El bernan(kaf)kiano caso de la FED: Segunda cruzada contra los gurús-profetas económicos

26 de abril, 2012 0
Inversor particular. Profesor en el Centro de Estudios OMMA y el Título de Experto en Bolsa y Mercados de la Universidad de Alicante. Director... [+ info]
Inversor particular. Profesor en el Centro de Estudios... [+ info]

Después de "arremeter" contra la capacidad predictiva del Fondo Monetario Internacional (disculpen el tono provocativo), ahora toca hacerlo con otro organismo que reúne a muchas de las mentes económicas (y matemáticas) más prodigiosas de Estados Unidos y quizás también del mundo, la Reserva Federal (FED): la autoridad que rige la política monetaria en Estados Unidos. 

En proporción con la preparación de sus recursos humanos está su influencia sobre la economía estadounidense, y por ende, sobre los mercados y economía internacionales. Tengan presente que el dólar es (todavía) la divisa de reserva internacional por excelencia. (No obstante, es probable que en ocasiones se exagere la influencia de la FED sobre variables macro como los tipos de interés, pero esa es otra cuestión...).

Primero, citemos a Nassim Taleb para ponernos en situación de lo que se trata con esta serie de entradas: “My major hobby is teasing people who take themselves & the quality of their knowledge too seriously & those who don’t have the courage to sometimes say: I don’t know….”. No se trata de descalificar gratuitamente a organismos o personas (por supuesto, todos nos equivocamos, y más cuando tratamos de predecir), sino de inducir una mayor desconfianza en las opiniones y previsiones de los "expertos".

La Reserva Federal es una entidad monopolística y relativamente independiente, al menos en teoría, del Gobierno federal. Cuenta con las siguientes responsabilidades en sus estatutos: gestionar la política monetaria en Estados Unidos (influyendo en los tipos de interés, la cantidad de dinero en la economía, etc.), supervisar y regular el sistema bancario, mantener la estabilidad del sistema financiero y proporcionar ciertos servicios financieros a diversos agentes, entre otros objetivos clave como contener la inflación e impulsar el crecimiento económico. 

Para poder llevar a cabo sus funciones tienen a su disposición una cantidad ingente de recursos, tanto humanos (numerosos economistas brillantes trabajan para esta organización) como financieros. Emplean bases de datos y una cantidad de información y datos enormes (sobre el conjunto del sistema financiero; por ejemplo, vasta información financiera y contable de los bancos de inversión, comerciales…), así como los modelos más sofisticados para tratar de predecir las variables económicas y así aplicar de uno u otro modo su política.

Sin embargo, todo esto no ha evitado que hayan fallado estrepitosamente en sus previsiones. O, al menos, si conocían los graves problemas a los que nos veríamos abocados, no lo declararon públicamente.

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En este sentido, no sólo fueron las torpes afirmaciones del presidente (chairman) de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien afirmó en 2005 y 2006 que no había burbuja inmobiliaria, y que aun si la hubiera no afectaría a la economía real; por si fuera poco, en verano de 2007 sostuvo que los problemas subprime no afectarían a la economía.

Resulta cuanto menos irónico que en una conferencia dada por Bernanke en enero de 2007, éste dijera lo siguiente: “En mi opinión, los mayores beneficios externos de las actividades de supervisión de la FED son aquellos relacionados con el papel de la institución de evitar y gestionar las crisis financieras”.

O que en el verano de 2007, cuandoempezaron a florecer las primeras semillas que alertaban de problemas, él permaneciera impasible: "Parece improbable que los problemas del sector subprime se trasladen seriamente a la economía agregada o al sistema financiero", declaró el 5 de junio de este año ante la International Monetary Conference. A estas atinadas predicciones podríamos agregar su estimación, en febrero de 2008, de que la recuperación en el sector inmobiliario tendría lugar a fines de ese año.

O que el 5 de mayo de 2009 dijera: "Seguimos augurando que la actividad económica tocará fondo y repuntará en el curso de este año", ante el Comité Económico Conjunto de la Cámara de Representantes y el Senado. 


