Los datos macroeconómicos que se van publicando de España siguen sorprendiendo a una gran parte de los analistas e inversores. Hace algo más de un mes ya dijimos que el indicador económico de España rozaba los máximos históricos, y los nuevos datos que vamos conociendo van confirmando esta tendencia.
Es cierto que las cifras de desempleo sigue siendo inaceptables y no se puede afirmar que hayamos salido de la crisis con más de 4 millones de parados, pero la tendencia que se observa es ciertamente positiva. En los últimos tres meses han salido de las listas del paro cerca de 200.000 personas y la evolución interanual del desempleo sigue siendo muy favorable, ya que en los últimos 12 meses hay 351.285 personas menos en las listas del SEPE, tal y como vemos en el gráfico inferior.
Por otro lado, los indicadores del sector manufacturero y del sector servicios se encuentran en niveles no vistos en los últimos años. El PMI Manufacturing se ha situado en el mes de abril en 54.20, acumulando 17 meses consecutivos en terrano expansivo. Del mismo modo, el PMI Services del mismo mes se ha situado en 60.3, un nivel que no se veía desde noviembre del año 2006.
Asimismo, el indicador económico adelantado confeccionado por la entidad privada The Conference Board, sigue marcando máximo tras máximo. Con los datos disponibles del mes de febrero nos situamos en niveles de mayo del 2008 y creciendo a una tasa interanual del 3.31%.
Por último y del mismo modo, el indicador de clima económico sigue en máximos del actual ciclo económico expansivo que se inició a mitad del año 2012.
En definitiva podemos afirmar que el viento macroeconómico sigue soplando a nuestro favor, por lo que a medio plazo la bolsa española debería verse beneficiada. El principal problema que observamos son algunos signos de desaceleración que se están observando en Estados Unidos; por el momento no es más que una desaceleración dentro de una tendencia expansiva que dura ya más de 6 años.
Con los datos que disponemos actualmente, no podemos afirmar que la economía de Estados Unidos vaya a descarrillar y entrar en recesión. Existen ciertos indicadores que se han desacelerado de forma notable, mientras que otros apenas lo han hecho o lo han hecho de forma puntual. Evidentemente, si Estados Unidos entra en recesión afectará de forma muy importante al resto de economías mundiales, por lo cual habría que replantearse la situación.
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