Enemigos indestructibles pero no invulnerables en la Guerra Financiera Asimétrica

9 de enero, 2015 2

Los enemigos a los que se enfrenta el inversor en la cruel y despiadada guerra financiera asimétrica son virtualmente indestructibles pero, afortunadamente, no invulnerables. Sus objetivos y metas como inversor vienen determinados por la entidad de sus adversarios. Conozca a sus rivales lo mejor posible. Averigüe qué es lo que les mueve y estará en condiciones de hacerles daño.

En la guerra financiera asimétrica el enemigo se parece a una banda de vikingos borrachos que aparentan moverse en direcciones diferentes pero cuya sangrienta interacción conjunta provoca siempre el mismo resultado: la aldea quemada, los hombres muertos, las mujeres violadas y los niños secuestrados. Es decir, su patrimonio hecho cenizas. Esta hidra alcohólica se mueve a veces de manera caótica pero siempre en el mismo sentido mientras sus diferentes cabezas se ayudan unas a otras o, a veces, se muerden entre sí cuando se disputan la presa. Aprenda a decapitarlas pero no se haga ilusiones. Esas cabezas siempre renacen.

A la hora de conocer a su enemigo lo que a usted le interesa es el leit motiv intrínseco de su comportamiento. Usted no está en el campo de batalla para teorizar acerca de sus orígenes, su reforma o las distintas maneras en las que se manifiesta. Tampoco le importa ahondar en los detalles de su naturaleza. Lo que cuenta es captar la esencia de esa naturaleza y actuar conforme a ella. Recuerde la fábula del escorpión y la rana.

Estos son sus enemigos. No cometa el fatal error de subestimarlos o lo que acabará subestimado será su patrimonio.

La inflación

Mientras los economistas y políticos se entretienen discutiendo sobre si la inflación es buena o mala dependiendo de su entidad y de si favorece o no el crecimiento económico, usted en el ínterin se limita a sufrirla. Entre temores a la deflación y niveles óptimos de inflación esto es lo que este comensal insaciable le puede hacer a su patrimonio si usted no toma cartas en el asunto:

En 15 años, desde que se estableció el tipo de cambio euro-peseta, la inflación ha pulverizado el 34% de su poder adquisitivo. La primera columna encabezada por 10.000€ muestra ese deterioro progresivo tomando como referencia el Índice de Precios al Consumo facilitado por el INE. Puede observar que la media del período ha sido de un 2.72%. En la segunda columna encabezada por 10.000€ puede ver la cantidad de dinero que necesita añadir a esa cifra cada año sólo para no perder el inicial poder adquisitivo.

A usted no le interesa si el IPC es la magnitud adecuada o no para medir esto o cualquier otro debate académico acerca de inflación sí o inflación no o deflación sí o deflación no. Lo que a usted le importa es lo siguiente:

1.La inflación existe y destruye el poder adquisitivo de su dinero.

2.La creación de dinero es un monopolio gubernamental y, por tanto, el tipo de interés es manipulable.

3.Los gobiernos siempre están endeudados, más o menos, con más o con menos responsabilidad, peroendeudados.

4.La inflación beneficia a la deuda emitida por los gobiernos a medio y largo plazo pues diluye su coste dado que se abona un tipo fijo de interés.

5.Muchas personas opinan que determinados niveles de inflación son beneficiosos para el crecimiento económico.

6.Psicológicamente, los ciudadanos sufren menos con la inflación (que no hiperinflación) que con la deflación debido a la ilusión del dinero.

Por tanto, la conjunción de todo lo anterior señala la existencia de un poderoso incentivo para la adopción de políticas monetarias inflacionistas comandadas por los bancos centrales a las órdenes de los gobiernos. Puede haber duda en cuanto a la envergadura de esa política pero no respecto a su existencia presente y futura. Recuerde la fábula del escorpión. Simplemente es su naturaleza.

Asuma, pues, que vivirá con inflación el resto de su vida y que ésta se moverá en torno a un 1%-3% si los responsables de la política monetaria no se vuelven majaras y si tiene la fortuna de haber nacido en un país de la OCDE. Así que de partida ya sabe que si no consigue revalorizar su patrimonio un 3% anual empezará a perder dinero. Acerca de los niveles de rentabilidad a obtener y el cuánto y cuando gastar le remitimos al vendedor de herramientas. Aquí nos ceñiremos a la estrategia bélica.

El talibán o el insurgente islámico jamás luchan en campo abierto contra la OTAN.Eso es absurdo. No tienen ninguna probabilidad de salir victoriosos. La brecha tecnológica entre occidente y cualquiera de sus rivales es hoy mucho mayor que hace tres décadas. Por ejemplo, el mastodóntico ejército convencional de Corea del Norte no le duraría a la OTAN ni un asalto. Un enfrentamiento militar al uso entre ambos sería lo más parecido a un holocausto chatarrero. Imagínese, pues, para los barbudos tarados.

El campo de batalla que prefiere la inflación es el de la renta fija a medio y largo plazo. ¿Un 2% de rentabilidad por un bono a 10 años del gobierno alemán? Menudo chollo. Casi todos los activos fiduciarios que devengan rentas nominales son tóxicos por naturaleza para el inversor. La inflación los devora y como mucho a lo único que puede aspirar usted es a que su dinero no se deprecie y con suerte a obtener una rentabilidad ínfima.

O elige usted el campo de batalla o la inflación lo hará en su lugar. El talibán o el insurgente no dan la cara a campo abierto. Sí, eso es muy honroso pero alcanza el level 99 en estupidez y sólo le asegura una entrada prematura en el paraíso. El guerrillero islámico lleva el combate a su terreno: o bien al ámbito de la guerrilla urbana o bien al mundo rural. En esos entornos la superioridad tecnológica de la OTAN se diluye y es posible usar a la población civil como escudo humano. Algo que repugna a nuestra mentalidad pero que es perfectamente lógico y razonable cuando peleas en inferioridad de condiciones en tu propio país. Además, las bajas civiles son buenas para la causa del barbudo y pésimas para el marketing de la OTAN.

Pelee en su terreno, amigo inversor, no en el de su rival. Inevitablemente tendrá que poseer parte de sus activos en efectivo o equivalentes pero el grueso de su potencial debe orientarse al peor enemigo de la inflación: los activos reales, como son inmuebles o acciones. Aquí le explicamos cuál y por qué es el activo más rentable y seguro a largo plazo. Si opta por los inmuebles también le recomendamos que siga las indicaciones que señalamos en este post.

Por último, la inflación es propensa al uso del engaño y la artimaña. Tras la última rebaja de tipos de interés Draghi ha bramado una especie de “gasta o muere, perro talibán” al ciudadano de la eurozona. ¿Qué significa esto? Significa que a corto y medio plazo el inversor vía depósitos bancarios o deuda gubernamental no va a obtener rentabilidad ni para comprar pipas. Esta pesadilla para el desafortunado ahorrador medio le condena a perecer bajo la égida de la inflación.

Piense que hay muchas personas que jamás o muy difícilmente asignarán su capital a activos reales. Seguirán comprando depósitos y demás morralla bancaria aparte de la gubernamental. El BCE poco menos que les ha dicho a la mayoría de inversores/ahorradores conservadores y con gran aversión al riesgo que “o gastas tu efectivo y reactivas el consumo o pringarás como un Belcebú en el holocausto inflacionario”, que basta que sea del 2%-3%. El ciudadano prisionero en la renta fija pierde. Quien quiera ahorrar sin riesgo está siendo empujado a no hacerlo y a fundir todo su efectivo como un cosaco. Compra o muere.

Las recetas de los planificadores monetarios no son muy originales. Siempre hacen lo mismo. Lo que tampoco es original es el perjuicio que ello conlleva para la clase media. ¡Qué manía tienen estos tipos en mantener descapitalizada a la ciudadanía! El que considere que la renta fija carece de riesgo e incertidumbre que se lo piense dos veces. Desde luego ofrece una gran certidumbre: usted no va a ganar dinero y existen muchas probabilidades de que lo pierda. La cuestión es sumamente anti intuitiva para el ciudadano medio que ya de por sí suele ser víctima de muchas falacias financieras.

Porque la OTAN se muestre a pecho descubierto en el campo de batalla con todo su arsenal, no por ello el insurgente moruno se inclina a entrarle al trapo. Sí, la morisma islamista está para que la encierren. Pero déjese de soberbias intelectuales y empiece a aprender de ellos. Huya del campo de batalla de la inflación. Lleve el convoy de la OTAN a la ratonera de callejuelas. Y allí ya sabe, Alá-es-cool-te-quiero-mamá y ¡pum!

Impuestos

Es más plausible un reencuentro televisivo entre Pablo Iglesias y su peluquero que ver a Montoro y al gobierno social-conservador actual efectuar una rebaja de impuestos digna de tal nombre. Nuestra opinión general acerca del infierno fiscal español y las prácticas tributarias sodomitas de nuestros administradores-tutores la hemos dejado claramente expuesta aquí en nuestro inconfundible estilo. Que se divierta. Guau.

El tema ahora no es tampoco impuestos sí o impuestos no ni debates académicos al respecto. Los impuestos son necesarios para sufragar las funciones mínimas del Estado. A partir de ahí en cada lugar esas cargas serán mayores o menores según la expansión de las funciones del gobierno. Así que usted cíñase otra vez a la naturaleza de la bestia: si hay cuatro individuos (A, B, C y D) y los tres primeros (A, B y C) tienen 2€ cada uno mientras que D tiene 10€, al gobierno le conviene confiscarle 4€ a D y repartirlos así: 1€ para A, B y C que pasan a tener 3€ y 1€ para el gobierno. D se queda con 6€. A la hora de votar A, B y C son tres votos y D es uno.

Los políticos buscan ser elegidos y, si eso sucede, después buscan la reelección. Para ello acuden al mercado de votos y el mercado de votos se basa en promesas electorales que sólo se pueden llevar a cabo mediante la exacción de impuestos. Como hay más ABCs que Ds pero el voto de cada uno vale lo mismo la dinámica tributaria está clara sin perjuicio de que al final A, B, C y D acaban pagando impuestos tanto por activa como por pasiva en un maremágnum donde unos tienen muy claro que siempre pierden en el sistema retributivo, otros no las tienen todas consigo y algunos se auto engañan pensando que el grueso de este tinglado les beneficia.

Pague o no muchos tributos éstos existen y existirán y le afectarán de uno y otro modo en su empeño de acumular un patrimonio. Si tiene suerte disfrutará de una fiscalidad moderada o razonable que no desincentive la inversión. Si no la tiene pagará más. En ambos casos le van a pasar por la piedra así que debe ir pensando en cómo minorar la factura fiscal o su rentabilidad se verá mermada.

Por otro lado, no espere racionalidad en las leyes tributarias. El mismísimo Einstein no se aclaraba con el impuesto sobre la renta. Véase en España la tributación que las plusvalías sobre el capital a menos de un año tienen actualmente añadiéndose a la base imponible del trabajo. El gobierno justificó la medida para frenar la especulación y favorecer la inversión a largo plazo. Eso como si las dos últimas burbujas especulativas hubieran sido de meses, cuando tanto la burbuja puntocom como la inmobiliaria han sido procesos de años. Por otro lado, es perfectamente plausible que una operación inversora se materialice antes de un año. Además ¿qué es especulación y qué inversión? ¿Eso depende del plazo temporal? ¿Por qué un año y no seis meses o un año y medio?

¿Qué ha pasado ahora? Como ya se habrá enterado a partir del 2015 volvemos al sistema anterior y ya no se distinguirá entre plusvalías a menos de un año y más de un año. En muy poco tiempo el criterio del legislador español ha pasado de considerar especulativas las plusvalías a corto plazo a considerarlas plusvalías normales. En realidad todo esto de la especulación, que de por sí no merece un juicio adverso, al gobierno se la traía floja. Lo que pasaba era que las arcas públicas necesitaban trincar de la forma que fuese dados los enormes problemas de déficit. Otro insulto más a la inteligencia del ciudadano español. La cuestión se redujo a buscar una excusa, un chivo expiatorio y un ropaje formal. Lo dicho, Hacienda es de esa clase de violadores que se despide de su víctima diciendo: Te quiero.

¿Cómo se plantea esto estratégicamente? Si en el caso de la inflación la cuestión era optar por activos reales (guerra urbana) la cuestión tributaria exige una mayor concreción. Una vez que tiene claro que va a golpear a los convoyes y patrullas de la OTAN en territorio urbano ahora la cuestión es elegir las mejores zonas de la ciudad para propiciar el golpe de mano, que serán aquellas que permitan una huida rápida y un ocultamiento efectivo. Ello implica un conocimiento del entorno adecuado a sus propósitos de hostigamiento.

Traducido financieramente significa usted debe buscar aquellos vehículos de inversión que le permitan aplazar el pago de impuestos lo máximo posible y maximizar las ventajas del interés compuesto y la capitalización. Por ejemplo, si usa un plan de pensiones podrá incluso deducir impuestos. En el momento de la desinversión deberá ser prudente para no inflar sus rentas del trabajo. También puede utilizar un fondo o combinación de fondos de inversión. Los traspasos entre fondos están exentos de tributación de forma que puede mover su capital de forma eficiente usando rentabilidades compuestas no profanadas por Hacienda. El pago de impuestos por plusvalías en un solo momento le ahorra más dinero que si tiene que hacerlo anualmente.

Además, tanto fondos como planes de pensiones sólo tributan como tales el 1%. Si usted compra directamente las acciones y las vende su carga tributaria es mucho más elevada. Los costes de operar se reducen usando estos vehículos. Sin que ello signifique que deba renunciar a la compra individualizada de acciones hágase a la idea de que todo inversor prudente debe poseer alguno de estos instrumentos dado que Hacienda sólo llama a su puerta cuando el papel aflora. Manteniendo sus activos dentro de estos vehículos evita pagar impuestos cada año y sólo los abona cuando efectivamente realice una desinversión del fondo. En el proceso, simple y llanamente, se ahorra dinero.

Cuestión distinta será qué tipo de fondos o planes y cómo seleccionarlos. Eso lo veremos cuando hablemos del equipamiento básico del soldado adscrito a los principios de la guerra financiera asimétrica. Quédese ahora con esto: el movimiento atrae al fisco como la sangre a los tiburones. Evite que los papeles pasen por su mano. El insurgente no se deja ver en el entorno urbano. Permanece oculto. Observa mucho. Actúa poco. ¡Pum! Y desaparece.

La hidra bicéfala

Inflación e impuestos tienen un mismo tronco: Estado o gobierno. Ambos parten de él y le perjudican notoriamente.

La inflación tiene su origen en la manipulación de los tipos de interés que realizan los bancos centrales para llevar a buen término la política monetaria del gobierno. Es una planificación desde arriba hacia abajo que no atiende al cruce real de oferta y demanda monetaria con los consabidos efectos perjudiciales para todos a medio y largo plazo y con los consabidos balones de oxígeno a corto. El ciclo económico se mueve al ritmo de estos tejemanejes monetarios y el resultado, entre otros, se llama inflación.

Los impuestos son necesarios pero su cuantía es abusiva y confiscatoria dado que el gobierno mete las narices en todo y se cree el más listo de la clase. Siempre necesita dinero porque realiza políticas redistributivas que responden a la dinámica inherente al mercadeo de votos. Por eso, usted tiene que estar enterado de cómo funciona a grosso modo su sistema fiscal afín de aprovecharse de los resquicios que deje libres. Esté al tanto de las callejuelas porque en la GFA una vez que se golpea hay que poner pies de por medio así que no se olvide de estar al loro de su ruta de escape.

Desde la Cartera Value siempre hacemos referencia a los enemigos naturales del inversor en su proceso de selección de acciones. Pero no tiene sentido que conozca a rivales coyunturales de sus inversiones particulares si previamente no tiene un esbozo lo más diáfano posible del marco en el cual se libra su lucha.

El inversor tiene otros poderosos enemigos. Si inflación e impuestos representan a las fuerzas convencionales de la OTAN, los enemigos de quienes le hablaremos en la próxima entrega de la GFA son el equivalente de los blackwaters. Están imbricados en la estructura gubernamental pero operan con otras reglas. Para ellos, por supuesto, el talibán financiero les tiene preparada su propia medicina.

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