Casi año y medio después de que el primer ministro Shinzo Abe impulsara el plan de relanzamiento económico, coloquialmente llamado abenomics, los logros han estado ahí, traducidos en un fuerte impulso del Nikkei 225, eso si, de igual manera proporcional al debilitamiento del yen favoreciendo las exportaciones de las que Japon goza desde hace muchas décadas. El reto impulsivo del selectivo japonés se quedo en 16.382 puntos cuando las espectativas de los analistas fundamentales eran de 20.000 puntos. Desde Mayo del año pasado la lateralidad del indice es evidente, cuando no de un posible agotamiento en fase terminal:
El parón alcista del Nikkei tiene su explicación. El siguiente gráfico de la posiciones compradas netas (compra menos venta) del capital extranjero en acciones japonesas es elocuente. Desde el pesimismo causado por la crisis, tsunami y accidente nuclear incluido, se paso a un optimismo desmesurado y el dinero exterior entraba a borbotones. Desde mayo del año pasado comenzó el descenso de la inversión extranjera y actualmente los niveles son, por comparativa, de crisis.
El indice líder japones ha sufrido un revés según su última revisión. Del nivel 113.10 de enero se ha pasado a 108.50 en febrero:
El índice coincidente también ha empeorado ligeramente:
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