Pero no carguemos demasiado las tintas (todavía más) con nuestro amigo Bernanke. Como ha documentado el economista Mark Thornton, otros como Frederic Mishkin -economista de prestigio especializado en banca y finanzas, antiguo alto cargo de la FED-, Donald Kohn -vicepresidente de la FED- o Randall Kroszner -gobernador de la FED y encargado en asuntos de regulación y riesgo sistémico (con quien pronto coincidiré en un evento en Londres)- también produjeron nefastas declaraciones públicas en 2007. 

"Mal de muchos, consuelo de tontos", dice el refranero español...

Así, Mishkin afirmaba en enero 2007 que había razones sólidas para creer que había poca probabilidad de que un pinchazo de la burbuja en los precios de la vivienda condujera a la inestabilidad financiera. Entre otras cosas, afirmaba que “los bancos centrales no deberían poner un énfasis especial en los precios de las viviendas u otros activos a la hora de llevar a cabo la política monetaria”.

Kohn, en febrero 2007, se jactaba de los éxitos de su entidad en materia de fomento de control del riesgo en la toma de decisiones de los agentes y en la disciplina de mercado que sus actuaciones habían favorecido. “Los mercados financieros estadounidenses han demostrado ser notablemente robustos durante algunos recientes shocks significativos”, afirmaba.

En relación al problema del riesgo moral -la cuestión de que ayudando a las entidades en problemas puedas estar favoreciendo prácticas imprudentes e indeseables-, señalaba que “una importante reforma que surgió como consecuencia de crisis pasadas fue la necesidad de limitar el riesgo moral de la red de protección extendida a las instituciones depositarias aseguradas”. Sin embargo, la realidad no parece haber seguido a pies juntillas las palabras de Donald Kohn.

Por su parte, Kroszner, en marzo 2007, también se jactaba de la reciente evolución de los mercados crediticios y de todas las innovaciones financieras más punteras que, a su juicio, habían aumentado la “eficiencia”, “estabilidad” y “transparencia” del sistema en su conjunto. Así, manifestaba que los productos derivados fomentaron una mejor gestión y percepción del riesgo en el conjunto del sistema financiero al dispersar los riesgos de crédito más ampliamente.

"Estabilidad" financiera

Quizás lo más llamativo sea el optimismo que este mismo mandatario de la FED mostraba en noviembre de 2007. “Mirando hacia adelante… A medida que los mercados de hipotecas se normalicen gradualmente, la venta de casas debería repuntar y los constructores probablemente mejoren al reducir su exceso de inventarios. Con el stock del sector inmobiliario reduciéndose, el crecimiento del empleo y la renta debería repuntar y apoyar mayores aumentos en el consumo”. ¡¡TOMA YA!! Todo lo cual, para Kroszner, debería llevar a recuperar la senda del crecimiento sostenible a largo plazo de la economía norteamericana, tras el suave bache de las turbulencias de 2007.

Y claro, usted (y yo) se preguntará: ¿y todavía se les sigue haciendo tanto caso a las declaraciones de estas autoridades? A veces vemos cómo el mercado responde abruptamente a declaraciones de Bernanke en una u otra dirección ("la recesión se va a agravar", "estamos saliendo del hoyo"...). Pues sí, eso parece...

A la luz de estas declaraciones, no resulta fácil creer que esta institución posea una información y recursos privilegiados. Pero así es. Lo cual, alimenta ciertas hipótesis que traten de explicar esto.

Una de ellas es la que expone Mark Thornton: la FED, en realidad, toma parte de un juego en el que trata de ganarse la confianza de los ciudadanos, haciéndoles creer que tiene una capacidad casi plena de manejar la economía y las variables económicas a su antojo. 

Optimismo deliberado

Se presentarían así escenarios optimistas de manera deliberada. Los graves problemas y retos futuros se plantearían ante el público como un fácil juego de niños para los expertos de la FED. Nada escaparía al control de estos burócratas con grandes credenciales académicos. Y todo con tal de mantener la confianza de la gente en un sistema que, precisamente, depende de dicha confianza.

Desde esta óptica, nada habría que temer sobre la estrategia de salida óptima de las medidas monetarias ultraexpansivas de estos años. Bernanke proveerá

Nota sobre el título: Dice Wikipedia: "En la obra de Kafka, a menudo el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. El adjetivo kafkiano se utiliza precisamente a menudo para describir situaciones similares." 

No parece que sea descabellado utilizar este adjetivo en esta entrada, ¿no? Mundo complejo, reglas desconocidas que el protagonista (la FED) no conoce del todo...

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