por pura gramática parda?

Veámoslo a través de un ejemplo:

Humble Pie, legendaria banda de rock, dedican su canción Ninenty-Nine  pounds -45kg- a una muchacha tan guapa como pequeñita. Uno de los versos recoge un dicho popular, las cosas de calidad superior suele venderse en pequeños envoltorios. El refranero advierte que debemos desconfiar de la apariencia y observar la naturaleza real de las cosas. El tamaño de por sí no es una característica positiva y si regimos nuestras opiniones por la dimensión del objeto se puede aplicar otro refrán “Caballo grande, ande o no ande”, no sin cierta ironía.

Las empresas operan bajo la misma lógica. Los inversores en valor huyen de los sectores y compañías que están de moda para centrarse en las denominadas small caps o empresas de pequeña capitalización. Los motivos son varios: al ser más pequeñas también son más desconocidas y como consecuencia es probable que exista una gran divergencia entre la cotización de la compañía en Bolsa y el verdadero potencial de la misma. Además tener un perfil bajo y no promocionarse es positivo para el inversor campechano porque la cotización de la empresa no estará sometida a un stress informativo, como por ejemplo puede estarlo Apple o Samsung.

Sobretodo destacan dos razones de peso que justifican la reticencia del refranero a dejarse seducir por lo más grande y llamativo.

En primer lugar, la empresa pequeña tiene margen de crecimiento y es ahí donde reside la ganancia del inversor. En cambio, la gran corporación, por muy saneadas que tenga sus finanzas, se enfrenta a un dilema: no tiene más espacio por donde crecer. Los anticapitalistas siempre han temido que la peor de las distopias sería un futuro dominado por una gran corporación, esto es, una compañía que continúa creciendo hasta el infinito y aglutinase todo el poder. Esta idea tan recurrente en las películas de ciencia ficción es un error intelectual como también lo es el Socialismo.

En segundo lugar, las grandes corporaciones tienden a ser excesivamente burocráticas e ineficientes a la hora de gestionar sus recursos y ajustarse a los cambios en los gustos y preferencias de sus clientes. En Man, Econmy & State  Rothbard aplica el argumento de la imposibilidad de cálculo económico en el Socialismo a la empresa privada.  En otras palabras,  un solo agente económico fracasará a la hora de utilizar sus recursos económicos porque no existe un sistema de precios que oriente a los proveedores y consumidores qué bienes producir y cuáles comprar. Por ello, la solución es segregar la gran corporación en distintas secciones, geográficas o de tipo de negocio, para evitar el colapso.

En Bolsa, el pez chico se come al grande. Para muestra estos gráficos históricos del valor en Bolsa –expresado en miles de millones de dólares- de Microsoft, Apple y Google –comenzó a cotizar el 18 de agosto del 2004 a $100-.

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Fuente: http://www.marketcapchart.org/

La gramola cantinera




Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 2 comentarios
antiguo usuario
Que ocurre si comparamos un indice de small caps con su indice de bluechips? Yo creo que en general hay mas oportunidad y mas riesgo, pocas small caps triunfan y muchas caen, hay que ser muy buen stock picker y tambien influye mucho el momento del ciclo economico, en un credit crunch una buena small cap puede quebrar por falta de financiacion.
23/03/2013 06:27
Buenas Daniel,

Los ETF's tienen una pequeña "trampa" y es que están gestionados, pasivamente pero gestionados. Al estar referenciados a un índice bursátil, su benchmark, van modificando los miembros del índice constantemente por lo que hacer una comparativa small vs large caps tendríamos que ir aplicando todos los ajustes que se producen en el índice a lo largo del tiempo. No recuerdo trabajo más engorroso que ser el agente de cálculo de los Fondos Garantizados por la increible cantidad de "Corporate Actions" en la vida del producto.

Por ejemplo, en el IBEX 35 cada seis meses entran y salen dos compañías. Además, las OPA's y quiebras hacen que la foto del índice cambie sustancialmente en períodos amplios como por ejemplo los 10 años que he puesto en los gráficos.

Por otro lado, es verdad que hay que seleccionar con cuidado la "pequeña empresa", como bien dices tienen en agregado un número más alto de mortalidad pero también es cierto que las compañías "fast growing" o gacela siempre son small caps.

A las blue chips, se les pide otra cosa: buen dividendo, estabilidad, retornos y volatilidad próximos a la media del mercado...

Llama la atención el organicismo que subyace bajo esto. Microsoft comenzó siendo una fast grower para terminar con el paso de los años en una "large cap" con un comportamiento más estable. Podría verse como una serie de fases de la vida de las compañías exitosas. Quizás Apple y Google repitan el mismo patrón... o no, ya que no es ninguna ley.

Muchas gracias por el comentario y la matización
23/03/2013 12:02
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