Hace justo un mes publiqué dos artículos titulados "La bolsa europea y española ante la encrucijada" en los que explicaba que Europa está sufriendo una desaceleración econonómica que hay que monitorizar porque su desenlace será clave para saber como hay que actuar en los próximos meses.
Si la desaceleración termina y la expansión continúa el mercado subirá fuertemente. Si la desaceleración da lugar a una recesión habrá llegado la hora de plegar velas. Se me hace difícil ser marcadamente alcista o bajista ahora mismo, por eso estoy a la espera de observar cuál es la resolución de esta encrucijada.
De momento, durante este mes, la dudas han aumentado en Europa y ese incremento de la incertidumbre es la razón de las fuertes caídas que hemos visto hasta hace un par de semanas. El EuroStoxx descendía un 13,4% desde máximos y la otrora poderosa bolsa alemana se dejaba, nada menos, que un 17%.
Para mi las caídas han tenido todo el sentido macroeconómico del mundo y no puedo decir que el mercado "esté equivocado" ya que creo que los retrocesos han reflejando eficientemente unas dudas muy reales aunque a día de hoy, personalmente, siga teniendo un sesgo alcista sobre el mercado europeo ya que la mayoría de las desaceleraciones se evaporan sin dar lugar a una recesión.
Con las caídas todos los profesionales, periodistas y aficionados se han lanzado a buscar explicaciones. La mayoría han sido explicaciones peregrinas como que la bolsa está cara o supuestos datos macroeconómicos negativos en EEUU o problemas con la banca griega. Son ideas peregrinas porque, precisamente, la bolsa europea no está cara, la economía americana va razonablemente bien y los problemas griegos son una constante no novedosa incapaces de impactar al mercado.
La razón, explicada en esos artículos de hace un mes o justo el día en el que las bolsas cayeron a plomo son dudas sobre la continuidad de la expansión económica en Europa y en concreto dudas sobre la marcha de la locomotora europea: Alemania.
El problema no es especialmente Italia que está mal hace tiempo. El problema no es Francia que hace mucho que no levanta cabeza. El problema no es Grecia que ya es noticia vieja. El problema es la locomotora que tira de los demás y que ha dejado de tirar con fuerza.
Una tendencia primaria bursátil en Europa puede aguantar algunas economías renqueantes pero no puede aguantar que la principal economía entre en una fase recesiva. Es por eso que todo el mes de octubre ha estado marcado por las noticias macroeconómicas que han llegado desde Alemania.
En una Europa en la que algunos países parecen remontar el vuelo y otros enquistarse en los problemas, el peso que decantará la balanza será el peso pesado.
El factor número 1 del Ibex 35 a día de hoy no es la marcha de la economía española, sino la evolución de la economía alemana que está siendo el canario en la mina y nos dirá hacia donde girará Europa entera en los próximos meses. Es una broma escuchar a todos esos analistas que son capaces de hacer previsiones sobre el futuro de la bolsa española sin tener en cuenta lo que está ocurriendo en el corazón de Europa.
El sector industrial germano se ha desacelerado gravemente en los últimos meses como muestra el índice PMI Manufacturero de Markit Economics que descendió de 50 (nivel que separa la expansión de la recesión) en el mes de septiembre. La noticia positiva es que parece que en octubre este dato va a mejorar según el dato provisional publicado hace algunos días. Es la cercanía al nivel 50 lo que genera una gran incertidumbre sobre la situación de la economía germana. Unas lecturas por debajo de ese nivel junto con el acompañamiento de más deterioro macroeconómico en otros indicadores mandaría una señal muy pesimista sobre los operadores que probablemente llevarían las cotizaciones más abajo de donde lo hicieron hace un par de semanas.
La encuesta de sentimiento económico ZEW, una encuesta realizada entre 350 expertos, ha pasado a terreno negativo este mes. En principio podría ser una falsa alarma "de sentimiento" pero este retroceso se da junto con el retroceso en el sector industrial. Hay que tenerla muy presente.
Lo peor es que las demás encuestas que preguntan sobre la situación actual (como la del instituto IFO) nos hablan de lo mismo: la situación está empeorando tanto en datos reales como en expectativas a 6 meses.
E igualmente ocurre con la encuesta de sentimiento económico en Alemania que elabora Eurostat, la agencia estadística de la Comisión Europea. Ha pasado a terreno negativo (su variación interanual) en el pasado mes de septiembre. La última vez que esto ocurrió fue en agosto de 2011, justo cuando la última recesión europea estaba comenzando.
Cuando este indicador pasa a terreno negativo, no siempre llega una recesión, pero las probabilidades son muy elevadas como muestra la siguiente imagen donde las líneas rojas señalan momentos en el que el indicador se tornó negativo antes de una recesión y las líneas verdes cuando solo fue una falsa alarma.
Todos estos datos resumen perfectamente el problema al que nos enfrentamos y porque el mercado se está mostrando tan sensible a lo que ocurre en Berlín: hay señales tempranas que nos hablan de recesión en Alemania. Las probabilidades, según estos indicadores, es que la economía alemana esté entrando en recesión. Y es por eso que estoy en "modo alerta" observando el desarrollo de los demás indicadores para confirmar o desmentir este escenario.
La pregunta que me hago es ¿estamos a las puertas de una recesión o se trata de una desaceleración como la de 2005?
Yo sigo pensando que estamos en una desaceleración porque el contexto económico me sigue pareciendo expansivo. Pero tengo dudas y sería fatal para mi salud financiera el negar que hay elevados factores de riesgos en Europa que podrían materializarse en pocas semanas.
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