No es ningún secreto que el IBEX35 lleva semanas en un estado que yo describiría como "Zombi", torpe y descerebrado. No ha reaccionado ni a los máximos alcanzados por Europa, ni al comportamiento sensiblemente mejor de la banca europea y apenas ha rebotado ligeramente en algún momento por la excesiva sobreventa mientras el mercado americano ha alcanzado máximo tras máximo, día sí y día también. Por ese motivo me ha venido a la cabeza la imagen de un zombi al pensar en este mercado.
Es indudable que no han ayudado demasiado los resultados de los grandes valores, la posibilidad de gravar a la banca con un nuevo impuesto sobre los depósitos o manifestaciones de la Unión Europea alertando específicamente sobre las provisiones de los bancos españoles. Una mora que no hace más que subir es otra guinda más en el pastel que alienta las caídas de un Ibex bancarizado. Finalmente, los datos del paro, deuda, presupuestos ¿dudosamente alcanzables?, deflación y crecimiento no terminan de apuntalar lo que parece que podría ser la recuperación después de años de miserias.
Como detalle, es curioso observar como nuestro país contrasta con otro muy cercano, Portugal. Su bolsa, últimamente, parece inmune a las caídas y su fortaleza parece contrastar con la debilidad de la bolsa española. Pero su situación es distinta ya que los datos de paro son y siguen siendo notablemente mejores que en España tanto en cifras de paro como en evolución del desempleo.
Es probable que necesitemos algún catalizador que nos impulse hacia arriba pero, por el momento, no parece hacer acto de presencia. Se podría argumentar que las subidas de Wall Street o las subidas europeas podrían ser dicho catalizador pero, hasta hace poco, dichos hechos se han producido sin una reacción significativa de nuestro mercado por lo que empiezo a pensar que dicho detonante debería tener su origen en la economía española, ya sea en cifras de PIB, desempleo o cualquiera que vuelva a mostrar sin lugar a dudas que nuestra economía se encuentra aún en la senda correcta.
Ahora lo que toca es esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos porque esté mercado está encallado y no hay nada que podamos hacer salvo esperar hasta que salga de este estado.
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