Cuando Peter Lynch acabó su etapa en Magellan decidió dejar por escrito su forma de entender el mercado de acciones, la cual le permitió obtener uno de los mejores registros de la historia en lo que a la gestión de fondos se refiere.
Para que nos hagamos una idea, el Magellan Fund con Peter Lynch al frente pasó de gestionar 18 millones de dólares en 1977 a una cartera de 14000 millones en activos, dejando un retorno anualizado de nada menos que un 29,2% durante 13 años.
Definir o clasificar su estilo de inversión no es nada fácil y la única forma de entenderlo es leyendo y escuchándole. En su primer libro, One Up in Wall Street, se centra en su filosofía de inversión y en cómo se aproxima inicialmente a los problemas del análisis fundamental, pasando en su segundo libro a focalizarse en la industria de la gestión de fondos y su experiencia como gestor de Magellan.
El lema de One Up in Wall Street es que cualquier inversor particular puede lograr grandes retornos aprovechando lo ya sabe para invertir en bolsa. La razón principal reside en que las personas a pie de calle tienen acceso a información muy valiosa a la hora de invertir. Uno de los principales objetivos de Peter Lynch es mostrar cómo utilizar ese conocimiento disgregado en la sociedad para invertir con éxito.
Para ello recurre a muchos de los casos particulares a los que se enfrentó en Magellan. Es un libro lleno de historias y anécdotas a través de las cuáles descubrió grandes ideas de inversión y, como no, también cometió errores. Sus aproximaciones a las compañías cotizadas son de todo tipo, estamos ante un inversor extremadamente flexible que lo mismo apuesta por una empresa consolidada que por una en proceso de expansión, sin descartar tampoco las que están en reestructuración (turnarounds).
En el fondo, gran parte del libro es la narración de una continua investigación por averiguar aspectos y realidades de compañías cotizadas. Una de las características más destacables para esta tarea es que Peter Lynch es un genio en hacer fácil lo complicado, centrándose en los puntos más relevantes e ignorar el ruido. No faltan ejemplos prácticos sobre qué destacar en una compañía y qué dejar de lado por ser irrelevante. Hasta tal punto es así, que nuestro inversor asegura que una idea de inversión tiene que poder ser resumida en un par de líneas, en una pequeña historia. Se debe considerar sin ninguna duda un inversor Contrarian, ya que desafía casi todas las ideas convencionales de la época.
Y lo más importante es que el lector disfrutará con el gran carisma Peter Lynch, su lenguaje sarcástico e irónico (para el cual recomiendo la versión en inglés), sus frases divertidas y la continua irreverencia hacia expertos y la gran mayoría de profesionales en la industria de la inversión de su tiempo. Es desde luego un libro que no puede faltar en la lista de libros leídos de un inversor en valor.
Su valoración: